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31 julio, 2006

La peor pesadilla de Erik Zabel

Si Oscar Freire se hubiese retirado con motivo de alguna de sus múltiples lesiones, Erik Zabel tendría en su palmarés una quinta Milán-San Remo, el Mundial de Verona 04 y la Clásica de Hamburgo de ayer mismo. En estas tres grandes citas el seis veces consecutivas maillot verde del Tour ha sido batido por el cántabro por apenas unos centímetros, pero como son dos finos estilistas se felicitan mutuamente. En la derrota y en la victoria. Una pena que el derrotado siempre sea el alemán y no otro tipo de corredores más vanidosos, pero a Zabel le ha tocado bailar con la más fea. Con Freire, el que siempre aparece en el último compás de la orquesta.

La clásica alemana es el capricho de sólo nueve años de antigüedad de la ciudad-estado alemana, una de las zonas más ricas del mundo, rebautizada este año como Vatenfall Classics, un nombre que parece sacado del ciclo de los Nibelungos. Tradicionalmente de velocistas, la cita de este año no se salió del guión: un grupo de italianos con Rebellin incluído (ha ganado en julio el Brixia Tour) circulaba con unos segundos de ventaja a pocos kms. de meta, pero fue neutralizado por el trabajo de Quick Step. En el último km. atacó Vinokourov, una especialidad de la casa que antes le salía muy bien, pero que ya no maneja con tanta maestría: no pudo evitar romper el sprint, que fue largo, sostenido e incierto. Sólo cuando Pozzato (tercero en meta, campeón el año pasado) felicitó a Freire este supo que había ganado. Como en Dax, en el pasado Tour de Francia. Ningún mal gesto, ningún dedo a lo Bettini en Termoli (cuando le ganó Vaitkus claramente y se quería apuntar la victoria) para afirmar una autoridad que sólo corresponde a la foto-finish, ninguna arrogancia. Simplemente, otra magnífica victoria de Freire.

La emoción de la séptima gran victoria de la temporada logra maquillar la vergüenza de la etapa de Carcassonne en el Tour, cuando Eric Breukink le obligó a regalar la etapa a Popovych. Apesumbrado, se retiró a la caravana naranja sin realizar declaraciones. Después continuó en el Tour para ayudar a Menchov, con gestos de una profesionalidad fuera de lo común. En la etapa de descanso del lunes, previa a los Alpes, viajó hasta la zona italiana de Suiza para conocer a su hijo Marcos, recién nacido. El martes, en la etapa de Alpe D´Huez, entró justo por delante del coche escoba, una imagen patética de la que tenemos testimonio gracias a que As consideró noticiable arrastrarse de esa manera. Al día siguiente entró fuera de control con el grueso del pelotón, después readmitido, al igual que el día de DisneyLandis. Cuando ya se había tragado toda la montaña, se retiró por enfermedad. Fue un gesto de torero: Menchov ya no podía hacer nada, para ser segundo en el maillot verde del Tour no merece la pena continuar y si me meto en una escapada a lo mejor tengo que entregar la victoria. Pero he demostrado que no me he ido por mi hijo y que he pasado la montaña (hizo los primeros kms. de la subida al Izoard tirando del grupo). Y soldado que se retira a tiempo sirve para otra batalla.

Freire regala al Rabobank otra gran victoria, y todavía no ha renovado. Su caché actual le situaría entre los cinco corredores mejor pagados del pelotón, aunque no tenga precio. Dicen que hará la Vuelta para preparar el Mundial, donde se podrá ir viendo como crece su forma. Es la primera temporada desde el año 2000 en que puede competir de febrero a octubre. Aquel año sumó diez victorias. Estamos a la espera de la próxima maravilla.

28 julio, 2006

Una nueva muesca en el ataud

Pardillos, pardillos. Eso parece estar diciendo el simpático robot roto que responde al nombre de Floyd Landis, a la espera de saber cual es su código para el doctor. A todo lector habitual de este blog la noticia no le habra pillado por sorpresa: he repasado toda la trayectoria de Landis en fechas recientes, y no es cuestion de abundar en cosas ya sabidas. Que lo hagan los medios que vergonzosamente se rindieron ante la exhibicion ultrahumana de Morzine, hablando de "ciclismo de otros tiempos", cuando era ciclismo del contemporáneo: un cyborg que sólo mira para delante, que no se cansa, que no ceja, al que se la suda esas exóticas legislaciones que prohíben el doping. Con lo bueno que es para el espectáculo.

Sí que me interesa destacar un hecho, que veo que está pasando desaparcibido en la poca prensa que he leído hasta ahora: el caradura de Landis utilizó el primer dia de descanso del Tour para hablarnos de una terrible lesion en la cadera, que se tenía que operar y que no sabría si volvería al ciclismo. A raíz de su positivo por testosterona en la etapa de Morzine se ha descubierto que este supertramposo, en la mejor escuela Phonak-Juan Fernández, ya se estaba medicando con cortisona con un permiso especial de la UCI. Tal cual. Lo que pretendía este ángel caído (qué simpático es, qué buen tío, me alegro que gane él: declaraciones de una parte importante del pelotón) es repetir la jugada Armstrong: tras una operación de la que difícilmente saldría un deportista, carta blanca para meterse de todo. Aprendió en la mejor escuela y del mejor maestro, pero esta vez ha salido mal.

Tampoco leerán que Landis es vecino de Girona, ese centro mundial del dopaje, y que comparte piso con David Zabriskie, el americano que volaba en Dauphinè y que en el Tour, ay en el Tour, ha estado como si le faltase algo, con la bonita progresión por objetivos que llevaba. Que Landis entro en el UsPostal en 2002 y que, de camino hacia el Tour, hizo segundo en el Dauphine en su proceso de aclimatación hacia la mejora del rendimiento deportivo. No, no, de eso no se dirá nada. Si sobre que Pereiro gana el Tour, que Sastre entra en el podio y que hay que mirar para adelante, cuando lo que hay que hacer es parar este carrusel de Disneylandis, de farsa montada en torno a figuras de paja a los que habra que ver en su madurez o vejez. Si llegan, claro.

El último ganador de la Vuelta, positivo por EPO. El último ganador del Giro, dopado hasta las cejas. El último ganador del Tour, positivo por testosterona. El segundo en la San Remo -la prueba de un día más importante del mundo- de hace una temporada, positivo. El tricampeón del mundo Óscar Freire lo ha sido en gran medida, como en Verona 04, gracias a una nacional ultradopada formada por Nozal, Serrano, 18.-Valv. (Piti) y Mancebo, que llegaron al último kilómetro como si fuese el primero. Es un dopaje generalizado, de un deporte que se ha volcado directamente a la farmacia, donde impera una ley del silencio propia de islas mediterráneas, como ya se vió en el bochornoso espectáculo del campeonato de España. Lo de Landis es sólo una nueva muesca en el ataud de un deporte que camina deprisa, deprisa hacia el abismo.

Algunos lectores me piden por vía interna que sí, que esta muy bien indicar con el dedo y mostrar esas cosas tan raras que pasan, pero que también vendría bien una actitud constructiva. Lo siento, no es mi función. Ni mi estilo. Hoy por hoy, yo apuesto por bajar el telon, como se hizo con los equipos ingleses de fútbol durante cinco temporadas. Pero con todo el deporte de las dos ruedas. Que los actuales directores se tengan que buscar las habichuelas en otras cosas, que se regenere el deporte de sus druidas y gurús. Es que es de verguenza que la gente le pida la opinión a Juan Fernández, el director de las bielas de Casero, del Rominger a 55 km/h con 34 tacos, de Botero, de Quique Gutiérrez. De Landis. Cuanta ceguera. Cuanta estupidez. Juan Fernández, el director que va ir a dirigir al Astaná.
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El primer parrafo bien, por lo que tiene de penitencia, el segundo tristísimo por no darse cuenta de que es el mismo tipo de exhibición perder 28' en los Pirineos y andar como se ha andado en los Alpes. Cosas de a rey muerto, rey puesto. Y encima nacional.
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Uno que lo dice claramente. Bravo.
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La Comunitat Valenciana quita el dinero a la cueva de Ali-Babá, al Atapuerca del doping, uno de los focos originarios. Supongo que con lo del metro tercermundista y Quiebra Mítica alguien les preguntará donde estaba ese dinero necesario para otras cosas. Y las evidencias son claras: en casa de Labarta en Zaragoza, en el laboratorio de dopaje de Valencia asociado al atletismo, en las venas de los corredores.

