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30 junio, 2005

Yo también puedo

Permitidme por un día el símil futbolístico. Al principio de cada temporada, hasta los equipos más modestos afirman con franca perversión de la realidad: "como mínimo, nos marcamos la UEFA". Con el Tour de Francia empieza a pasar lo mismo. Ya están casi todos los medios desplazados a la pintoresca isla donde se disputará la crono inagural y, claro, hay que rellenar la página reservada a la información de ciclismo con algo. Y empieza la ronda de declaraciones. Por ejemplo, Breukink afirma sin ruborizarse que Menchov puede hacer entre los cinco primeros en Paris, todo un órdago tratándose de un corredor que en el Dauphiné pasó sin pena ni gloria y que jamás ha conseguido acabar una gran vuelta en esas posiciones. Godefroot, que Ullrich está "mejor que nunca", sin saber muy bien que puede significar eso. El Liquigas, que pretenden dar batalla con un equipo muy sólido construido con Garzelli, Pellizotti y Cioni, aunque quizás sean los más realistas al no marcarse objetivos en la general. Y no continuo con Rogers, Heras "que está excelente" o el mismo Valverde, que al parecer está en un soberbio estado de forma.

Parole, parole. Son ya muchos años siguiendo el Tour y hemos visto declaraciones del mismo jaiz de corredores como Phil Anderson, Mottet, Mejía, Theunisse, Alcalá, Leblanc, Olano, Moreau, Nardello (si, durante tres temporadas se marcó el Tour como objetivo), Jiménez...y no sigo porque no falten ejemplos. Todos, en algún momento de su carrera deportiva y en muchos casos de manera reincidente quisieron ver en el Tour la piedra filosofal que transformase su carrera. Las declaraciones eran muy parecidas a las citadas en el primer párrafo, en un ejemplo de que el futbolerismo se extiende. Si un corredor como Pereiro, que ha hecho un Dauphiné de pena, tiene el valor de afirmar en febrero que "me marco el podio del Tour como objetivo" es que algo va mal, porque el gallego tiene cualidades para hacerse con carreras de mucho prestigio, pero parece que también ha sido seducido por el formidable espectáculo de la Grande Boucle. Sentémonos a ver y ya veremos como el guión no se aleja demasiado del de otros años.

29 junio, 2005

¿Quién ganará el Tour?

El sábado comienza el Tour con una crono de 19 km., distancia suficiente para establecer las primeras diferencias. Sin embargo, que nadie se lleve a engaño: el Tour presenta su receta de todos los años (seguir los magníficos reportajes que Xavier G. Luque está publicando en La Vanguardia), con montaña, etapas-trampa y penúltima etapa de crono. Un año tras otro el Tour insiste en un modelo que no parece agotarse, porque todos acuden a la cita de julio con esperanzas de ganar. Sin embargo, ¿hasta dónde puede resultar creíble esta esperanza?

Toma la salida Lance Armstrong, el ganador de las últimas seis ediciones y que nunca ha tenido delante un contrincante creíble, ni siquiera en 2003, donde jamás perdió el maillot amarillo ante un rival directo. A partir de ahí, todos los demás son aspirantes. Abandonad, todos los que aquí entraís, toda esperanza. Se presenta con un equipo que es un rodillo, y que habrá que citar de corrillo dentro de unos años, como las legendarias formaciones de fútbol de los años clásicos. En la primera terna de candidatos están Ullrich -cada vez menos creíble, después de su bajo rendimiento en Suiza y el año pasado-, Vinokourov -su arma es el ataque, que no ceje nunca- y Basso -veremos como le ha sentado el descanso después del Giro-. Todos han subido al podio en algún momento, cosa que si bien han logrado otros corredores (Beloki, Julich, Kloden), sólo ellos parecen capaces de repetirlo. En un escalón inferior están todos los demás, pero sinceramente no creo que puedan ganar el Tour: son Mayo -se presenta sin resultados-, Botero, Landis, Menchov, Leipheimer, Rogers y Heras. Salvo el primero y el último, los demás serían toda una sorpresa en la centenaria historia de la carrera francesa: para el vasco, todo pasa por una empresa legendaria en la montaña; para el castellano, algo parecido que le llevase al Olimpo del ciclismo con tres Vueltas y un Tour. Soñar es gratis, claro.

Sin embargo, desde que se inició la era Armstrong, es lo único que nos queda. Por eso desde hace años prefiero seguir el Tour en base a las sorpresas y posibles revelaciones de la carrera. Me produce curiosidad saber el status de Karpets en Illes Balears, teniendo delante a Mancebo y Valverde. Yo creo que el ruso puede dar muchas sorpresas, tras acabar como una moto el Giro y descansar sabiamente después. Mazzoleni irá de jefe de filas del Lampre, y ya mostró un buen estado de forma en el Dauphiné, como Landaluze recuerda perfectamente: ya tiene 30 años, pero es un corredor muy compacto. El Saunier se presenta con una banda de avispas muy peligrosas (Horner, Zaballa, Cuesta, Piepoli, Gárate a por la montaña), pero sobre todo con un Gómez Marchante muy poderoso cuesta arriba: los veremos mucho y bien. El Liberty puede ser todo cal o todo arena, en la línea de las formaciones que Saiz ha traído a Francia. No creo que Frigo, como jefe de filas del Fassa, pueda hacer gran cosa (el ciclismo italiano va ciego y sordo al Tour, o con el yugo, como Savoldelli), aunque Gontchar aguantará bien la dureza en su Domina Vacanze. Para el ciclismo francés, un par de etapas y alguna estrellita (¿Casar?) haciendo algún número será suficiente. Y no sigo más. Creo que viviremos un Tour romo y yermo, pero por supuesto que me gustaría equivocarme.

28 junio, 2005

Tristes campeonatos nacionales

El domingo se disputaron tristemente los campeonatos nacionales de fondo en carretera, una prueba de prestigio diluido por su cercanía al Tour. Ver la lista de los ganadores en los diferentes países invita a la melancolía de aquellos tiempos en los que lucir la bandera nacional durante toda la temporada era motivo de orgullo para los corredores de primera fila, el domingo sentado en sus casas viendo la carrera, no fuera a ser que una malvada caída les quitase de su sueño de ganar el Tour, o de hacer 17º, que eso ya es el no va más.

El arquetipo de la molicie instalada desde hace tiempo en los campeonatos nacionales es el italiano, donde la victoria fue para el prometedor joven Gasparotto (ver el post de su victoria en Cataluña). No tomaron la salida Di Luca (que animó a su compañero de equipo desde una moto), Petacchi, Cunego, Bettini, Rebellin y Simoni abandonó. Entre los primeros en línea de meta sólo destacaban los nombres de Pozzato y Celestino, el resto era una filfa. En España, por no irse más lejos, el Liberty presentó a sus corredores B, y el Euskaltel volvió por sus fueros, algo camuflados tras los éxitos de Landaluze y A. González. Así se explica el 3º puesto de un corredor del Catalunya-Angel Mir, muy honorable, pero desvirtuado por la nula competición en cuanto a participantes. El triunfo fue para Gárate, corredor de pocas pero valiosas victorias, por delante de un Mancebo que anuló a Valverde y le lanzó el sprint al rival. El Mancebo de siempre, y si no que se lo digan a Pozzato en Sant-Brieuc, en la última ocasión en que el vicentino alzó los brazos. De Alemania llegan noticias sobre la victoria al sprint de un joven de 18 años, al mismo tiempo que el positivo de Schumacher en la Vuelta a Renania, donde ganó 4 de las 5 etapas. De Bélgica, el triunfo de Baguet y de Francia el de Fedrigo, que tiene que estar en el segundo grupo en las subidas del Tour. Y pare usted de contar, que el Tour está ahí al lado y esta carrera sólo le interesa al que la gana.
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Armstrong se mete un piño poco antes del Tour, una tradición inveterada para el americano, experto en caerse entrenando. Portadas y noticias al respecto. Armstrong, un fenómeno.

23 junio, 2005

Los campeonatos nacionales y su valor real

Se disputan este fin de semana los campeonatos nacionales, la última cita antes del Tour. Es raro el corredor que se plantee la carrera que viste con la bandera como un objetivo de la temporada. Sí, después cuando acaba la misma y no han venido otros resultados siempre es algo para sacar pecho, pero en general no es así. Además, los campeonatos nacionales los suelen ganar corredores que se mantienen en un discreto segundo plano, o bien se especializan en su victoria.

En España la carrera pocas veces ha resultado emocinante. En 1992 Indurain batió a Unzaga en Oviedo por apenas media rueda, después de un circuito duro, duro. Su maillot de campeón nacional, durante mucho tiempo ambicionado por el navarro, se quedó reducido a las mangas, en una decisión que se justificó por intereses publicitarios pero que las malas lenguas decían que era porque el Tour salía de San Sebastián. Al año siguiente, García Camacho culminaba una fuga por delante de Indurain y Escartín. Después Olano al sprint, Montoya en un circuito precioso en Segovia en un poker del Banesto, Fernández Ginés tras apretar Olano los frenos, El Chava en Melilla en una buena carrera, el doblete de Casero, Guillamón, Jose Iván Gutierrez, Rubén Plaza y Mancebo el año pasado en una buena carrera.

