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04 marzo, 2005

Ignorar a un ciclista

Y el primero yo: en el post de ayer me olvidé comentar que Danilo Hondo había ganado la primera etapa de la Vuelta a Murcia, un día antes. Pues ayer repitió, y en la famosa contrareloj de 22 km, imponiéndose a Rubén Plaza y a Iván Gutierrez. El título del post no viene tanto por mí como por el comentarista de TVE, que ya daban por ganador a Plaza y le entrevistaban y todo cuando el bueno de Danilo todavía no había entrado en meta. Y de qué forma lo hizo, metiendo nada menos que 21" al ciclista de Alcoy.

Danilo Hondo es el típico producto de la escuela alemana: potente, de tal manera que puede ganar al sprint y en contrareloj, un poco como Olaf Pollack. Y no es un cojo: el año pasado ganó nueve carreras, una de ellas contrareloj ( la crono de Dunkerke) y acabó 12 de la clasificación UCI, con puestos tan destacados como 2º en la Paris-Tours batiendo a Freire a la semana de ser Campeón del Mundo (el le lanzó el sprint a Zabel). Hondo ha pasado casi toda su vida deportiva en el Telekom, a la sombra del gran Erik, ganando carreras menores hasta que en el Giro de 2003 enfiló 2 etapitas...quiso ir al Tour pero ya hasta el propio Zabel tiene difícil entrar en el bloque alemán para la ronda francesa. Y se vió forzado a cambiar de equipo, con 30 años, para poder correr el Tour. Lo logró el año pasado, metiéndose en los sprints y haciendo tercero en la meta de París. Es un ciclista que está delante de febrero a octubre, en la más pura escuela teutona de Voigt o Zabel Lo veremos muy arriba en la clasificación del Pro-Tour. Y seguramente también en esta Vuelta a Murcia.

Y así a lo mejor los comentaristas dejan de ser tan "futboleros" y despreciar a los rivales hasta que, por lo menos, entren en meta. Vale que ha sido una relativa sorpresa, pero no se puede decir, con diez hombres por entrar, que la etapa ya está ganada y hacer cábalas sobre Collado-Bermejo. Un respeto a todos los ciclistas, desde el primero hasta el último.
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Mañana se disputa la Milán-Turín, la tradicional clásica de otoño italiana, la carrera más antigua transalpina (primera edición nada menos que en 1876) y que últimamente había visto su prestigio mermado por la baja participación. Esperemos que el cambio a marzo por culpa del Pro-Tour mejore la situación, porque la llegada al velódromo Fausto y Serse Coppi de la capital piamontesa es una de las más bonitas del calendario ciclista. El año pasado, por cierto, ganó Marcos Serrano.