27 julio, 2006

El último festival

En la terminología de la banda del hematocrito un "festival" es una prueba ciclista: así se refieren al Giro de Italia como "el festival de mayo" o al Tour como "el festival de julio". Y como una gran banda de rock, el equipo transversal de Eufemiano dió su último festival conocido en la Vuelta a Suiza de este año, cuando imperaba la consigna de no se atreverán a ir tan lejos, esa a la que se aferraba Oscar Sevilla cuando decía "a mí no me pueden hacer nada, porque si no también se lo tendrían que hacer a Ullrich". Pum, pum. Cazado. Al menos el manchego optó por Dauphiné y Vuelta a Asturias, evitando la nauseabunda Vuelta helvética de este año.

Repasemos: primero el hijo de Rudicio; segundo Koldo Gil; tercero Bella; cuarto Vcs. Y la Operación Puerto había sido tres semanas antes. Una completa impunidad por parte de los implicados, una absoluta desvergüenza por su parte, un nuevo insulto al aficionado. Por fortuna, creo, el festival me pilló en pausa técnica, y así les he ahorrado una serie de crónicas llenas de bilis y rabia: las que pensaba cuando veía las victorias de Contador, Vcs o como subían Jaksche o Caruso. La primera etapa con llegada a Baden asistió a la última victoria de Boonen hasta la fecha, y cómo el australiano de dopaje por objetivos Allan Davis lograba la quinta posición, a la que está más habituado. No hay victoria, no hay caramelo. Se expone a una sanción de dos años, volvería a competir con 27 primaveras: a lo mejor entonces habría que buscarlo a partir del puesto undécimo.

En la tercera etapa atacaron a 18 km. de la llegada Bella y Koldo, y consiguieron llegar a meta acompañados de otros corredores. Esta vez el navarro no regaló la etapa como hacía en la Bicicleta Vasca, sino que fue para Nuyens simplemente porque fue el más rápido e inteligente. Al día siguiente Vcs, el mismo corredor que afirmaba que la clínica de Zurbano, 92 estaba autorizada por la UCI (mentira) para sus análisis y que por eso a lo mejor aparecía en las grabaciones, lograba la victoria en una prueba de primera categoría que se le resistía en Tirreno, Paris-Niza o Volta. ¿Curioso, verdad? A 5 km. de meta Vcs y David Herrero tenían 15" sobre el pelotón donde tiraban a muerte Rabobank y Lampre; a 3 km., 14"; a 2 km. 13". Ganó la etapa con 1".

Pasaron 24 h. y en una llegada en cuesta Contador atacó a 3 km. de meta para intentar contactar con los fugados, en vano. Eso sí, Vcs tuvo fuerzas para arañar un segundito al pelotón, ser tercero en la etapa y vestirse de amarillo. La etapa de La Punt vio una exhibición de Koldo Gil, que metió 36" a Bella, 40" al hijo de Rudicio y 2´09" a Vcs, sorprendente noveno en una etapa de alta montaña. La penúltima etapa, Ambri-Ambri, un circuito alpino, fue afrontada por el corredor Alberto Contador (¡está limpio, está limpio!) como una circuitada: se fue por delante y que le echen un galgo. Aunque por detrás fuesen tirando todos. Así es Contador. Así son las pócimas de Eufemiano. En la crono final Ullrich arrasó, con Vicioso tercero. En la clasificación final, los cuatro primeros del clan de Eufemiano. Con total impunidad hubiesen ido al Tour. Pero llegó el informe de la Guardia Civil y alguien debió empezar a pensar que esta vez se iba en serio.
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Positivo en el Tour. La UCI ha ido como el rayo y no ha esperado a que pase un mes, como en otras ocasiones. O mucho me equivoco o va a ser un gran nombre. Entiéndame: de los que quedaron en el Tour. En todo caso, ya se han apresurado a decir que no es español o francés, nacionalidades de cinco de los diez primeros clasificados. El presidente de la Federación estadounidense, el fielísimo de Armstrong Jim Ochowitz, también ha descartado que sea Landis...¿Entonces quien?

Al menos esta vez van a cumplir el protocolo y no habrá filtraciones, como en el lamentable caso de Aitor González.
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Del ciberchat de Juan Gutiérrez de hace unos días: 34. jorger - 14:05
P. Hola, Juan. ¿Por qué se ha intentado proteger desde los medios de comunicación a algunos corredores que parecen implicados en la operación Puerto? ¿Valv (Piti)?
R. Lo de Valv (Piti) ya lo he contestado antes... En el informe de la Guardia Civil que estamos publicando no aparece Vav (Piti); de lo contrario lo hubiéramos publicado igual que el resto."

Informe de la Guardia Civil, publicado por As, primera entrega:

"Estos números irían desde el 1 al 17 siendo la correlación con los apodos la que sigue: 1- JAN; 2- BIRILLO; 3- SANSONE; 4- NICOL 5- SEVILLANO; 6- SANTI-P; 7- 1AI: 8- ATR; 9- URKO; 10- ROSA; 11- 4142; 12- GUTI: 13- ALCALDE; 14- RH; 15- CÉSAR; 16- VCS; 17- GOKU. En el documento 114 se añaden a estos números el 18- VAL. (PITI) y 20- VAINS."

26 julio, 2006

Del boxeo al toreo

Circula por los ambientes ciclistas la metáfora de la boxización del deporte de las dos ruedas. La postura tiene voceros muy reconocibles (Gómez Peña) y otros de facto, que por pudor evitan la comparación. Al fin y al cabo, el boxeo fue un deporte popularísimo en España hasta finales de los setenta (recuerdo algún libro de Jose María García sobre el asunto, ¡ojo al dato!) y ha acabado confinado en una sesión semestral en Madrid, donde suelen lucir Coto Matamoros, Ramoncín y Eduardo Arroyo. A nadie le gusta perder el lugar de donde saca los garbanzos, de ahí que en el reducido mundo de cronistas de ciclismo de miedo hablar del boxeo como horizonte laboral. A pesar de las evidentes semejanzas.

Hoy en día el boxeo se asocia a amaños, antiguos protagonistas sonados o muertos, sangre, estimulantes y sudor y lágrimas. Todo eso lo tiene el ciclismo. Y lo tiene desde hace muchos años. En cuanto a amaños, la etapa de Carcassonne en el último Tour sólo es el último eslabón de una cadena donde también lucen la venta de la etapa reina del Giro a Gárate este mismo año, por no irse muy lejos; En sonados y muertos, categorías complementarias, encontramos a Pantani o Jose María Jiménez; En la división absoluta de simplemente muertos, Dennis Zanette y Fabrice Salanson; En simplemente sonados, cabe muy bien ese Cara de Mármol riéndose mientras es expulsado del Tour y clamando "todo es una farsa"; En la de lisiados, la lista sería infinita, si tenemos que atenernos a los frecuentes rumores sobre el insomnio persistente de muchos exprofesionales de mitad de los noventa, las diálisis de riñón o la lista de afectados por problemas de espalda: de no poder agacharse a recoger un clip, por ejemplo; de sangre en el ciclismo saben mucho al menos los 32 magníficos de Zurbano, 92, así como de estimulantes, de los que saben mucho un porcentaje altísimo del pelotón; sudor y lágrimas me temo que son comunes a todos los deportes.

Y hay un Don King, claro. Al margen de que Eufemiano del gran poder pudiese utilizar su sabiduría para hacer ganar a un corredor u otro, personajes como Tony Rominger manejan una impresionante cartera de ciclistas y en tiempos recientes hasta se ha hecho con la licencia ProTour del Astaná, en un proceso de integración vertical que ríase usted de las grandes petroleras. Pero este es un tema que apenas se trata en los medios tradicionales, y hay que andarse con tiento: cualquier día me cierran el tenderete. No hay que meterse con los tratantes del ganado...En definitiva, ¿cuál es la diferencia entre el ciclismo y el boxeo? Prácticamente ninguna, y las similitudes muchas. Cuando El País salió a la calle el 4 de mayo de 1976 incorporó en sus preceptos que jamás publicarían una noticia de boxeo, por considerarlo “denigrante para la condición humana”. Y así siguen, 30 años después. Al principio había quejas, se recrudecieron con el auge de Poli Díaz, pero ya nadie se acuerda.