Para este año, el favorito es Valverde, no tanto por sus condiciones innatas y porque seguro que lucirá con mucho orgullo el maillot, sino porque se disputa en Murcia, su casa, y necesita vindicarse después de su abandono en Suiza. Enfrente tendrá al Comunitat Valenciana y al Liberty. En el resto de países, se repite a grandes rasgos el esquema de España. Siempre hay sorpresas, pero pocas veces carreras emocionantes.
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En la Vuelta a Asturias, triunfo final para García Quesada, ejecutando una estrategia de equipo. Su triunfo se suma al de la Vuelta a Castilla y León, por lo que este corredor que ya fue 5º en la pasada Vuelta a España se tiene que plantear objetivos más ambiciosos.

20 junio, 2005

¡Así se gana Aitor, así!

Lo que ayer vivió el pelotón mundial fue el retorno de uno de los corredores más dotados de la actual generación, tras haber perdido las dos últimas temporadas en el Fassa Bortolo. Aitor González protagonizó una etapa maravillosa donde atacó en subida y nadie le pudo seguir, ni siquiera el telespectador, porque coincidió con un bloque de publicidad. Se marcó prácticamente sólo la subida final al Furkapass, tras haber seguido el tren marcado por Moreni para Rogers en el Gothardo. Por delante circulaban algunos hombres como Koldo Gil o Beat Zberg, que se tenían que levantar de su sillín mientras Aitor se exigía una auténtica cronoescalada de ensueño, impávido y estático, con un pedaleo ágil que para sí quisieran muchos escaladores.

Coronó el Furka con 1´08" sobre el grupo de Rogers, al que nadie ayudó, y en el descenso y un pequeño tramo de sube y baja al entrar en el valle pudo mantener la diferencia, aunque en el tramo final totalmente llano el fuerte viento de cara le perjudicó, entrando en meta con 46" de diferencia. Eran suficientes, habida cuenta de que su desventaja en la general era de 36", y más contando los 20" de bonificación. Al final, Aitor González se hizo con la general con 22" sobre Rogers y casi 2´ sobre Ullrich, que pudo mantener su puesto en el podio tras flaquear en la montaña, dejando unos preocupantes primeros planos de sufrimiento. A Rogers la derrota le sentó mal, y no quería cámaras cerca que filmasen su decepción, la enésima de un australiano (McGee se hundió ayer y cierra como 8º de la general). Que se consuele sabiendo que tiene 25 años y todo el tiempo por delante. Por su parte, Aitor González se hizo con una etapa alpina y la general de la Vuelta a Suiza, llamada con toda justicia la "cuarta grande". Atacando en montaña de una manera demoledora, y subiendo puertos como si fuesen colinas, Aitor González se candida al Tour de Francia, aunque sus otroras magníficas cualidades contra el reloj parecen haber desaparecido por completo.

Para el Euskaltel, segundo gran éxito, grandísimo, tras el de Landaluze en el Dauphiné, incluso dando sensación de equipo. Laiseka ha andado muy bien y Mayo ha hecho sus pruebas (un poco por debajo de lo esperado, pero bueno) en lo que debe ser el bloque del Tour. Gorospe casi se come a Aitor en la tranquila meta, sin vallas de seguridad y sin apenas público. Por su parte, el de Zumárraga-Alicante se reivindica así mismo ante Ferreti y ante el pelotón. Jose Manuel Fuente era el único español que había ganado la Vuelta a Suiza con anterioridad, en el año 1973, enjuagando su enésima derrota en el Giro. Han tenido que pasar 32 años hasta que otro compatriota le sucediese en el palmarés. Sin embargo, cabe plantearse una pregunta ¿Era para Aitor un objetivo a priori? Yo creo que no, venía de abandonar en el Giro, de hacer 5º en la Bicicleta Vasca y en los planes de principio de temporada no tenía en programa hacer el Tour. Esta vez Aitor no ha fallado, simplemente porque no se le esperaba. Ha sorprendido a propios y extraños, y ojalá esta vez le sepa dar la continuidad que le faltó tras su epatante Vuelta 2002, una de las mayores exhibiciones que yo recuerde sobre las dos ruedas. Y la de ayer no le va a la zaga, porque los grandes campeones siempre ganan en solitario.
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Segunda victoria para el Catalunya-Angel Mir en la Vuelta a Asturias, de la mano de su corredor Xavier Tondo, que supo batir en la meta a Eladio Jiménez, nuevo maillot amarillo. La etapa se vio perjudicada por una molesta niebla y apenas si se pudo ver los últimos metros. Samuel Sánchez entró un poco retrasado, y Eladio Jiménez tiene 22" de ventaja que defender hasta la etapa final de Oviedo. Sería su segunda victoria tras la Bicicleta Vasca, merecida y meritoria.

Lastras triunfa en el día de la resurrección de Aitor González

Lastras es un corredor de los más selectivos del pelotón. Tras unos primeros años de profesional condicionados por sus continuas lesiones y mala suerte, se destapó con una victoria de etapa en el Giro 2001. Después le sumó dos etapas en la Vuelta 2002 y una en el Tour 2003, además de la Vuelta a Burgos. Tentado por Ferreti ante el cierre de puertas de iBanesto.com, resistió la tentación y se quedó con el equipo que le había mimado siempre durante sus horas más bajas. Después de un 2004 no muy afortunado, su victoria de ayer en la Vuelta a Suiza le reafirma como el corredor de inmensa clase que es. Su victoria se produjo tras saltar a neutralizar a Carlos Barredo (huelga decir que con el asturiano de por medio todos venían de una escapada) y sufrir como un perro en los últimos 1.500 metros, tras pasar el Premio de la Montaña. Es la primera victoria de un español tras la etapa conseguida por D.Etxebarría en sus tiempos en el ONCE, y es un complemento ideal para un corredor que ejemplifica como pocos la evolución del ciclismo español en calidad, polivalencia y presencia internacional.

A pesar de todo, la sensación del día fue Aitor González. El de Zumarraga empezó la última ascensión en el grupo de favoritos, a 3´ de los escapados. Atacó y nadie pudo salir a por él, tras un buen trabajo de Laiseka. Fue capaz de recortar mucho tiempo y entrar a un puñado de segundos, cuarto de la etapa (tercer puesto para Weggman, que brillará en el Tour), pero sobre todo metiendo 1´02” a Rogers, Ullrich y McGee, los que ahora le anteceden en la general, donde sólo 36” le separan de la victoria final. Aitor González tiene una oportunidad muy bonita de incorporar a su palmarés una victoria de gran prestigio. Salvo Rogers, sus otros rivales se han limitado a resistir en montaña, sin más, y Aitor tiene que ir mañana al ataque. Sólo son 100 km. de etapa, pero con tres puertos fuera de serie. Ojalá lo consiga. Al igual que Lastras, el del Euskaltel pertenece al selecto grupo de corredores con victorias en las tres grandes, pero siempre ha estado tallado para brillar por encima de esa anécdota. Con una Vuelta a España y una Vuelta a Suiza tendría un palmarés muy respetable, y el Euskaltel se apuntaría un golpe de efecto tremendo antes del Tour tras la hazaña de Landaluze en el Dauphiné. Todo depende de Aitor, que tiene que estar en la salida de la ronda francesa tras demostrar con hechos que fue al Giro a entrenarse.
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En Asturias, triunfo de etapa (y van dos en la temporada) para Andoni Aranaga, el vasco del Kaiku que supo salir muy bien de la rueda de Astarloa, pésimamente lanzado por Cárdenas después de que el colombiano saliese a neutralizar un ataque de Samuel Sánchez en el último kilómetro. Astarloa se quedó sólo ante el sprint a 200 metros, y Aranaga le superó fácilmente. Konyshev sigue de líder, aunque hoy se llega al tradicional Acebo, donde los escaladores podrán hacer valer sus condiciones, especialmente Cárdenas, el más esperado después de que el año pasado Mayo le robase la Vuelta a Asturias en el último kilómetro.

19 junio, 2005

Konyshev gana con 38 años en Asturias

Hay corredores que se resisten a rendirse y que consiguen ganar con edades fabulosas gracias a un talento natural llamado clase. El caso de Konyshev, que ayer se impuso en la primera etapa de la Vuelta a Asturias a los afamados Samuel Sánchez e Igor Astarloa, es paradigmático. El ruso saltó a la fama cuando logró la plata en el Mundial de 1989, por detrás de LeMond y con 23 años. El Mundial sería siempre para él la mayor obsesión, y en el fondo creo que sigue corriendo por ver si algún día puede ganar el arcoiris. Se hizo famoso en el Tour de 1990 cuando lució el maillot de la montaña y protagonizó vertiginosos descensos sin agarrar el manillar, mientras empezaba a coleccionar victorias en las tres grandes y las etapas de carreras de prestigio. En 1992 fue bronce en Benidorm y en 1993 ganó tres etapas en el Giro, pero el Mundial se le resistía, a pesar de hacer siempre puestos magníficos, muchas veces corriendo sin selección.