La iniciativa del periódico madrileño era un guiño a una tradición liberal de la que se cree heredero, marcada por El Sol en la década de los treinta. El elitista periódico de Ortega decidió no publicar ninguna noticia de toros, por las mismas consideraciones morales. Imagínense el escándalo en una época en la que el fútbol era un deporte más y no había televisión. Los toros lo eran todo, y muchos de los cosos existentes hoy en día fueron construidos en la década de los años veinte. Y así llegamos a la fiesta nacional. “Si quieres ser un buen torero”, dijo el maestro Juan Belmonte, “olvídate de que tienes un cuerpo”. En esa frase se resume el mundo del toro y el mundo del ciclismo. Hace ya mucho tiempo que este noble deporte se ha pasado con armas y bagajes a la farmacia, y sus protagonistas se han olvidado de que tienen un cuerpo, de que tienen una familia. Muchos de ellos son simplemente almas en pena que viven un caparazón hueco, en una morada física consumida por las hormonas falsificadas y caducadas chinas, por el EPO inventado para enfermos de cáncer y sometidos a quimioterapia, por la hormona de crecimiento para combatir el raquitismo y el enanismo. Por la hormona de la menopausia inventada para cambiar de sexo y después edulcorada para atemperar los efectos de la pérdida del ciclo fértil en la mujer. Y si tienen dudas o remordimientos, una buena dosis de Prozac, el psicofármaco que si va bien te sientes el rey del mundo; si va mal, te tiras del puente. “Olvídate de que tienes cuerpo”. Ya eres un buen ciclista.

Tal y como están las cosas, no me extrañaría de que en el improbable caso de que surgiese un nuevo periódico utilizase las mismas razones que El País o El Sol para dejar de informar sobre el ciclismo. Y con el tiempo nadie se acordaría, a nadie extrañaría la decisión.
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Leipheimer vuelve al Discovery. Pasa de ser jefe de filas absoluto e indiscutido en el Gerolsteiner a ser uno más entre los Savoldelli, Popovych e Hincapie. Extraña decisión para un corredor que emigró en 2001 para ser grande tras un podio en la Vuelta y que nunca ha vuelto a hacer entre los cinco primeros en una vuelta de tres semanas. ¡Querrá volver a repetir las sensaciones experimentadas en la casa azul!
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¿Qué se puede esperar de un miserable? Esto.

25 julio, 2006

El Tour sin la Operación Puerto

El contrafactual es un arma tramposa que se empieza a utilizar en ámbitos muy distintos del de las ciencias exactas. Supone considerar otras opciones previas e intentar establecer una hipótesis de lo que hubiese pasado suprimiendo uno o más factores. Por poner un ejemplo, el contrafactual por excelencia de la Historia de España es: ¿Qué hubiese pasado si la República hubiese ganado la Guerra Civil? o en Historia Universal: ¿Qué hubiese pasado si Alemania hubiese ganado la II G.M?. Bien, pues el contrafactual del post de hoy es: ¿Qué Tour hubiesemos vivido de no haberse producido la Operación Puerto?, con todas las reservas que se quieran sobre algo que no ha existido.

De entrada, empezamos con lo obvio: 200 corredores hubiesen tomado la salida en Estrasburgo. El T-Mobile hubiese tenido a nueve corredores y no siete, aumentando su dominio estratosférico en la montaña: es difícil colegir a partir de esto que no hubiesen cometido los mismos errores de dirección. La primera semana se hubiese disputado más o menos como la vivida, a una media mucha más alta y con el Quick Step controlando mucho más. Allan Davis hubiese conseguido una serie de puestos muy interesantes, al fin y al cabo son los que le proporcionan el siguiente escalón de doping, y por supuesto que Jimmy Casper jamás hubiese ganado una etapa (¿siguió corriendo el Tour? ¿Que fue de él?). En la primera crono Gontchar hubiese sido 7º u 8º, los puestos que conseguía en los últimos años, porque habría que dejar sitio a los ultradopados Ullrich, Basso, algún otro CSC, Botero, un par de Libertys y algún Discovery. Probablemente Calzati no hubiese ganado su etapa, porque un pelotón de robots no deja ganar a una escapada con 2´ a 30 km. de meta.

¿Y en la montaña? Quizás Mercado y Dessel hubiesen llegado solos a Pau, pero nunca con esa diferencia. Aunque sólo fuese por inercia del pelotón. Y camino de Pla de Beret, tras el increíble ritmo de Kessler en el Portillon, se hubiesen quedado por delante los clientes de Eufemiano, dos o tres Discoverys y algún CSC como Sastre, dispuesto a darlo todo por Birillo en la subida del Valle de Arán, además de los tres magníficos del Phonak. Especular que hubiese pasado en un puerto de tan poca pendiente con cyborgs hasta las cejas de hormona de crecimiento, EPO y Syntovegin escapa a mis conocimientos médicos, yo sólo se de deporte. Eso sí, Pereiro no hubiese perdido 28´, sino 36´ o más.

Montelimar hubiese sido una etapa como la de Carcassonne y en Gap no hubiesen llegado ni en sus mejores sueños Fedrigo y Commesso: hubiesen sido devorados por el pelotón, con un Comunitat Valenciana entrando en la tercera semana, esa donde las siberias marcan la diferencia y corredores tan mediocres como Pascual Rodríguez, Eladio Jiménez o Bernabeú vuelan y ganan a las grandes figuras. Sólo pensarlo da asco, pero es una opción bien factible. En Alpe D´Huez, el órdago: a bloque y sin mirar atrás, recogiendo pedazos de una fuga que jamás llego y el ganador gritando descosido tras haber sacado 1´30" al segundo. Y pongan los nombres que quieran, que los escogía Eufemiano. Al día siguiente, Galibier y Croix de Fer asfixiantes, pero todos silbando. Como en 2005 subiendo el primero de los colosos citados. En la Toussuire, victoria para el corredor más rápido, porque el EPO hace que puertos con poca pendiente den pocas sorpresas. De agotamiento y cansancio nada, por supuesto.

Es difícil especular sobre la etapa de Morzine. Seguramente nadie hubiese atacado de lejos como Landis, porque cuando los equipos van bombados se nota. Y nadie es tonto. Quizás hubiese llegado una escapada con un tipo como Tino Zaballa, otro metido hasta las cejas en la Operación Puerto y del que no se habla mucho. Ya veo los titulares: "Justo premio para un batallador infatigable". Y en la crono final Ullrich hubiese machacado y devorado a sus rivales, en su política de acabar el Tour siempre a más. El vencedor final en París lo dejo a su lujuriosa imaginación, pero eso sí: no hubiese sido Valverde. Se cayó y se fue de carrera, y su contrafactual hubiese sido "¿Qué hubiese pasado de no caerse Valverde?", porque la Operación Puerto no le ha afectado, dado que la prensa ha hecho un fuenteovejuna mediático en torno al murciano.
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Koldo Gil no tomará hoy la salida en Villafranca de Ordizia. Dicen que está lesionado. De nuevo. Pobre chaval, siempre con lesiones en un deporte donde las lesiones, cuando las hay, son de tipo traumático. Gana la increíble etapa del Sammonne en el Giro 2005 (180 km. escapado) y se retira a los pocos días. Una lesión. Cambia el Liberty por el Saunier Duval y pasa la primavera penando, a pesar de lo cual es 8º en Flecha. Reaparece en Bicicleta Vasca y va regalando etapas. En Suiza sólo le gana un ultradopado Ullrich, tras varias exhibiciones en la montaña, que nunca había pasado tan bien. Y ahora nos cuentan que está de nuevo lesionado. Pobre. Yo en todo caso les reproduzco este párrafo del informe de la Guardia Civil, publicado en la cuarta entrega de As:

"Además aparecen calendarios del 2005 numerados del 53 al 61 y del 72-75 referentes a corredores con el membrete del LIBERTY con indicación de las pruebas deportivas en las que tomaría parte cada uno de ellos, reflejándose en los documentos 55 (CARUSO) y 58 (KOLDO GIL) referencias a "IDEM ANDERLE", cuya programación (doc. 11) se indicaba el consumo de EPO."

Y ahora saldrá Matxín diciendo que está lesionado. Pobre.

24 julio, 2006

Octavo Tour consecutivo para Girona

Cuando Thor Hushvod ganó el prólogo del Tour el periodista de ciclismo de La Vanguardia evitó hacer su típico comentario de "noruego afincado en el Rosellò y que se siente catalán al 100%". La razón no hay que buscarla en una improbable moderación en esa tendencia en llamar al jefe de pista del Comunitat Valenciana "Vicent Belda" o en resaltar lo importante que es para el ciclismo catalán que Gonzalo del Agritubel acabe el Tour en su primera participación cuando viene de la cantera del Barça ciclismo, sino en que el noruego se ha ido a vivir a Suiza y de su antigua fe catalanista no queda nada, como suele pasar en estos casos de deportistas con domicilio circunstancial. El titular es un homenaje a aquellos que vendían la colonia de Girona como "una oportunidad única" y que ahora escurren el bulto al recordar que Landis es un integrante de la misma. Busquen, busquen a ver si encuentran alguna referencia.