Una vez leí una entrevista en la que afirmaba que sufría pesadillas pensando en el Mundial de Verona. Era la situación ideal: un grupo de nueve se disputan el sprint y el ruso se encuentra entre ellos. No había nadie más rápido que él. Y de repente, el español al que ninguno de los presentes conocía, corta la trayectoria en la curva y sale como una bala. Konychev supo enseguida que no lo cogerían. Resignado, se limitó a entrar cerrando el grupo. Después de eso, todavía tuvo arrestos para fichar por el Fassa y ganar la etapa reina de la Vuelta a Suiza en 2001, porque el ruso siempre ha subido muy bien, y muy elegantemente. El año pasado, enrolado en el mismo LPR con el que ayer se impuso, ganó una semietapa en la Bicicleta Vasca y hizo segundo en la llegada a Avilés de la Vuelta a Asturias. ¿Y el Campeonato del Mundo? Pues en Verona 2004 consiguió el 25º puesto...no entró con los favoritos, pero casi. Con 37 años es muy meritorio.
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De no ser por Konyshev, la noticia del día sería la victoria de jovencísimo (clase 83) Linus Gerdemann en la Vuelta a Suiza. El alemán ha pasado a profesionales hace un mes en la escuadra de Rijs, que no duda en calificarle como "el próximo Jan Ullrich". Es cierto que Thomas Dekker, de la misma hornada, ha ganado la etapa de montaña del Criterium y ha asomado la cabeza en el Giro de Italia, pero ganar una carrera ProTour es un buen indicador de las posibilidades que atesora.

17 junio, 2005

Las crónicas de un deceso

Fuerte impacto en los medios ante la trágica muerte de Galetti, como era de esperar. Periódicos generalistas una página, los deportivos algo más. Unos incidían en el “pasa en todos los deportes”, otros en la escalofriante falta de ambulancias, incluso sin desfribilador. Lo más curioso es que ninguno resaltase que Galleti hubiese sido excluido el año pasado del Domina Vacanze a mitad de temporada por sus relaciones con uno de los doctores oscuros de la medicina italiana. Esa es la razón de que Alessio Galleti cerrase el año 2004 en el puesto 1102 de la UCI, al nivel de un corredor retirado. En el As, la tradicionalmente beligerante columna de Juan Mora pasaba por alto el significativo hecho. En El Mundo se resaltaba su heladería en Pisa, su mujer embarazada y su hijo de un año. En fin. Parece que el doctor Santuccione haya sido olvidado intencionadamente, quizás para no manchar las crónicas del deceso.

Sin embargo, resulta endeble justificar un ataque al corazón en un ciclista profesional y experimentado, habida cuenta de los constantes controles cardíacos a los que se someten, con el consabido “a veces pasa, igual que en la vida normal”, que es el moto común a todas las crónicas, sin apenas matices. Un pimiento. Yo no me lo trago. No sé qué saldrá de la autopsia, o si esta incluye un análisis de sangre–Pantani entró en el hospital de Turín en 1995 por su terrible caída y salió como imputado por su nivel de hematocrito-. Tampoco sé si visto el trágico final de Galleti resultará muy políticamente correcto desvelar las analíticas, pero no estaría mal que por una vez se supiese la verdad. Zanette murió en el dentista. Salanson durmiendo en el hotel en la vigilia de la Vuelta a Alemania. Para un colectivo de unos 1.200 ciclistas profesionales de élite, parece un alto porcentaje de muertes por fallo cardíaco, especialmente si consideramos factores reductores como la juventud, la práctica deportiva y no fumar. Que esta vez la muerte se haya producido en carrera tendría que incentivar la investigación y no intentar pasarlo como “algo normal”.
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En la Vuelta a Suiza, Chris Horner, americano clase 71 del Saunier Duval, ganó el final en alto de Arona. Segundo, el neoprofesional italiano del Fassa Bortolo Vincenzo Nibali, en su primer destello con el resto de estrellas. A diferencia de los sprinters que han debutado con victoria, Nibali es la estrella anunciada de esta generación de transalpinos, veremos si cumple lo esperado. En cuanto a Horner, un triunfo muy bueno para un corredor muy veterano que fue fichado por el Saunier a final de temporada, en plan Beloki, gracias a sus buenos resultados, especialmente su 8º puesto en Verona. El Saunier tiene una hornada de escaladores que puede dar mucho juego en el Tour.

Michael Rogers, para seguir el dominio australiano de la carrera, ha arrebatado el liderato a Ullrich. Aitor González ha aguantado muy bien y es 7º en la general, aunque va a ser difícil que pueda remontar muchos más puestos. La gran montaña se reserva para la curiosa etapa del domingo, el tradicional Circuito de los Alpes, sólo 100 km pero subiendo Furka, Gottardo (con pavés) y otro gran puerto suizo. ¿Ullrich disputará la general o se conformará con su segundo puesto, tampoco asegurado?.
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Oscar Freire no correrá el Tour de Francia. Su maldita lesión de los isquiotibales ataca de nuevo y en lo que parecía que iba a ser la mejor temporada del cántabro, aún siendo bueno todo lo hecho hasta ahora, está resultado una fotocopia de otras campañas: primavera y otoño. Otro que no va es Zabel, en el T-Mobile tienen grandes ambiciones.

La muerte de un ciclista

Morir mientras trabajas no es una bendición. Es cierto que algún cantante ligero gusta de proclamar que le gustaría morirse en los escenarios, o que a cierto sector de la política le encantaría expirar en pleno mitín, siguiendo la dramática muerte de Enrico Berlinguer (secretario general del Partido Comunista Italiano) en 1984. Estupideces. Lo dicen porque saben que eso les aseguraría el futuro y el coro de plañideras periodísticas mientras estuviese caliente el cadáver. Si eres ciclista y te llamas Alessio Galleti, morirse encima de la bicicleta es una maldición. Una pesadilla. Porque nadie se va a acordar de lo que has hecho antes, si no de cómo te has muerto.

A Alessio Galleti, clase 68 y más cerca de la retirada que de plantearse grandes objetivos, le falló el corazón subiendo el Alto de la Manzaneda mientras disputaba la Subida al Naranco. La Manzaneda es un puerto sencillo: consiste en una recta sostenida al 15% subiendo desde el valle del Caudal y que, con la expansión urbanística, te deja al borde de Oviedo. Poca cosa para un corredor de 37 años, experimentado y que había vuelto a la competición tras ser excluido del Domina Vacanze en el curso 2004 por encontrarse vinculado a uno de los múltiples doctores oscuros italianos. Galleti sufrió “una crisis respiratoria general”. O un ataque al corazón. Qué más da. Su muerte vuelve a arrojar sombras sobre este deporte, sombras que cuestan vidas y que ponen en primer plano carreras menores, no por el mérito deportivo, sino por el morbo del ciclismo, ese deporte que produce mitos y mártires por doquier.

En los últimos años ha habido varias muertes en el ciclismo, pero en estas circunstancias ninguna. A Sanromá y Kivilev les segó la vida una caída, a Salamson y Zanette una parada cardiaca al principio de la temporada, mientras estaban reposando. Pantani y Jiménez ya no eran ciclistas, pero como si lo fuesen. Morirse en la carretera como lo ha hecho Galleti no tiene precedentes. O si. Manzano entró en crisis mientras iba escapado en una etapa del Tour. Los síntomas, los mismos. Voy bien, voy bien, y de repente me quedo lívido y sin fuerzas, como Cristo en una buena representación del Descendimiento, mientras el director deportivo te acuna y te introduce en el coche. Tonterías. La muerte de Galleti huele a chamusquina desde el primer momento, porque ya sabemos mucho y porque voluntariamente cerramos los ojos para que este deporte no nos asquee.

¿Qué hacía Galleti ahí? Bueno, era compañero de equipo de Gentili, que se había impuesto hace poco en la Subida a Arrate de la Bicicleta Vasca. Quizás tenía que hacer un esfuerzo extra para que su compañero tuviese opciones de ganar en otra carrera, al fin y al cabo su equipo, el Naturino no tiene muchas oportunidades a lo largo de la temporada. Competía también un corredor de la tierra, el ovetense Mario de Sárraga. El equipo tenía que estar a la altura. Era sólo estar a tono en esta carrera, al däia siguiente en la Vuelta a Asturias, el campeonato nacional y a descansar. “Hoy te necesitamos, Alessio”. Al modesto corredor italiano, con sólo tres triunfos en su palmarés, seguro que no se le pasó por la cabeza que iba a ser su última carrera. “Hoy no nos puedes fallar”.

La Manzaneda no es el Ventoux. Galleti no es Tom Simpson. La Subida al Naranco no es el Tour. Aún así, que se sepa la verdad.
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En la Vuelta a Suiza, escapada sin incidencias en la general y victoria para el nacional Michael Albasini, clase 80 y que el año pasado logró un meritorio 5º puesto en el GP de Zurich. Un nuevo éxito para el Phonak en una carrera Pro Tour, una senda positiva que iniciaron con el malogrado Fabricio Guidi y su tercer puesto en la Tirreno-Adriático. Segundo quedó el también suizo y del Phonak Gregory Rast, vigente campeón nacional y 4º en el GP de Frankfurt de 2004. Nacido en Ebikon (un suburbio de Lucerna, la gran ciudad de la zona), la etapa de ayer pasó muy cerca de su casa, con un recorrido final precioso en torno al lago de los Cuatro Cantones, cruzando por Schwyz y finalizando en Altdorf (los hermanos Zberg son de aquí). En la ciudad donde el Reuss forma el lago se encuentra el museo de Guillermo Tell, mítico forjador de la nación helvética, más conocido por la ópera y el episodio de la manzana que por su carácter político. No lejos, en Gersau, nació Oscar Camenzind, y en Kriens, otra extensión de Lucerna, hizo lo propio Eric Maechler, ganador de la San Remo 87 y la Tirreno-Adriático del año siguiente con los colores del Carrera. Tierra de ciclistas y de héroes.

15 junio, 2005

Australia por los codos

Que nadie piense mal. La relación Australia-codos-McEwen no es en este caso maliciosa. El muy competente sprinter australiano (ya ganó el año pasado dos etapas) acudió a su cita anual con la Vuelta a Suiza y se impuso de una manera clarísima ante el neoprofesional Danielle Colli, mientras que Boonen sólo pudo ser cuarto. Nada de codos utilizados para abrirse paso, como en anteriores ocasiones. En este caso, codos viene utilizado en el sentido de que los australianos están por todas partes, igual que en el inicio del Giro con Lancaster-Cooke y el mismo McEwen, uno de los corredores más competitivos a lo largo del año, siempre con buenas victorias y resultados. Su objetivo es volver a brillar en el Tour y disputar el maillot verde. El perfil de la etapa de hoy propicia un nuevo duelo con Boonen, que de momento no está rindiendo a su nivel, y eso que viene de ganar a lo Merckx en la Vuelta a Bélgica.

Veremos que hacen en el Tour los de las antípodas, siempre a las puertas de un gran éxito. Tienen una docena larga de corredores de primera fila, pero lo cierto es que la única clásica que han ganado es Hamburgo en 2004 (O´Grady), nunca han ganado una carrera por etapas de primer nivel y su mejor puesto en una gran vuelta esta muy lejos de los cinco primeros. En los Mundiales la cosa va mejor, con la plata de McEwen en 2002 y el cuarto y quinto puesto de O´Grady y Davis en Verona 2004. Para las grandes vueltas, su mejor opción pasa por Cadel Evans, que viendo la buena evolución de antiguos T-Mobile (Savoldelli y Botero), a lo mejor da la gran campanada en el Tour defendiendo los colores del Davitamon. En todo caso, el gran (y dopadísimo) Phil Anderson consiguió en sus tiempos mucho más que todos estos corredores juntos, compitiendo en los años 80 de tu a tu contra Criquelion, Kelly o Argentin. ¿Invasión australiana? Puede ser, pero los resultados todavía están por llegar.

14 junio, 2005

McGee, un corredor polivalente

Bradley McGee ganó ayer al sprint la tercera etapa de la Vuelta a Suiza sobre un grupo restringido con todos los favoritos, incluyendo a gente muy rápida como Valverde. El pelotón se rompió en una subida a falta de 20 km., pero nadie daba como favorito al australiano. Ahora se sitúa segundo en la general a sólo 2" de Ullrich, y firma la segunda victoria de la Française des Jeux en tres días. La historia de McGee sigue el patrón de tantos australianos: fabricado para la pista, un día prueba con la carretera y le empieza a gustar y a gustar, pero sin dejar nunca el anillo, como O´Grady. En las Olimpiadas de Atenas ganó el oro en persecución por equipos, tras haberse pegado un trompazo en el Tour que le forzó al abandono. Se había presentado con muchas ambiciones en la carrera francesa, tras completar un sorprendente Giro de Italia, 8º final a sólo 6´ del vencedor, resistiendo muy bien en la montaña. Se conocían sus capacidades contra el reloj, pero nada de escalada. Como ayer. ¿Quién podía imaginar que sabía esprintar?

En principio, la gente de pista tiene cierta punta de velocidad, pero lo que parece evidente es que McGee es un corredor polivalente al que le faltan las grandes victorias, como a todos los corredores australianos. Ya tiene 29 años y parece que vuelve a llegar en forma al Tour (el año pasado se impuso en la Ruta del Sur), pero suele decepcionar. Como en la Vuelta al País Vasco de este año, donde era uno de los máximos favoritos al triunfo final y se diluyó en los dos sectores del viernes, tras haber forzado una escapada peligrosísima camino de Vitoria. Habrá que meterlo en el puñado de candidatos para la general de la Vuelta a Suiza, porque ya en el sprint ganador de su compañero Eisel tuvo un papel destacadísimo. En ese sprint también estaba Bettini, que ayer abandonó, confirmando que está viviendo su campaña más negra como profesional. Aitor González, por su parte, llegó ligeramente descolgado del grupo de favoritos, pero parece estar un poco más centrado (10º en la general), aunque no tanto como Mayo, que ayer disputó el sprint. Koldo Gil fue 6º en meta tras escaparse en el último km. del puerto y hacer todo el descenso como un kamikaze, aunque le sobraron 50 m. Una lástima, pero demuestra el buen momento del navarro, que tuvo que dejar el Giro por problemas musculares.
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En el Liberty son todo problemas. Si Heras abandonó en la última etapa del Dauphiné, Contador recibía el día anterior 18 puntos de sutura en un dedo, tras hacer la misma tontería que Zarrabeitia en la etapa de la Rabassa de la Vuelta 2000: intentar arreglar el imán del cronómetro en marcha. Al vasco le costó la falange de un dedo y el abandono en una Vuelta en la que podía haber hecho grandes cosas; al menos Contador no ha puesto en peligro su Tour. El mismo día, Nozal era atropellado en Mieres (Asturias) por un coche, sin grandes consecuencias. El cántabro reside en Oviedo, donde su novia cursa estudios, pero supongo que estará preparando las maletas para ir a Lausanne, a los laboratorios de la UCI, para hacer la contraprueba de su hematocrito alto.

13 junio, 2005

¡Lan-da-lu-ze, Lan-da-lu-ze!

Magnífica jornada de ciclismo lo que se vivió ayer en Sallanches. Lo de menos es que el vencedor final fuese un español nacido en Getxo hace 28 años, lo importante es que por una vez David venció a Goliat, y lo hizo en un recorrido con 52 km contrarreloj, el Ventoux y el Joux Plane. Lo que ayer culminó Landaluze no es muy común en el ciclismo moderno: ganar una carrera por etapas de prestigio ante cuatro o cinco potenciales vencedores de grandes vueltas. Es cierto que corredores como Saligari o Agnolutto consiguieron ganar la Vuelta a Suiza, pero no eran los mismos rivales que tuvo que afrontar el bravo corredor vizcaíno, además de que el patético Euskaltel -ayer se retiraron sus 3 compañeros- no es el Ariostea de 1993 o el sospechosísimo Casino de 1998. Es más: la gesta de Landaluze sólo es comparable en el ciclismo español a la Tirreno-Adriático de Díaz-Zabala en 1991, con la diferencia de que el cántabro no tuvo que afrontar ningún gran puerto y la carrera italiana está llena de bonificaciones. Pasarán los años y recordaremos esta Dauphiné-Liberé como una edición épica y nobilísima.

Nadie le ha regalado nada. "Fuga bidón", se leyó en la prensa sobre la etapa de Grenoble. ¡Ja!. Fuga bidón cuando Landaluze apenas se dejó minuto y medio sobre los favoritos en el Ventoux, cuando en la crono mantuvo el tipo, cuando en el Joux-Plane apenas cedió un minuto...¡Ja! Ha ganado el más regular, y lo ha hecho de una manera intachable. Y si no, que camino de la capital de los Alpes se hubiesen escapado esos vitolados Vinokourov, Leipheimer, Landis, Mancebo o Pereiro. La etapa de ayer resultó un cúmulo de emoción e incertidumbre, con el David vasco y sus escuderos Cañada, Mazzoleni y Bruseghin (un abultado sobre de dinero para ellos, a cobrar bajo mano) subiendo a muerte en la séptima y última subida a la insidiosa cota de Sallanches. Apenas 10" separaban a un Botero que no fue súper en ningún momento de la jornada, pero que hicieron del descenso una emoción insuperable, desbordada en el momento en que se vio al ciclista de Euskatel en la recta final con tiempo para asegurar la victoria final. Por delante, la etapa había sido para Hincapié sobre Popovich, una demostración de fuerza del Discovery remachada por un Armstrong rabioso que se hizo con el sprint de los favoritos, sólo contestado por Vinokourov.