El Tour lo ha ganado un corredor con once victorias de profesional, siete de ellas conseguidas esta temporada. En febrero aparece y gana la Vuelta a California. Hiberna y vuelve para la Paris-Niza, que gana. Hiberna y vuelve en abril para la Vuelta a Georgia, que gana. En mayo no se tienen noticias, porque está descansando tras un calendario muy ajetreado, como se ha visto. En junio toma la salida en el Dauphiné y acaba a una hora del vencedor. En julio gana el Tour. Como Kenteris y Thanou, gana sin competir en las carreras previas, porque ya sería un chiste que alguien considerase las vueltas estatales americanas como competición. Es más, Landis está integrado en un equipo que le había preparado como mejores gregarios para su gran cita a Quique Gutiérrez y Botero, dos superdopados de Fuentes. Y seguro que Juan Fernández negará conocer que era su médico. Landis realizó camino de Morzine una exhibición que al 99% de la prensa le gusta definir como "de otros tiempos", cuando es de esta época: la del corredor robot, que sólo mira para delante, que le da igual que se devore cinco puertos a 37´5 km/h, que le da igual lo que piense cualquiera que sume dos y dos. Landis ya había hecho eso en la etapa de Le Grand Bornard del Tour 2004, esa que le quiso regalar Armstrong y al final tuvo que ganársela el patrón a Kloden. Cuando los dos vivían felices en Girona y compartían técnicas de entrenamiento y de mejora del rendimiento deportivo.

Bah, nadie se acordará ya. Saludemos al nuevo Rey, aunque mejor cada uno en sus asientos y no atendiendo al llamamiento de Carlos de Andrés para aplaudir en meta al enésimo robot. Al menos ha sabido atacar de lejos, pero ya cuando era pasto de la desesperación, porque quería ganar el Tour con la calculadora. Segundo ha sido Pereiro, que ha sabido aguantar al límite el regalo de Montelimar, otro borrón en el ciclismo. Tercero Kloden, un corredor que siempre va a más y que ha bajado del podio a Sastre, el abulense que nunca falla pero que nunca acierta, repitiendo mecánicamente "he hecho todo lo que he podido", porque así da el titular al improbable Eco de Ávila, al Marca y a sus palmeros. Se lleva lo que se merece, tras una crono catastrófica en donde pedaleaba como si subiese el Angliru. Quinto Cadel Evans, el mejor puesto de un australiano en la carrera desde los tiempos de Phil Anderson. Sexto Menchov, que siempre parecía que desfallecía y ha aguantado un resultado notable para sumar a su etapa de Pla de Beret.

Si que merece la pena destacar la vuelta a nivel competitivo de Haimar, excelente en el Joux Plane y noveno final, y el maillot joven peleado y ganado por Cunego a Fothen, que ha perdido energía a ojos vista. El italiano tendrá sus sombras y sus altibajos, pero es un corredor que compite mucho y siempre a buen nivel: su primer Tour y acaba 12º tras ser segundo en Alpe D´Huez y 10º en la crono final. Y venía de ser 4º en el Giro, 2º si tenemos en cuenta la basura que llevaban dentro los dos primeros según el resultado oficial. En todo caso, desde hace unos años hay que esperar un mes y medio para conocer el resultado final: pasó con Rumsas en 2002 y con Santi Pérez y Roberto Heras en las dos últimas Vueltas. O en el último Giro. Y no soy el único que manifiesta sus reservas.
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Hace una semana Interviú hacía acto de contricción y se autocorregía tras haber publicado que "Catalán" era el velocista jamonero Escuredo. Extraña correción. De ser cierta, el nuevo señalado, visto que en el plannig se claramente las citas de JJ.OO y Campeonatos del Mundo del 2004, es Carles Torrent. Es el único de los integrantes del cuarteto español de persecución (bronce en Atenas) que por entonces competía en un equipo profesional (en la ficha también aparece la Volta a Cataluña), el escamoso Costa de Almería-Paternina de Gómez Marchante y el guadiana Paco Lara.

El Comité Olímpico Internacional retira medallas si se demuestra el dopaje en cualquiera de los integrantes, o sea que olvidense de ver este nombre en cualquier medio oficial.

21 julio, 2006

DisneyLandis

¡Menudo festival! Una etapa de final de ciclo alpino, siempre propicia para las escapadas de corredores a la general, ha visto como un desahuciado Landis ha puesto todo lo que tenía en el cuerpo para dar un vuelco a la general del Tour y situarse en Morzine como el máximo favorito para llevarse el Tour. Un hombre solo contra todo el pelotón, y se lleva la palma. ¿Como es posible? Pasen y vean en esta DisneyLandis como circulan el hombre calvo o jefe de la pista, el forzudo, la mujer barbuda, los zancudos y hasta Tugboat, el perro inmortal.

Un hombre sin esperanza es un hombre sin miedo. A Landis le espera en agosto una prótesis de cadera y un dudoso futuro en el ciclismo. Quizás haya sido su última etapa de montaña, que menos que disfrutarla de cabo a rabo. Una fuga de salida con pocos escaladores se hace con 10´ en el llano antes del primer puerto, donde salta el menonita y se lleva a su rueda a Kloden, Menchov y Sastre. Pereiro no reacciona. El americano se quiere ir solo y suelta a sus compañeros de fuga. Pereiro respira. Sus supuestos rivales también, que fugado uno se cansa mucho. El americano se pone a hacer y alcanza al grupo de pioneros en un santiamén. El Caisse d´Eparge trabaja laboriosamente en solitario.

Un puerto detrás de otro, sin llanos intermedios, en un carrusel de bosques y prados, una montaña rusa propia de Disneylandia, mucho chalet y público, todo lo contrario de los paisajes lunares de los grandes puertos. Landis sigue incrementando su ventaja, sólo lleva a rueda a la garrapata Sinkewitz. Cinco minutos, seis, siete y Pereiro empieza a mirar, nadie ayuda. Landis se pone en tiempos de luchar por el podio. Landis saca virtualmente 2´a ese corredor esclavo de su historia y de sus jefes de filas que es Sastre. El CSC no reacciona. El T-Mobile tampoco. ¿Pensarán que Landis se va a desfondar? ¿Qué lo va a hacer Pereiro? ¿Pensarán?

Difícil dar un pronóstico favorable. Descendiendo La Colombiere, a 45 km. de meta y con Landis a 9´, el CSC empieza a pasar. Tímidamente. Voigt, Vandevelde, después algún T-Mobile. En un pequeño puerto de 3ª apenas le rebajan 30" al americano del Phonak. En aquel momento me imagino que a Rijs, el calvo jefe de la pista, le empezó a resbalar una lágrima de sudor por su abundante frontal. Porque Rijs conoce ese rendimiento. Y tanto, ya lo vimos a 4142 en la etapa de Bayona en 2003. Cuando el recordado Tugboat movía la colita y el marido de Haven Parchinsky era su pupilo. ¡Y tanto que Rijs conoce ese ritmo, esa forma de devorar puertos en solitario, esa seguridad de que nadie le va a coger! ¡Ahora hasta lo conoce la Guardia Civil!

Landis empieza a subir el Joux Plane -donde deja a Sinkewitz en la primera rampa- con ¡siete minutos de ventaja sobre el pelotón!, después de que hayan tirado a no poder dar más Gontchar y otros galgos famosísimos, muy conocidos en la pista central, como el pit-bull Kessler. En vano: ni aunque hubiese salido del tunel del tiempo Godeefrot, Baldini y Anquetil. Tiene el Tour en sus manos, pero el CSC ejecuta su estrategia como si nada: Schleck le pone un ritmo a Sastre que se va, se va y deja clavados a todos los demás. Y por una vez conseguirá sacar diferencias en una etapa de montaña, aunque al final no servirá de nada. Eso sí, en meta declarará con su nariz chata de castellano viejo (la misma de Eladio Jiménez) que "su equipo no hubiese podido ayudar antes, que quemaba a los corredores". Claro, claro, como ese O´Grady que iba en la escapada y que ayudo 10m. subiendo el Joux-Plane, cuando en el llano hubiese recortado mucho más.

Entre ellos se entienden, y como a todo corredor no le faltarán palmeros. El que haya visto la etapa sabe que hay una justicia no escrita y que el Tour no premia a mediocres. Que si has sido gregario toda la vida a la sombra de unos dopados y dices que no enteras de nada, seguiras siendo un subalterno y no te enterarás de nada. Sentenciada la general, la subida al coloso italiano en suelo francés fue emocionantísima, con un Menchov que arranca para reventar (desde este Tour, me declaro fan del ruso), un Evans que va de mas a menos y un Kloden que sufre, y mucho, para mantenerse a rueda de Pereiro. Moreau hace una magnífica subida, igual que Cunego, pero toda la emoción que intentan poner Carlos de Andrés y Perico es por mantener las briznas de una esperanza amarilla que se irá el sábado. La auténtica etapa y la carrera la echaron por la borda T-Mobile y CSC en los kms. previos. Pereiro conserva el amarillo, pero su límpida sonrisa estaba congelada en el podio: 12" sobre Sastre, que verá el amarillo desde abajo y que se lleva el premio que merece, y 30" sobre Landis, que ha entrado en meta con 5´42" sobre el abulense. El del CSC ha interpretado un bello descenso del Joux Plane en homenaje a su jefe Birillo. La misma torpeza, oigan.