La pareja americo-rusa disputó la etapa como un Mundial, a un ritmo vivísimo, y siempre creí que su posición adelantada respondía al propósito de hacerle la carrera a Armstrong cuando saltase, en busca de hacer un pequeño Sallanches-80 y conquistar la Dauphiné en la última etapa, como hizo Indurain en 1996. Nada más lejos de la realidad. Armstrong apenas se movió, igual que Vinokourov, Leipheimer o Mancebo, y todo el peso de la carrera recayó en un Botero muy desasistido, cuando en teoría el Phonak presentaba su equipo de gala con Pereiro, Landis y Quique Gutiérrez. Todo su esfuerzo individual no fue suficiente. Landaluze ató la general y consigue una victoria por sorpresa en el "pequeño Tour", igual que hizo el malogrado Uriona en 1964, el grandísimo e irrepetible Luis Ocaña en tres ocasiones, Indurain en dos e Iban Mayo el año pasado. El Dauphiné dignifica el palmarés de cualquier profesional. En el caso de Landaluze, 28 años recién cumplidos y sin ninguna victoria, justifica toda una vida deportiva. ¡Qué grande es este deporte en jornadas como la de ayer!.
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Ullrich impuso su buen estado de forma en la crono de la Vuelta a Suiza, 36 km. en los que no metió mucho tiempo a los demás contrarrelojistas en liza, pero si 2´21" a Valverde, 2´37" a Moos y 2´54" a Mayo. Veremos a ver que pasa en las superetapas de los Alpes, con el CSC de Julich y Voigt como principales rivales, además del Quick Step de Rogers -en la Volta ya demostró que puede subir a tren con los mejores- y Sinkewitz.

12 junio, 2005

Landaluze muestra su casta en una etapa digna del Tour

Puede que hoy pierda, puede que Armstrong se marque un número en el circuito de Sallanches que recuerde al gran Bernard Hinault, pero lo que nadie le va a quitar a Iñigo Landaluce es haber defendido su maillot de líder como un león en una etapa de nivel Tour, por mucho que la televisión francesa le haya ninguneado. En la base del Joux Plane el bravo corredor vizcaíno iba ya un poco retrasado (ayudado por dos Davitamon) respecto al grupo de los favoritos, donde ya había saltado Botero, a la postre vencedor, pero lo poco que lo pudimos ver sirvió para comprobar que medía visualmente la distancia, subiendo a su ritmo, sin nervios. A partir de entonces, el apagón. El jefe de producción francés decidió que Landaluce estaba muerto y se centró en las evoluciones de Botero y Moncoutie, por una parte, y de Vinokourov, Gómez Marchante y Leipheimer por otra, además de Armstrong, frecuente objeto de planos-detalle de toda su anotomía. No era poco: el gran kazajo atacó dos veces y se fue para enlazar con la revelación madrileña, mientras entre ellos y la cabeza de carrera continuaba un meritorio Mancebo, que subió todo el Joux Plane, en su estilo sufrido, por delante de los favoritos. A muy poco de la cima, apenas dos kilómetros, Landis entró en crisis total ante el ritmo de Armstrong, que sólo forzó en ese breve espacio, pero lo hizo de tal manera que caben pocas dudas sobre su forma. En un plis-plas se tragó a Marchante y Vinokourov.

Parecía que la etapa se la iban a jugar entre Botero y Moncoutie (cada vez me gusta más el francés), pero el colombiano aprovechó un repecho durísimo en la bajada para irse en solitario, recordando la grandísima victoria de Briançon en el Tour 2000, al mover esas cadencias de remero cuesta arriba. De no haber tenido su habitual “día malo” en el Ventoux (cedió 4´) sería el ganador de la carrera, pero ya sabemos cómo es Botero. Por lo menos, ahora que está de regreso, celebremos sus victorias imposibles, extrañas e ilógicas. Tercero en la etapa Mancebo, a menos de un minuto, que también se separó de Moreau en la subida y así llegaron a meta. Los favoritos llegaron a 2´50”, por lo que Botero se hubiese puesto de líder de no mediar un portentoso Landaluce, siempre en solitario, y al que se le perdona haber trazado las últimas curvas de una manera tosca: supongo que estaría atento a no caer donde lo hizo Heras en el Tour 2000, a pesar de que no se pasó por ahí. Conserva un minuto y pico sobre Leipheimer, Vinokourov y Armstrong de cara a la última etapa, además de 49" sobre Botero, complicada pero de sólo 120 km. Lo normal es que el kazajo ataque, pero el Gerolsteiner tiene que defender ese tercer puesto de su jefe de filas calvo. El problema es que ataque Armstrong, porque nadie va a poder ir detrás de él (¿Marchante?), y quiere su etapita: de no ganar, se presentaría en el Tour de su despedida sin ninguna victoria, algo que nunca ha hecho. Y el americano es hombre de costumbres fijas: lleva seis años seguidos ganando el Tour.
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En la Vuelta a Suiza, primera etapa para el vecino austríaco Eisel después de un gran trabajo de su compañero Cooke, que precisamente taponó un ataque a 300 m. de meta de su "amigo" Bettini, un poco extraño si consideramos que estaba Boonen en liza. Al final el belga sólo pudo ser segundo y el gigantón de La Française dex Jeux consigue volver a ganar después de un inicio de temporada esperanzador. Ojito a él en el Tour.

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Se equivoca Carlos de Andrés si cree que Armstrong es un caballero por esperar a Leipheimer camino de Grenoble. El año pasado en el Tour, en la etapa por el pavés donde pusieron en fuera de juego a Mayo, también se cayó el líder, Hushvod, y nadie le esperó. Es más, la locomotora de Hincapié se puso a tirar como un loco, aún cuando sabían perfectamente los que quedaban por detrás.

11 junio, 2005

Landaluze, esta es tu oportunidad

Lo que desde las páginas de los diarios deportivos se presentaba como una etapa sin transcendencia para la general, atendiendo al criterio siempre esquivo de que no presentaba ningún puerto de primera, acabó convirtiéndose en una escabechina para la general y en el mayor momento de gloria para dos buenos corredores reñidos con la victoria como Axel Merckx e Íñigo Landaluze. De nada sirvió, porque hoy As titula "Landaluze coge el liderato tras una escapada bidón", que hay que tomarse como una inocentada. El hijísimo, un profesional como la copa de un pino que cuenta con 10º puesto en el Tour 98 (favorecido por el abandono en bloque de los españoles), un 4º puesto en el Mundial de Lugano 96, victoria de etapa en Prato en el Giro 2000, varios puestos de honor en clásicas de todo tipo y la medalla de bronce en los JJ.OO de Atenas, todavía tiene que ganar etapones como el de ayer para que se le tenga en consideración por sus características y no las de su padre. Atacó a 110 km. a sus doce acompañantes y se marcó en solitario en un recorrido rompepiernas por los prealpes franceses para llegar con 2´ 15" sobre Landaluze, que sólo en el tramo final se vió sólo. Al llegar a meta, lo primero que le espetó un odioso periodista francés fue "aquí también ganó tu padre". Como para no, se llegaba a Grenoble, la capital de los Alpes. Siempre la sombra del padre, pero con etapas como la ayer siempre en la memoria de los buenos aficionados.

Landaluze a su vez endosó unos brillantes 7´11" al pelotón de favoritos, donde el Gerolsteiner del líder Leipheimer reventó intentando perseguir a los fugados y, cosa rara en el ciclismo, no recibió ninguna ayuda, salvo la del Discovery, que le esperó cuando se cayó en el último puerto (tiene tendencia a besar el suelo el calvo americano). Por tanto, nada de fuga bidón. Entre los escapados estaban locomotoras como Hushvod, Noval, Mazzoleni, Aerts, Flecha o Chavanel. Se les intentó neutralizar y no se consiguió. Encima el periodista de As tiene la vehemencia de empezar la crónica explicando qué es una fuga bidón. Mejor pasar página. El bravo corredor algortarra se sitúa con 2´32" sobre Merckx y en torno a 3´15" sobre Armstrong y Vinokourov. Ambos intentarán ganar la carrera hoy, ayudados por el Joux Plane. A favor de Landaluze, si se recupera bien de la machada de ayer, está que la etapa sólo tiene 140 km (antes se sube la retahíla de Colombiere y Croix-Fry y otro más que no me acuerdo, desde que se descubrieron en el Tour de 1994 con la exhibición de Ugrumov siempre los presentan juntos), en su contra, además de los rivales, que sólo le quedan tres corredores en el equipo (el Euskatel se presentó en la línea de salida con 6 hombres): Koldo Fernández, Joseba Zubeldia y Aitor Silloniz, este último el farolillo rojo, los otros dos no muy lejos. Esperemos que Gorospe haya pasado la noche estableciendo alianzas con otros directores de equipo, porque el botín en disputa es muy valioso: nada menos que la Dauphine-Libere. Y para el humildísimo Landaluze, su primera victoria como profesional.
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Comienza hoy la Vuelta a Suiza, con Mayo y Ullrich en liza. Sin embargo, mi favorito es Alexandre Moos, un suizo del Phonak que está en gran forma, y así sube con los mejores y anda muy bien contra el crono. También cuenta que es un furibundo nacionalista suizo, militante del partido político de Blocher.