Ahora les venderán que en la crono las fuerzas están muy igualadas, que hay posibilidad, que Sastre ha mejorado mucho (tanto como esto y esto, ¡pero siempre limpio, eh! ¡Que los tramposos son los otros, aunque yo vaya a su mismo ritmo!), pero no se lo crean, que saben todos ustedes mucho de ciclismo: Landis ha ido a por el Tour, y se ha encontrado con que se lo han regalado. Un aplauso por intentarlo y por no dejarlo todo para el último puerto. A veces ni siquiera eso. Cada cual ha obtenido lo que se ha trabajado y merecido.
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Victoria de Pedro Horrillo en la primera etapa de la Vuelta a Sajonia, bravo por él.
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Ayer en el El Larguero Juanma Castaño desentrañaba las claves de la etapa con preguntas del tipo: "Ha quedado demostrado que Valverde no tenía equipo para el Tour", "¿Cúantos bidones le ha dado Juan Fernández a Landis?" (como dando a entender que eso le ha abierto el camino al ir enganchado al coche) y "Ha cambiado de bicicleta", cuando fue porque se había roto un radio y no porque la nueva estuviese hecha de helio. Tampoco debe extrañar tanto: se trata del mismo periodista que el año pasado defendía a capa y espada al Discovery sólo porque en la plantilla azul había dos corredores de su paisanaje. ¡Y así estamos!
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Escalofriante la crónica de Arribas, llamando a Landis "campeón" y comparándolo con Merckx y Ocaña. Otra muestra más, tras la vergonzosa ocultación del nombre de Valverde, de que lo que se quiere es pasar página cuanto antes y que se aferrarán a cualquier corredor que salga.

20 julio, 2006

El más italiano de los puertos franceses

¡Oh, el Tour! Cuando se presentó el pasado noviembre se dijo “es poco montañoso”, cuando una edición donde están el Galibier y el Tourmalet, aunque sean de salida, siempre es un Tour para escaladores. O para atacantes. No les digo ya si hay final en Alpe d`Huez o llegada a Morzine con el Joux Plane, el más italiano de los puertos franceses. Y es que al final los protagonistas no son los puertos, sino los corredores y la actitud con la que afronten el recorrido. O las siberias de menos para igualar las fuerzas.

La etapa que se disputa hoy es un clásico de la ronda francesa en su papel de juez. Sin remontarse a la noche de los tiempos, ya en 1991 se planteó como la ocasión de Gianni Bugno para derrotar a Indurain, algo que no había podido conseguir en Alpe d´Huez. Aquel año un tremendo aguacero durante todo el recorrido anuló cualquier posibilidad de ataque y la etapa fue para ese escalador trágico llamado Claveyrolat, mientras los sueños del campeón italiano quedaron pasados por agua. En 1994 un superdopado Ugrumov voló por los mismos puertos que hoy se afrontan de aperitivo (La Colombiere), en una exhibición increíble y solitaria. En el año 2000, una de las etapas más recordadas, Pantani atacó de salida, Armstrong consultó a su médico común Ferrari cuanto podía aguantar el italiano loco y cuando éste no lo pudo precisar, el robot americano se puso nervioso y quemó al equipo en una persecución estéril a un fantasma ciclista. En las rampas del Joux Plane estallaría con los ataques de Virenque y Heras, y fue la única ocasión en la que Ullrich le sacó algo más que unos segundos en una etapa de montaña. Heras se cayó en la última curva y, aunque Carlos de Andrés dijo que “tendría muchas más oportunidades de ganar etapa en el Tour”, la historia siguió otro camino. En 2002 un dopadísimo Dario Frigo ganó una etapa bellísima a Aerts subiendo como locos La Colombiere y la Croix-Fry, esos Alpes menores que suelen ser sinónimo de espectáculo.

¿Qué esperar para hoy? Espectáculo puro. Las fuerzas estarán así, así, pero hay recorrido y grandes premios al final. Uno que se moverá seguro es Damiano Cunego, un corredor que está debutando en el Tour y que tiene mejor palmarés que todos los que luchan por la victoria final. El maillot blanco de mejor joven de Fothen está a sólo 2´ y necesita al menos otros 2´ para defenderlo con garantías en la crono final. El Lampre está muy bien con un Vila supersobrio y profesional, además de Valjavec y Bruseghin. Lo intentarán de lejos. Como todos los días. Es de justicia que el Lampre se lleve algo de este Tour, sobre todo después de la mofa a Ballan en Carcassonne. Con los italianos también lo podrían intentar otros corredores como Caucchioli, que está acabando muy bien, pero también se acaba su terreno, y algún Discovery no vergonzante, como Azevedo. Y franceses escaladores, como el Moncoutiè que atacó ayer en el Glandon.

Vale, muy bien, pero esos son segundos espadas. Lo importante son los favoritos. Muchos corredores tendrán que afinar su estrategia para asegurar un buen puesto en la general. Zubeldia, que no tiene nada claro acabar entre los diez primeros rodeado como está por Landis y Moreau; Kloden, que no lo puede fiar todo a la última crono; Evans, que está acabando igual de fuerte que el año pasado y puede soñar con el podio. A Sastre, Pereiro y Dessel les basta con aguantar, aunque al francés todo el mundo lo quiere mover de su sitio. El abulense calla y espera, pero sabe que nunca más tendrá el Tour a tiro de piedra. El gallego dice que si le descuelgan subiendo, se tirará a muerte bajando, esperemos que con mejor fortuna que Perico o Heras. Y de Dessel no sabemos nada, ni siquiera el nombre de su médico, que en el caso de los españoles es compartido: el preparador limpio Pascua Piqueras, como insisten machaconamente desde todos los medios. Para evitar suspicacias, se supone.

Y todo eso con el Joux Plane como juez. Un puerto de más del 8% de media, 11 kms., carretera estrecha, se corona a sólo 10 km. de meta: un pedazo de los Dolomitas en los Alpes... ¿alguien da más?
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A mí el rendimiento de Pereiro en los Alpes me extraña mucho. Es un corredor que los había pasado en escapada, pero nunca con el ritmo de los favoritos. Y ayer dio la sensación de que podía dejar a cualquiera, como así hizo en el sprint y remontando a Sastre la ventaja que laboriosamente había acumulado poco a poco. Si a esto unimos que perdió 28´ en los Pirineos y que en los últimos 15 años de ciclismo sólo hay tres corredores que hayan perdido esa minutada en la primera cadena montañosa para después recuperar el nivel competitivo en la segunda (Ugrumov en el Tour 94, Pantani en el Tour 2000 y Basso en el Giro 05), con los medios sabidos, pues que cada uno piense lo que quiera. Yo los datos que pongo los puede comprobar cualquiera.

Y ni siquiera se tomó el día de Montelimar de descanso, como el resto de sus rivales.
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Carlos Sastre. No es un corredor de mis simpatías, y menos después de las declaraciones que ayer prodigó a TVE y Cadena Ser, donde se quejaba que en la Operación Puerto la gente se había olvidado de que los ciclistas también "tienen familia e hijos", y cosas del estilo. Midiendo mucho las palabras, ojo. Como si ese fuese el problema. Supongo que tendrá sus propios cádaveres en el armario, y no me refiero sólo al finado de su cuñado o su amigo Mancebo, con los que seguramente nunca habló de doping ni preparación enfocada a mejorar el rendimiento físico. ¡Seguro que no, en un corredor que viene de la ONCE, está en el CSC y este año iba a hacer las tres grandes!

En fin, yo les dejo dos datos para que cada uno saque sus conclusiones. En la crono final de la Vuelta 2004 , esa por el Madrid urbano de 28 km., sí, esa misma en que Santi Pérez se llevó la victoria a 48 km/h metiendo 7" a Mancebo...¿quien fue tercero? Sastre, a 8". Y después Heras cuarto, a 13" y quinto D.Blanco a 18". Ahí lo tienen, el nuevo héroe rodeado de fehacientes dopados, pero él superlimpio, acabando a más como dictan los cánones de las siberias. Y después de haber sido 8º en el Tour, no como los otros compañeros de arcón congelador.

Y para no irse muy lejos, la ya legendaria crono de Alcalá en la Vuelta 2005. Victoria para Rubén Plaza, al que Eufemiano Fuentes había dado una siberia "gratis", como consta en sumario de la Operación Puerto, a la increíble velocidad de 56,22 km/h en 39 km/h. Tiempos de campeón olímpico. Con el mismo tiempo, Heras, del que conocemos toda la planificación de doping de la temporada. ¿Y tercero, quien fue tercero a sólo 4" de estos superdopados? Pues Carlitos Sastre, ese sufridor del que tenemos que repetir que está limpio. Y metiendo tiempo a Menchov (al que no llevaba Cecchini, como insiste Arribas) y Mancebo....