10 junio, 2005

Todos somos fans de Vinokourov

Vinokourov ya tiene 31 años, pero con 29 se subió al podio de Tour después de disputar al ataque toda la edición de 2003, donde sólo flaqueó en la etapa de los Pirineos de Loundeville. Atacó en Alpe D´Huez y nadie le pudo seguir, atacó al día siguiente camino de Gap, donde consiguió la etapa y ayer mismo se llevó el triunfo en el Mont Ventoux, donde sólo ganan los más grandes. Estamos ante quizás el único corredor que puede romper la carrera subiendo, que disputa desde febrero a octubre y al que le mueve una fuerza de motivación especial: dedicarle el triunfo en el Tour a su compatriota Kivilev, que a punto estuvo de ganar el Tour de 2001 gracias a la escapada de Pontarlier y al que una absurda caída en la París-Niza del año siguiente le quitó la vida y las ambiciones. Todos somos fans de Vinokourov. Ataca y ataca, y le da igual si el pelotón está a 10 metros que a 20 o a un kilómetro. En la etapa del Col D´Eze de la Paris-Niza salió a por Contador y tiró de él cuando el gran grupo estaba por neutralizarlos: casi gana la etapa, los neutralizaron a 300 metros. Después ganó la L-B-L tras atacar junto a Voigt a falta de 53 km. Todos somos fans de Vinokourov. Ojalá este año no le aparte del Tour una estúpida caída como el año pasado, donde en la primera etapa de la Vuelta a Suiza se dejó todo el trabajo hecho.

Triunfo kazajo en el gigante de la Provenza, a una media de ¡44,14 km/h!. Fueron a tope durante toda la etapa, hasta reventar a todos. Mantuvo el tipo de manera admirable Gómez Marchante, a sólo 6" y dando su primera nota internacional tras su notable Vuelta del año pasado y su brillante escalada del Mont Faron en la Paris-Niza. Lástima que se precipitase en el sprint.Tercero Win Van Huffel, una de las revelaciones del Giro, a 16", tras ir escapado casi toda la subida. La primera noticia que tuvimos de él esta temporada fue cuando la RadioVuelta de la Flecha Valona confundió su dorsal con el Voigt, y el pelotón no dió ninguna importancia a un desconocido belga. Para cuando rectificó la emisora, el trotón alemán ya llevaba 2´de ventaja. Es de suponer que ahora ya no le confundirán. Cuarto Armstrong a 37", por lo que el yanki se retirará sin haber hollado en primera posición el Ventoux. Gajes del oficio, aunque seguro que lo que más le preocupa es el tiempo cedido con Vinokourov, prácticamente el mismo que le ganó en la crono. Hay Tour, señores, sí, hay Tour. Yo no creo que subiese controlando, como cuentan en As, subió como las veces en que no sube igual de bien de lo acostumbrado. Octavo un notabilísimo Landaluze, que ya brilló el año pasado en la misma carrera, aunque a 1´31", pero tampoco es tanto tiempo. Mancebo, Menchov y Botero en torno a los 3´ y Popovych a casi 9´, un tiempo sorprendente para un corredor que tampoco trabajó tanto en la etapa y que viene de ganar la Volta...Heras, a 11´ debería desatar las alarmas en casa Liberty, igual que Kloden en el T-Mobile. Sigue de líder Leipheimer, pero sólo le separan 21" de Armstrong y 26" de Vinokourov...el sábado se sube el Joux Plane, el más italiano de los puertos franceses, y el domingo se repite parcialmente el circuito mundialista de Sallanches 80, cuando Bernand Hinault dió uno de sus mayores recitales. Si fuese Leipheimer, se me caería el pelo.
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Hablando de Mundiales, los de 2009 (los de 2008 siguen sin adjudicar) se disputarán en Mendrisio, la ciudad suiza del Ticino donde en 1971 Eddy Merckx ganó su segundo arcoiris. Desde el año pasado es la salida del Giro de Lombardía. Antes, se disputarán los Mundiales de Madrid, de Salzburgo y de Stuttgart en 2007, sobre el mismo circuito donde Bugno batió a Rooks e Indurain. Me gusta que los Mundiales repitan escenarios.

09 junio, 2005

Botero sale del túnel

Se podrá achacar que este titular valía para su victoria del pasado mes de abril en Romandía, pero es ahora cuando adquiere peso. En la carrera suiza Botero se impuso en una prueba de prestigio, batiendo a Cunego y Piepoli tras una magnífica crono final. Ahora Botero ha ganado la crono (larga, dura, de gran vuelta) imponiéndose a corredores que están llamados a despuntar en el Tour. Su preparación recuerda mucho a la que llevaba Hamilton en el mismo equipo el año pasado: victoría en Romandía, destacar en Dauphiné (2º puesto del americano el año pasado) y....esperemos que el colombiano no se retire del Tour a las primeras de cambio. A su favor cuenta que es más joven que el hemotransfusionado, no se le conoce ninguna afición especial por perros Golden Retriever llamados "Remolcador" (tugboat) que le puedan jugar una mala pasada anímica en caso de deceso y que en teoría el Phonak se ha "limpiado" desde el escándalo de la pasada temporada. En su contra, que incluso en sus mejores momentos (Tour 2002) siempre ha tenido un día malo donde se ha dejado llevar y que su director deportivo es Juan Fernández, un desastre desde el punto de vista táctico. Veremos a ver cúales son sus posibilidades reales en el Tour, yo creo que su punto fuerte es que, en forma, no tiene miedo a atacar en montaña. Ya ha hecho lo más difícil, salir del túnel ante los favoritos. Ojalá él y Vinokourov no se caigan y lleguen en plenitud de condiciones.

La victoria de Botero ha sido por 1" sobre Leipheimer, el calvo americano que desde su tercer puesto en la Vuelta 2001 no ha vuelto a hacer nada digno de mención especial, tres años en el Rabobank como jefe de filas para las grandes vueltas. Como en el prólogo también brilló, ahora es el nuevo líder con 12" sobre el colombiano, pero quizás la noticia es que el tercero de la etapa ha sido...Armstrong, si señores. ¿Realmente había alguna duda? Después de 10 días de competeción en sus piernas y su retiro milagroso en Texas (paradita en Ferrara en la consulta del doctor casi homonímo) vuelve y sólo pierde 26"...Todo parece indicar un nuevo Tour igual, igual que el del año pasado. Y todos tan contentos. Eso incluye a Menchov, que ayer se dejó 3´, Kloden 3´25", Heras 3´32", Mancebo 4´30" o Sastre 4´42". Alegría. Obvio comentar el Euskaltel, no tanto el Liberty: en un prueba donde antes se brillaba, cuesta trabajo encontrar en la tabla a Contador, Igor u otros afamados contrarrelojistas. Qué mal pinta todo, y más si pensamos en el pobre Nozal. Y si decía Vinokourov en el anterior párrafo es porque el vencedor de la L-B-L sólo ha perdido un minuto. Hoy, camino del Ventoux, veremos a ver que tal lleva la transición crono-llano (no hay ninguna otra subida)-montaña. Como en el Tour.

08 junio, 2005

¡Francia al ataque!

Lo nunca visto. En la segunda etapa del Dauphiné llegan cuatro corredores con 3´ sobre el pelotón y los cuatro son franceses. Gran día para el ciclismo galo, al que tampoco le está yendo tan mal con el ProTour. La victoria fue para Samuel Dumoulin, clase 80, que en los dos últimos años había ganado el Bro León, una carrerita francesa, pero carrera al fin y al cabo. Su equipo, el AG2R lo agradecerá sobremanera ahora que se acerca el Tour y algunos focos maliciosos apuntarán a los invitados por la organización: siempre es más fácil defender argumentos con victorias que con la simple nacionalidad francesa de un equipo. Segundo ha sido Charteau, el mismo que ganó una etapa en la Volta, mientras que tercero y cuarto han sido Finot y Bessy. Veremos a ver que pasa en el Tour, pero de momento los franceses se defienden bien, y no sólo en sus carreras. El sprint del pelotón ha sido para Hunter, que esta vez ha superado a Hushvod, aunque quedan pocas etapas para velocistas. Hoy se disputa la contrarreloj de Dauphiné, que siempre es la más larga de la temporada a excepción de las de las grandes vueltas: nada menos que 46 km. con puertecito de por medio. Armstrong dice que se va a probar, yo creo que no hay nadie que le pueda batir, porque Landis y Leipheimer son prolongaciones del cowboy de Texas en el pelotón. Mismo pedaleo, mismas aspiraciones de imitar a su mentor...¡que alguien rescate el ciclismo!
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Oigo en la radio que le hacen a Serrat un homenaje en Madrid. Pasa en directo a antena y ante la confesión del periodista de que está ante un ídolo, el cantautor de Poble Sec responde que lo mismo le pasaba a él, cuando de pequeño iba a pedir autógrafos a los ciclistas, Van Looy en concreto. Grande Serrat, a ver si algún día hace un equivalente a su canción a Kubala con un fenómeno del pedal. El grandísimo Paolo Conte ya le dedicó en su día una canción a Bartali, el ginetaccio. Y Serrat es como Conte, cuando no mejor.
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Hematocrito alto. Desde hace unos años el hematocrito alto se detecta, casualmente, antes del inicio de grandes vueltas por etapas, cuando a Pantani lo excluyeron en Madonna di Campligio a falta de una etapa, igual que a Dani Clavero en una Vuelta. ¿Ganas de evitar problemas por parte de la UCI? ¿Atajar el mal al principio?¿Quiere decir que no hay corredores con más de 50% de parte sólida en la sangre antes de las grandes etapas de montaña? Puede ser. También puede ser que se utilicen técnicas de doping en los entrenamientos en aras de acostumbrar al cuerpo, para así en competición "engañarlo" y que crea que va con gasolina extra. No es idea mía: la leí en su día en el libro del masajista del Festina, el demasiado olvidado Willy Voet, y a Virenque en su declaración ante el juez.

07 junio, 2005

Hushvod, el mayor rival de Boonen en el Tour

Ayer primera etapa del Dauphiné y victoria aplastante para el gigante noruego Thor Hushvod, que ya asusta desde el nombre. Este año lleva muy pocas victorias, merced a que en el principio de la temporada se dedicó en exclusiva a las clásicas, obteniendo un meteórico tercer puesto en San Remo y un noveno en Roubaix, entre otras prestaciones. La última etapa de la Volta a Cataluña fue su primera victoria de renombre, especialmente si tenemos en cuenta que rodó 40 km. en solitario antes de imponerse al sprint en Barcelona, tras ser neutralizado. Es fuerte, poderoso y anda muy bien contra el crono. Para mí es el máximo rival que se va a encontrar Boonen en las llegadas del Tour, habida cuenta de la baja de Petacchi, la casi segura de Freire y que McEwen debe ceder, con 33 años, ante corredores mucho más jóvenes que él. Ayer los damnificados del noruego fueron Robert Hunter, el sudafricano del Phonak, y Flecha, haciendo valer esa punta de velocidad que le dió el Lazio y el GP de Zurich, y que demasiado a menudo se olvida de utilizar en aras de la llegada en solitario, donde puede gozarse más de su repetido gesto de El Arquero. A pesar de esto, estoy seguro de que en el Tour lo veremos más al ataque que en sprints masivos. Chente, escapado desde el km.43 con otros compañeros, fue neutralizado, ya en solitario, a sólo 2 km. de meta. Otro que seguro que lo vuelve a intentar en el Tour. El año pasado Juanmi Mercado le birló una etapa que ya parecía que tenía ganada, aunque a base de estas acciones (y de la victoria de Draguignan del Tour 2000) Chente es uno de los ciclistas más conocidos del Tour de Francia, donde ya es todo un veterano y valioso corredor.
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Bastante eco mediático del caso Nozal. Hoy en As Sainz ya empieza a matizar que quizás se excedieron con Ribeiro. También su paisano González Linares le arroja el capote desde su tronera en el diario deportivo madrileño. A ver que pasa, pero si readmiten a Nozal también tienen que hacer lo mismo con Ribeiro. El Euskatel purgó a Txema del Olmo en el Tour de 2001, mientras que en el Tour 2004 no hizo lo mismo con Gorka González. En el caso de Saiz, no se puede ir de martillo de herejes y bondadoso padre (con poder de indulto) al mismo tiempo. Por mucho que a todos nos guste Nozal y nos parezca un mozo bonachón de montaña como, por otra parte, Santi Pérez.

06 junio, 2005

¿Qué pasa en el Liberty?

Marejada de las gordas en casa de Manolo Saiz. Si hace un mes era el portugués Nuno Ribeiro quien no podía tomar la salida en el Giro por el hematocrito alto, esta vez ha sido uno de los grandes protegidos del gran mandamás cántabro, nada menos que Isidro Nozal y en vísperas de la Dauphiné. La noticia es de mucho alcance, habida cuenta de que Saiz fulminó a Ribeiro sin esperar al contraanálisis o las alegaciones del portugués, que posteriormente pudo demostrar su inocencia, sin efectos en su reincorporación. Será difícil que el Liberty actue de la misma manera con el bravísimo Isidro Nozal, todo pundonor, porque es uno de los estandartes del equipo y porque es un chaval que rezuma bonhomía por los cuatro costados -enormes- que tiene. Una buena muestra es que ha sido él quien se ha apartado voluntariamente hasta que demuestre su inocencia. En todo caso, y para evitar comparaciones con el caso Lotz, no se ha demostrado que hayan consumido EPO: tienen el hematocrito alto, lo que comporta una exclusión de carreras en los próximos 15 días hasta que recobren sus valores normales, por cuestiones de salud. Otra cosa, claro, es el código ético firmado por todos los equipos ProTour e impulsado ferozmente por Saiz, que contempla la expulsión inmediata. No sería la primera vez que el cántabro se traga sus palabras, a menudo cargadas de una realidad difícil de digerir a tenor de las circunstancias.

Saiz siempre sacó pecho de sus corredores en los años ONCE. Al margen de los logros deportivos, lo cierto es que durante muchos años ninguno de sus pupilos dió positivo, salvo uno que se quiso ocultar: Curro García, aquel escalador que brilló en la parte final del Tour 1999 en las filas de Vitalicio y que era anoréxico. Se tomó un laxante que dió positivo, lo que se ocultó y propició su salida al Domina Vacanze. Todo por mantener la fama de equipo intachable. Va a ser difícil que esa fama siga en pie con esta sucesión de hematocritos altos. Me duele especialmente el de Nozal, porque con las exhibiciones que ha dado el fenomenal potro de Gurienzo (casi, casi, en Vizcaya) los más pensaran que iban dopado. Esa exhibición en las dos últimas Vueltas, ese Mundial de Verona donde tenía al pelotón y todos los ataques a raya....normal que alguien piense que iba dopado. Razones no le van a faltar. Algo huele a podrido en casa Liberty (no olvidemos el Tour 2004, donde hicieron un papel no muy lejano del Euskaltel). Esperemos por el bien del ciclismo y de chavales nobles como Nozal que todo se solucione rápidamente y sin muchos contratiempos.

Por lo demás, Armstrong reapareció en el prólogo de Dauphiné haciendo 5º y metiendo tiempo a todos sus rivales, mientras que la etapa fue para otro de sus gregarios, Hincapié. Segundo Leipheimer y cuarto Landis, poder americano de la mano de amigos de Armstrong ¡Qué bien se entrena uno en Texas! ¡Qué grandes son todos los corredores del Discovery! ¡Cúanto hay que cerrar los ojos para que nos siga gustando este deporte!.
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En la Bicicleta Vasca, Eladio Jiménez se llevó el triunfo final, aunque en el sector matinal del sábado ( nueva victoria para Vicioso) se pegó un trompazó y se dejó minuto y medio con su rival Palomares, del Kaiku. En la crono victoria para David Herrero, que está salvando la papeleta al Euskatel y demuestra que vale para todo, y en la subida a Arrate de ayer, victoria para el ya veterano Gentili, aquel que se hizó famoso cuando Escartín fue descalificado en la subida al Acebo de la Vuelta a Asturias por cerrarle el sprint. Buen escalador y rápido, ha ganado muy poco pero ha conseguido mantenerse como profesional, que no es mala cosa. Por último, destacar el 5º puesto final de Aitor González y los buenos rendimientos, en línea con su temporada, de Aitor Pérez y Peio Arreitunandía.
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En la Vuelta a Luxemburgo, después de que Cancellara ganase la crono como aviso para Suiza y para el prólogo del Tour, victoria final para Lazslo Bodrogui, el gigantón húngaro que asombrase en la última época del Mapei (anda de maravilla en el pavés) y que desde entonces se arrastraba por el pelotón de la mano del Credit Agricole. La etapa final, tradicionalmente la más montañosa en un país como Luxemburgo (el año pasado Freire fue segundo) fue para el T-Mobile Bram Smitz, toda una noticia en un año bastante negro para los alemanes.
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Vuelve Ullrich. El sábado fue quinto, imponiéndose en el sprint del pelotón, en el Vuelta a la Selva Negra, ganada por el notabilísimo Wegmann, mientras que el domingo fue segundo en el GP Gippingen, la prestigiosa carrera suiza que se le resiste igual que el GP de Zúrich, donde ha sido tres veces segundo.