¡Qué bueno es Sastre, que pierde contra dopados y no se queja! ¡Qué bueno es Sastre, que gana a dopados y va limpio!
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A repetir con letra clara y legible, cien veces, de cara a Paris: "Pereiro y Sastre van limpios y no tienen nada que ver con el dopaje", "Pereiro y Sastre van limpios y no tienen nada que..."

19 julio, 2006

Otro ciclismo, otro Tour, una etapa para la Historia

Si intentase hacer una narración lineal de todas las cosas que han pasado en la etapa no acabaría nunca, porque hay días en que la carrera se densifica, se llena de detalles en principio intranscendentes y después todo estalla. “Gracias por hacer que pasen cosas”, decía agradecido un emocionado Carlos de Andrés y un superexcitado Perico, sufridores ambos del Armstrangnato, de la era de los corredores-cyborgs, de las etapas de montaña que se solventaban con una línea. Hoy hemos visto un ciclismo que estaba hibernado, esperando a que una autoridad judicial acabase con los superhombres que lo habían secuestrado, que devolviese este maravilloso deporte a los aficionados, con una etapa para el recuerdo.

En el km. cinco de la carrera, al inicio del Galibier, se escapó el auténtico héroe de la jornada (no se dejen llevar por patriotismos, que el ciclismo gusta por encima de las nacionalidades), un extraordinario Michael Rasmussen. El danés ha hecho 180 km. de fuga por lo más granado de los Alpes, sentenciando la clasificación de la montaña y sumando una muesca a su palmarés de fugas en solitario, donde ya brillaba la increíble victoria de Mulhouse en 2005. Al principio le siguieron Casar y Valjavec (el Lampre se merece ya una victoria), pero no pudieron seguir el ritmo del danés, que coronó la Croix de Fer con 8´ de ventaja, para después ganar la etapa en La Toussuire por 1´41”. A este ataque inicial intentaron responder una serie de corredores, algunos creíbles y otros pálidas sombras de un ciclismo que ha sido barrido: esos Rubiera, esos Popovych que veían como no reducían la diferencia, que incluso iban para atrás. El primer Discovery en meta ha sido Azevedo, a 7´55” del vencedor, pero hoy la crónica sólo la merecen los protagonistas.

El equipo del líder intentó controlar la carrera como pudo, e incluso neutralizó un ataque de Cunego con Vila poco antes de coronar el Galibier, cuando antes habían dejado escaparse a veintimuchos corredores. Mal síntoma. Sin embargo, todo parecía que se podía disimular tras una decepcionante ascensión al Glandon-Croix de Fer: un tímido intento de llevar la situación por parte del CSC, mucho T-Mobile adornando y al final del puerto el ritmo marcado por Sylvan Calzati. Con decir que hasta Moncoutié se permitió el lujo de atacar...el único favorito que se movió, y lo hizo muy bien, fue un Leipheimer que llegó a contar con 3´ de ventaja en las durísimas rampas finales del puerto con nombre de parte del cuerpo humano. Eso hizo que el Caisse d´Eparge tomase las riendas del descenso con un Zandio inspiradísimo, en lo que parecía que era una maniobra para defender las opciones de Pereiro al podio, seriamente amenazadas por el ataque del americano del Gerolsteiner. El navarro impuso un ritmo trepidante y una ascensión al Mollard sin ningún tipo de descanso, algo que fue clave para la resolución de la etapa.

El descenso de este último puerto no fue tan complicado como pareció en la Dauphiné (esa mítica escapada con Valverde, Sevilla, Mayo y Arroyo) y los favoritos se plantaron en las rampas del inédito La Toussuire en un paquete homogéneo, en la que destacaba la presencia de cuatro Ag2r (¡qué equipo se había preparado Cara de Mármol para su asalto frustado al Tour!) y cinco T-Mobile. Yo creía que no iba a pasar nada, y más porque Axel Merckx llevaba el ritmo, cuando a 15 km. de meta atacó Menchov y se llevó a su rueda a Pereiro, Kloden y Evans. Landis se fue hacia atrás, y la primera toma de televisión mostró un rostro de polvos de talco y mucho, mucho sufrimiento. En estas cosas del T-Mobile que nunca se entienden, los fugados fueron atrapados por el fuerte ritmo de Rogers, al que hoy si que se le ha visto tirar, pero siempre guardándose algo para quedar entre los diez primeros al final del Tour. Carlos de Andrés y Perico habían recibido la acción de Menchov con una algarabía de “festival, festival” y se quedaron un poco cortados. Como todos, me temo.

Un km. más adelante Sastre hizo una de sus aceleraciones y se fue muy rápido. Con sólo una toma se vio que a Landis le había pillado un pajarón tremendo, de antología, pero nadie salió tras el abulense, que atrapó muy pronto a un fundidito Lepheimer. Pereiro, muy inteligente y magníficamente guiado por Echavarri/Unzue, se quedó a rueda de Kloden, que al fin y al cabo a ese alemán le gusta tirar. Menchov intentó reaccionar un poco después pero también resultó completamente cortocircuitado; aún así, merece todo el reconocimiento porque ha sido el corredor que más ha buscado mostrar las debilidades de los rivales, a pesar de que no las haya podido aprovechar. Cuatro km. para meta y Rasmussen se retorcía por la etapa, Sastre intentaba mantener la coordinación entre respiración y pedaleo, y por detrás ya sólo quedaban Kloden, Pereiro y Evans, que ha hecho su mejor etapa de montaña desde que es profesional. Entre el caos de las cámaras de la televisión francesa que enfocan al Lino-Vasseur-Voeckler de turno, en este caso el sorprendente Dessel, y la serie de hundimientos y cambios de alternativas el último tramo de la etapa pasó volando, hasta el punto de que Sastre llegó segundo a meta pero sólo con 13” sobre Pereiro, brillante tercero arañando la bonificación y metiendo un par de segunditos a Kloden. ¿La media? De lo más normal: 32´5 km/h.

La clave del hundimiento de Landis ha estado en que no ha podido comer en la bajada de la Croix de Fer, en una estrategia ideada y explicada por Pereiro en meta. Sin compañeros, con ataques de favoritos, ha tenido su tradicional día malo. Muy malo. Es difícil que acaba entre los diez primeros tras ceder 10´ en meta. El gallego recupera el maillot amarillo con todo honor y justicia, y cuenta ahora con 1´50” sobre Sastre, que es segundo en la general, y 2´29" sobre Kloden. O mañana le sacan tiempo o la crono de 52 km. del sábado va a ser de infarto. Y de mucho riesgo. El alemán es un soberbio contrarrelojista que ya ganó la Vuelta al País Vasco y la Paris-Niza del 2000 con la cronoescalada final. Pero claro, a ver quien le saca tiempo con el equipazo que tiene el T-Mobile. Antes de que pase esto, habrá que disfrutar con ver a dos españoles primero y segundo del Tour a sólo cuatro días de París. Y con ventaja suficiente para soñar, pero con los pies en el suelo.

En todo caso, ahora Rijs se estará tirando de su escasa cabellera y de por qué no ayudaron al menos un poquito en la escapada de Montelimar. Que las opciones de Voigt no hubiesen disminuido. Y con él esa extraña inteligencia gris, por decir algo, que guía al T-Mobile en sus inexcrutables decisiones tácticas. Aquel día el Phonak regaló el maillot amarillo a Pereiro, pero el resto de grandes equipos puede que le regalasen el Tour.

18 julio, 2006

Sensacional día de ciclismo en Alpe d´Huez

Si hoy ha habido un vencedor, ese ha sido el ciclismo. Ritmo rápido desde salida (primera hora a 50´8 km/h), escapada con 25 buenos corredores subiendo el Izoard, estrategias de equipo en gran parte logradas, hundimientos, recuperaciones y, por encima de todo, ninguna exhibición ultrahumana: diferencias dentro de los márgenes normales, con un Landis que pasito a pasito se aproxima a Paris.

El Caisse d´Eparge metió en la fuga de la jornada a dos corredores: Arroyo y Chente, este último para que pudiese pasar el Izoard y después ayudar en el valle y la subida al cómodo Lautaret. Conseguido. El CSC metió a Voigt, a Zabriskie y a Schleck, buscando la etapa y en menor medida ayudar a Sastre. Conseguido. Saunier Duval a Lobato y De la Fuente, para la montaña. Conseguido. T-Mobile a Mazzoleni, no se sabe muy bien si para la etapa o para la general, como suele pasar en la casa alemana. Conseguido a medias. Lampre a Cunego y a Vila, también pensando en el triunfo parcial. Estuvieron muy cerca. Y el Discovery a Egoi e Hincapié, para que no cantase mucho su penoso rendimiento. Fracaso total. Sin embargo, todos hicieron camino y, aunque nunca contaron con más de 4´, animaron toda la etapa.