04 junio, 2005

Carrera loca en el País Vasco

Esta pasando muy a menudo esta temporada. Con pelotones de apenas 100 corredores, no hay nadie dispuesto a controlar la carrera y algunas etapas son carruseles de ataques, alternativas y muy pocos sprints. El jueves el notable Eladio Jiménez se impuso en solitario en la segunda etapa de la Bicicleta Vasca con 2´40" sobre Aketza Peña, un joven corredor del Euskatel. Para el salmantino del Comunitat Valenciana la general está a tiro de piedra, lo que es una excelente noticia para él. Fue uno de los mejores juveniles y amateurs españoles (3º en el Mundial juvenil de Quito en 1994, el que ganó Miguel Morrás), pero sus primeros años como profesional en el Banesto se vieron condicinados por una serie interminable de caídas y lesiones. Apenas pudo brillar en su primera victoria en el Xorret del Catí en la Vuelta y algún buen puesto en clásicas italianas de otoño. Ahora en el Comunitat Valenciana goza de un buen margen de maniobra que le puede dar triunfos sonados como el del jueves. Ayer, con final en el Santuario del Oro, apenas se dejó 37" con el vencedor, el notable Peio Arreitunandía, que ya había ganado la etapa del Collado Bermejo en la Vuelta a Murcia. La etapa volvío a ser un festival de ataques y alternativas, ciclismo del bueno de la manera más inesperada. Aitor González fue 5º a 19", en su mejor puesto en una etapa de montaña en mucho tiempo, por lo que debe ser el favorito para el segundo sector contrarreloj que se disputa hoy. No hay muchos contrarrelojistas en nómina, pero ya sabemos que el fenómeno de Zumárraga-Alicante no falta nunca a su compromiso de fallar cuando más se le espera.
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En la Vuelta a Luxemburgo, tras ser segundo en la primera etapa, Alberto Ongarato ganó el sprint de la etapa del viernes. Cuando hasta los domésticos de Petacchi ganan, algo quiere decir. El tren que se ha montando en torno a su incontestable figura de ganador es de lo mejor que se puede comprar en el mercado, como demuestra el triunfo de Sacchi en la Milán-Turín de marzo. Eso sí, Petacchi no va al Tour. Veremos quien es el sprinter Fassa para la carrera francesa.
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Circula un rumor por todo el pelotón. El domingo vuelve Armstrong. Tras su retiro en Texas y su visita fugaz a Michele Ferrari en la clínica de Ferrara, el norteamericano vuelve a Europa, y seguro que no va a ser para arrastrarse. El motivo es la disputa de la Dauphinè Libere, donde este año se vuelve a subir el Mont-Ventoux, la cima que Armstrong siempre ha querido incorporar a su palmarés. El año pasado, en modalidad cronoescalada, Iban Mayo dio una exhibición estratosférica, quizás demasiado. Segundo y tercero en la cima (y en la general final) fueron los Phonak Hamilton y Sevilla. Al primero ya sabemos que le pasó, y el segundo se fue apresuradamente del equipo suizo para fichar como gregario en el T-Mobile. Cosas del Phonak. Veremos a ver que pasa este año, pero lo que es seguro es que Armstrong quiere ganar en el gigante de la Provenza.

02 junio, 2005

Vicioso y su romance vasco

Hay corredores que tienen una relación especial con una ciudad o una región concreta. El gran Rik I ganó dos de sus tres mundiales en Copenhague, igual que Freire en Verona. También es conocida la afinidad de los González de Galdeano con Gijón, Zanini con Vitoria o Eladio Jiménez en el Xorret del Catí. Para su desgracia, Angel Vicioso sólo gana en el País Vasco, lugar con el que tiene una cita casi anual de obligado cumplimiento. Si el año pasado se llevaba en el zurrón dos etapas (incluyendo una crono) de la Bicicleta Vasca, este año no ha dejado escapar la primera oportunidad para apuntarse la llegada de Sopelana. Y es una desgracia que sólo gane en el País Vasco, puesto que por cualidades y ganas tendría que tener más victorias en su palmarés. Este año ya había brillado en Tirreno, donde un estratosférico Freire le batió en una etapa que ya tenía ganada, y atacó en la parte final del Poggio. Después estuvo más discreto en las Ardenas, pero esperemos que este año sea el de su Tour, carrera que tiene gafada desde hace tiempo, con sus contínuas retiradas y abandonos. Cuando corría en Kelme también ganó en la misma zona el GP Primavera, y ya en el ONCE una etapa de la Vuelta al País Vasco. Todo un romance.

De los 102 participantes, sólo 8 llegaron en tiempo de Vicioso, mientras que el pelotón de favoritos perdía 26" que pueden ser decisivos. Vicioso tiene una buena oportunidad de ganar una carrera por etapas, entre los rivales más peligrosos están Astarloa y Joaquím Rodríguez, aparte de Alberto Martínez, buen contrarrelojista y que corre en casa. Aunque ya se sabe que para Vicioso el País Vasco es como su casa.
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Marc Lotz, que disputó el sprint con Freire para la Flecha del Brabante, ha confesado que estaba preparando el Tour con EPO. Lotz, uno de los mejores corredores del Rabobank durante los 8 años que permaneció en el equipo, debuta esta temporada en el Quick Step, que ya ha despedido al corredor. Ha "cantado" todo, y ha reconocido su error pidiendo perdón al equipo. Por lo general, los casos de doping no vienen solos. Esperemos a ver cúanto hay de iceberg en casa del Quick Step.
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Espectacular tratamiento del ciclismo ayer en El Larguero. Traen a Juan Mora de As para que cuente atropelladamente que el ciclismo francés no existe (¡toma revelación!) y que el español y el italiano compiten por la hegemonía. Después J.R de la Morena dice que a Santi Pérez le quitaron el 2º puesto en la Vuelta, lo cual es mentira y demuestra hasta qué punto el antaño intrépido reportero en las líneas de meta no se entera de nada. Por detrás, el esforzado Juanma Castaño intenta arrojar un poco de luz e información, pero es invariablemente callado, al menos esta vez sin las gracietas que sufre sobre su dedicación al trabajo. Acabadas las risas y el espanto, corriendo a otro tema. El ciclismo, ese deporte que un día fue radiofónico.

01 junio, 2005

Sobre mitos, leyendas y Finestre.

He leído que la etapa de Finestre ha sido mítica. Ya se sabe con que facilidad se utiliza el término en estos días, algo parecido al de "clásica" para todas las carreras de un día. Yo creo, e intentaré explicarme, que la etapa de Finestre (aunque acabó en Sestriere, la subida sin asfalto fue su elemento destacado) fue una más del largo historial de famosas penúltimas etapas del Giro, pero ni mucho menos mítica. Para empezar, los siete primeros de la general tras la crono de Turín fueron exactamente los siete primeros de la general en Sestriere, tras 200 km. de montaña. Es cierto que los que iban por detrás del líder intentaron destronarle, pero no lo consiguieron. Los maillots virtuales son eso, virtuales, hasta que se cruza efectivamente la línea de meta y se toman los tiempos. Se puede reprochar que etapas como la de Sestriere en 1992 o Ávila 1996 (Dufaux al ataque para ganarle la Vuelta a un Zulle sin equipo) fueron así, y sin embargo son míticas. Si, pero esas etapas al menos hubo cambios en la general, aunque no fuese el primero. En Finestre-Sestriere todos han conseguido el mismo puesto, ni arriba ni abajo, más bien en medio. Es más, ningún corredor abandonó en la etapa, únicamente Domenico Pozzovivo acusó su juventud y su notable primer Giro, no pudiendo tomar la salida. Yo creo que lo que se entiende por mítico es el hábil efecto escenográfico de la subida llena de curvas, en tierra, el blanco y negro utilizado por la RAI y, sobre todo, el impresionante gentío que gritaba y animaba a todos y cada uno de los corredores que ese día corrieron. Pero subidas sobre tierra se vieron en el Gavia de Olano en 1996, y la muchedumbre en las cunetas de todos los puertos del Giro es una constante. Lo que yo entiendo por mito es cuando sucede algo extraordinario y fuera de lo común. Cuando algo es habitual, como la montaña en la penúltima etapa del Giro, tiene de todo menos mítico.

Al parecer, el índice de audiencia de la RAI ha sido muy alto, lo que siempre es positivo para el deporte. Con el efecto televisivo del polvo en la cara y en los pulmones de los ciclistas se ha conseguido lo que no pudieron ni el Zoncolan ni otros inventos "espectaculares": repetir en Italia el efecto del Angliru, convertido en mítico por obra y gracia del periodismo que ve en el ciclismo una suerte de práctica masoquista, donde subir a cámara lenta, con desarrollos de mountain-bike un puerto de cabras es el no va más. No digamos ya ir hacia atrás en el tiempo y fingir que Savoldelli o Rujano se pueden equiparar a Binda o Coppi. Total, como todo debe consistir en hacer sufrir a los ciclistas, yo propongo que para la próxima edición que tengan a bien subir Finestre pongan una doble capa de arena, para lograr la técnica del sfumatto en los ricos colores de los maillots y ver a corredores con la boca abierta tragando el polvo, estilo Jackass de la MTV. Que no, que no es eso. ¿Quieren espectáculo? Dos propuestas: Fuera las emisoras de los coches de equipo (total, no sirven ni para avisar a Cunego que 20" antes ya se había adjudicado otro corredor la etapa). Que se vuelvan a ver acciones de improvisación y ataque. Y hacer que los 20 primeros de la clasificación ProTour de cada año estén obligados a correr dos grandes al año y al menos 2/3 partes del calendario. Que los mejores vayan a las mejores carreras, y no sólo sus equipos.