Al inicio de Alpe d´Huez contaban con 3´ de ventaja sobre el numeroso pelotón (el ritmo lo ponía Weening, que no está en su mejor forma), tras un increíble trabajo de Voigt y Zabriskie, el americano que nunca en su vida había rendido a ese nivel en la alta montaña. Primeras herraduras, esas donde se sale la cadena, y se quedan por delante Cunego, Schleck, Lobato y Mazzoleni. Garzelli revienta (ya había coronado en solitario el Izoard, en un ataque de vanidad), pero como viejo zorro regula y se le volverá a ver en el final de etapa. ¿Y los favoritos? En el mundo de la imaginación: la penosa realización de la televisión francesa nos ha impedido ver esos dos primeros km. de tensar la cuerda, de los que apenas sabemos que Perdiguero cortocircuitó al pelotón y mandó al garete toda la estrategia Rabobank. Su acción apenas tuvo continuidad con Kessler y el supervago Rogers (este corre sólo para hacer clasificación, sabe perfectamente que en Australia le aplaudirán haga lo que haga), pero sirvió para reventar a Menchov, que anduvo a remolque toda la ascensión.

Dos km. más y se quedan por delante Kloden y Landis, pero por poco tiempo porque desde detrás un consistente Sastre logra enlazar con la garrapata Leipheimer enganchado a rueda. El líder del Phonak encuentra la rueda de Merckx, que venía de la fuga, y le hace unos kms. de lujo, suficientes para ir hundiendo un poco más a sus inmediatos perseguidores en la general: Pereiro, el líder de préstamo que sólo recibirá la ayuda de Arroyo en los últimos kms., Dessel ayudado por un impresionante Astarloza y Menchov, que viene recuperando y sufriendo de una manera muy visible, sólo concentrado en pedalear. Así se hace la parte central de la subida, que este año ha tenido mucho menos público que en otras ocasiones, sin duda por el emplazamiento entre semana. Los corredores de la fuga van siendo superados a ritmo muy lento, en gran parte debido a que las fuerzas entre las superfiguras y los demás se han igualado mucho este año tras la Operación Puerto: creo que no hay precedentes de una subida tan uniforme en cuanto a tiempos de fugados/pelotón en toda la historia de Alpe d´Huez.

En la parte final enlazan con Lobato y Garzelli, que no tienen problemas en seguir la rueda de Kloden (siempre tirando, siempre sufriendo, qué raro es el T-Mobile) y Landis, al que se le ve un punto por encima de sus rivales pero sin querer irse, dejando que todo madure. Menchov recibe la inesperada ayuda de Rasmussen, que reventó en los primeros kms. y supo remontar, pero ya es demasiado tarde para recuperar tiempo, habida cuenta de que Mazzoleni ya no puede luchar por la etapa y ha esperado prácticamente parado a Kloden. Y el italiano no puede luchar por la etapa porque Cunego, su líder el año pasado, se cansó de tenerlo a rueda y dio el punto justo para que se descolgase. Habrá que ver si el amigo de Birillo tiene otra ocasión como esta para lograr una victoria importante.

Todo parecía indicar que Cunego iba a ganar al sprint a Schleck, pero el luxemburgués, que subía facilísimo, lo dejó plantado en un cambio de ritmo impresionante en la rampa de la entrada a la estación de esquí, poco antes de la zona vallada. El pequeño italiano no supo reaccionar y dejó ahí la etapa, a pesar de que después entró a sólo 10”: quizás un poco más de grinta le hubiese venido muy bien, pero ya está haciendo un Tour mucho mejor que el que sus muchos detractores le auguraban. A 1´10” Garzelli ganaría el sprint del grupo de Landis y Kloden, todo un mérito con 33 años y todo el día fugado, mientras que Sastre cedería al final sus habituales veintipico segundos, la diferencia habitual entre un gran corredor y un buen corredor. Menchov 1´10” con sus rivales directos, a pesar de lo cual sigue cuarto de la general, sólo superado por Landis, Pereiro y Dessel. El gallego ha cedido el liderato por 10”, o sea que es que es probable que mañana intente la fuga de lejos, por si en el Phonak dan regalos dos veces. Gran tarde de ciclismo, insisto, con diferencias humanas y rendimientos lógicos a la increíble media de 38 km/h.
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Boonen se ha ido a casa. Había acabado su repertorio de excusas para su decepcionante rendimiento y la montaña es muy dura. A ver si encuentro algún día tiempo para comentar sus sorprendentes declaraciones después de los Pirineos: “estos esfuerzos no los puede soportar un ciclista sin ayuda”. Y ahora se nos ha ido en los Alpes, snif, snif.
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Ojalá mañana la etapa tenga al menos la mitad de la competición de este día. Galibier de salida con sus 42 km., perfecto para montar una fuga de ventipico unidades, donde tiene que estar Pereiro, salvo que le vendan el amarrismo del podio. A reventar al Phonak, y después que Landis se defienda solo tirando, como Ullrich en 1998 o Indurain en 1996. Ese es el poder del Galibier. Después La Croix de Fer, un puerto de segunda con un descenso complicadísimo (casi echo de menos a Basso para ver su elegante descenso rígido. Casi, ojo) y la subida final al suave La Toussuire. Claro, suave como Pla de Beret, pero con 18 km. Y ya sabemos lo que pasó en los Pirineos.

Ciclismo, ciclismo, algunos días que bonito es, pero siempre es bonito cuando se imagina.

17 julio, 2006

Stayer, o el equipo de Eufemiano

¡Qué cosas se descubren con la Operación Puerto! Eso sí, primero hay que hacer un poco de memoria. En la Vuelta de 2003 Isidro Nozal e Igor González de Galdeano, clientes como todo el equipo Once de Eufemiano Fuentes, tuvieron un rendimiento decreciente: de ocupar durante más de dos semanas las dos primeras posiciones de la general, y arrasar en dos cronos, fueron cayendo lenta, imperceptiblemente en el abismo. En un proceso paralelo, Manolo Saiz incrementaba su nerviosismo, ya bien patente con la lluvia de mocos y lágrimas de Zaragoza. Quizás el momento más recordado sea cuando amenazó de muerte a un cámara de TVE en la etapa de Villalba, razón por la cual fue expulsado de carrera. ¿Qué pasó?

Sin conocer los detalles, se puede afirmar que Eufemiano del gran poder abandonó a Saiz. Algo parecido a lo que ha grabado la Policía respecto al Tour 2006: "Dile al Gordo que si quiere hacer algo en Francia que vaya pagando". Lenguaje de Mafia. Y mientras tanto, en esa misma Vuelta trataba a Valverde (fulgurante tercero, tras una última semana impetuosa típica del tratamiento con siberias y hormona de crecimiento) y Sevilla, no sabemos si a Heras, en esos momentos en el UsPostal. Política de Mafia, a la que te arriesgas cuando trabajas con alguien que es juez y parte, como el ginecólogo canario. Saiz ha declarado ante el juez que, cuando fichan a Heras un par de meses después, es el bejarano el que suplica que la preparación la lleve Eufemiano, y que así "el doctor volvió a colaborar con nosotros". Con todas las precauciones con las que se tiene que tomar cualquier afirmación de un mentiroso patológico como Saiz, la cosa tiene su miga.

Saiz había roto con Eufemiano, pero sabemos, a tenor del rendimiento de Nozal en la Vuelta, que la colaboración había durado hasta ayer mismo, como quien dice. Pero muchos corredores se preocuparon. Y tanto. Que Fuentes estuviese enfadado con Saiz, que le hubiese negado las siberias necesarias a Nozal e Igor para mantener sus puestos en la general, hacía peligrar toda su carrera deportiva. Y ahí empiezan los movimientos. ¿Alguien se acuerda de Stayer? Si hombre, la firma de bricolaje italiano que iba a patrocinar un nuevo equipo ciclista surgido de la escisión de la ONCE. ¿Y alguien se acuerda de las figuras con las que iba a contar? Si, si: Beloki, Pantani y Lombardi. Tal cual.

Beloki, al ver el divorcio Saiz-Fuentes, se preocupó muchísimo, porque su rendimiento deportivo está ligado indisolublemente al hemodruida. Y se buscó las habichuelas acabando con el mentor, en una polémica que ninguno quiso explicar en su momento. Lombardi buscó el patrocinador, una empresa de medio pelo italiana que después se hecho atrás, si es que alguna vez fue más que humo. Y hasta el director, un Olano que se había bajado del sillín un año antes y que también podría hablar mucho de su paso por la Once. No estaban solos: también estaba Manuela Ronchi, la manager-gurú de Pantani, que en el 2003 fue llevado por Fuentes bajo el código PTNI. Y de guarnición, algunos de los corredores más fieles al médico y a estos superjefes de filas: Gorka Beloki (el hermano paquete, una figura arquetípica del ciclismo), Mikel Pradera (¿Huerta?), Jonathan González, Mikel Zarrabeitia y Angel Castresana por parte del ONCE (todos acabaron el paro o cerca) y Daniel Clavero, el esforzado gregario que hasta puso su casa de Las Rozas para que Pantani siguiese la terapia de dóping de Eufemiano.

La cosa acabó mal, pero con la perspectiva del tiempo está claro que era un grupo conformado para seguir con Fuentes y bajo la más estricta escuela Once: dopaje sistemático. Beloki fichó por La Boulangere y lo dejó a mitad de temporada, porque en el equipo francés no le dejaban seguir sus heterodoxas praxis médicas, que el alavés vendía como "no me dejan tratar mi asma". Pobrecito. Después fichó por esa casa de almas perdidas que es el Saunier Duval, pero cuando ya supo que Eufemiano estaba de nuevo en casa Manolo Saiz, y llevaba a Heras derechito a su tercera Vuelta, cambió de nuevo de equipo y volvió a la familia. Olano se quedó contentito con su puesto en Unipublic, Pantani se murió y Lombardi vagó un año hasta que Birillo le abrió las puertas del CSC.
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Emocionante etapa ayer, como siempre que se llega a Gap. Iba una escapada por delante con visos de llegar, pero en una curva donde la gravilla llegaba hasta la medianera se fueron al suelo Verbrugghe, Kessler y Cañada, para gozo de las televisiones y los telediarios: nada vende más que una buen coscorrón. Anteriormente no había podido seguir el ritmo de la fuga Egoi Martínez, otro Discovery, pero de eso no verán noticia en ningún medio, ni de la vergonzosa evidencia de la familia Armstrong. Ya ni aguantan el ritmo de las fugas.

Aerts, Commesso y Fedrigo se fueron a por la victoria con un pelotón que, en contra de lo estipulado en las Escrituras, al séptimo día no descanso. Ya lo había hecho en el quinto y en el sexto, y esta vez se implicaron en la caza. El Quick Step, a pesar de que Boonen fuese con el gancho. Y el Liquigas. Y muchos otros. El caso es que el Caisse d´Eparge dejó de tirar a 40 km. de meta, fíjense que ayuda al Phonak. Pero no les cogieron. Subiendo el puerto tímidos intentos de Boogerd y Marchante, mirando hacia atrás. A punto de coronar, buenos impulsos de Zubeldia y de un Popovych que derrocha fortaleza. Commeso, que lleva sin ganar desde 2002, ya no se puede permitir no tirar en una fuga: se tragó todo el puerto y prácticamente le hizo el sprint a Fedrigo, con el pelotón en los talones. Buena medicina para un corredor realmente indeseable en cualquier fuga. La etapa, por una vez, se disputó a ritmo competitivo: 42´5 km/h.
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Lance Armstrong dijo hace dos días a Los Angeles Today: "Los jugadores de la selección francesa de fútbol dan positivo...por gilipollas". Hoy llega al Tour para reventar la carrera, porque sabe que LeBlanc ha colocado la etapa de Alpe D´Huez un martes para que no se reproduzcan los graves incidentes de organización de hace dos años, cuando la cronoescalada. Será el foco de atención, y para eso viene caldeando el ambiente. Viene en su avión privado, el mismo que utilizó durante su carrera deportiva para mover las sustancias que necesitan criogenización entre Austin-Girona-y el sitio donde fuese la etapa de descanso. ¿Habrá foto con Landis?
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El titular de Arribas hoy en El País es digno del mejor Garai, pero hace juego con el de ayer: "Pereiro fulmina al pelotón del Tour con una gran escapada" o algo así, que es como titular en 1972: "EE.UU deja Vietnam para que puedan decidir por ellos mismos".

15 julio, 2006

Hay un gallego en la Luna

Y no ha venido del Ferrol. Ha venido desde lo más profundo de la clasificación general del Tour y se coloca el maillot amarillo en vísperas de la tercera semana por una fuga bidón. Ningún equipo tiene gasolina, y el Phonak de Quique Gutiérrez y Botero menos. Así, y porque no nos enteremos de nada de lo que pasa, ese cerebro gris que es Juan Fernández –coautor de la brillante estrategia de la etapa de Larrau en el Tour 1996- ha decidido entregar el maillot amarillo al Caisse d´Eparge, que eso de controlar la carrera con corredorazos como Bert Grabsch, Axel Merckx o Nicolás Jalabert cansa mucho. Y si para eso cuenta con la anuencia de todo el pelotón y hay que dejar que llegue una escapada con treinta, 30´, trenta, thirty minutos de ventaja, pues mejor que mejor. Que más da que la sensación general para cualquiera que siga este deporte es confirmar una vez más que el grifo se ha cerrado.

230 km. de recorrido a través de la Provenza pobre. Se llegaba a Montelimar, un lugar que apenas existía hasta que le pusieron una parada de TGV hace unos años. Baste decir que el Tour nunca había llegado, la única ciudad de Francia sin ese honor. Un calor mesetario, cauces de ríos secos y muy poquitas ganas de trabajar por parte del pelotón. Fuga hecha. ¿Integrantes? Pereiro, Voigt, Quinziato, Grivko y Chavanel, una agradable combinación de muñecos rotos, representantes de equipos en la diana y la cuota local. Nadie podía apostar a que Pereiro, a 27´ en la general, podía soñar con el maillot amarillo. Y así fue. El recorrido final era una encerrona entre pueblos amarillos y asfalto derretido, y para cuando el pelotón quiso reaccionar (es un decir) con el Rabobank (y sólo con los debilitadísimos Poosthuma y Weening) era demasiado tarde. A 15 km. de meta hacía ya 12´que Voigt había ganado la etapa a Pereiro. ¿Para que seguir tirando? Y ahí ya empezó el choteo general.

El Rabobank abandonó las posiciones delanteras, el Phonak también y el pelotón su forma aerodinámica. Hasta Chente García o Vandevelde aparecieron en las posiciones delanteras a humillar un poco más un deporte que se está ganando a pulso su creciente mala fama. Una burla más al aficionado, una dejación del más puro estilo competitivo, una confirmación de que la gasolina súper ya no circula. Ustedes esperarían una crónica más al uso, celebrando el éxito de Pereiro, la confirmación de las teorías milenaristas-asustaviejas de Arribas o que Voigt ya no vende las etapas. No estoy por la labor. Mañana ya leerán las crónicas de mantequilla, la comparación inadecuada con Portarlier (fue en la primera semana y lloviendo, iban 30 corredores en la fuga) y lo bueno que es Pereiro, el corredor formado en el Phonak y ojito derecho de Álvaro Pino.

Si que me alegro por Echavarri, muy contento en la tensa vigilia de la llegada del pelotón, espíritu vivo del regreso del maillot amarillo a la estructura Reynolds-Banesto-Illes Balears-Caisse d´Eparge. Lo que no consiguieron Olano, Zulle o Mancebo lo va a conseguir un corredor gallego que hoy va a dormir en la Luna. Como en la canción. ¿Hasta cuando le durará? Tiene 1´29” sobre Landis. Mañana llegada a Gap con puerto de 2ª a poco de meta. Si Echavarri o Unzue tuviesen humor, dejarían su labor de control del grupo a la misma casualidad e inercia a la que lo ha dejado hoy el Phonak. Como no tienen humor y si mucha alegría por el maillot, harán la carrera al Phonak y a otros equipos que se han encontrado con un nuevo actor en la lucha por la general. Por cierto, en épocas recientes sólo hay dos corredores que después de arrastrarse en etapas de montaña encontraron fuerzas para volver arriba: Pantani y Basso. Ya saben la historia. ¿Qué podemos esperar de un corredor que perdió 28´en Pla de Beret?: Tal y como esta el ciclismo, todo.
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Ayer el Tour llegó a Carcassonne, la ciudad convertida en modelo de mediavalismo en el S. XIX por la restauraciones (las menos) y las reconstrucciones imaginadas (las más) del arquitecto francés Viollet-Le Duc. Así, en un ambiente de cartón-piedra y de querer vendernos una de las épocas más oscuras de la humanidad como una de la más florecientes, no debe extrañar nada lo que pasó.

Los 210 km. de la etapa fueron un infierno de calor y de bellos paisajes, y la escapada buena no se formó hasta 115 km. de la meta. En ella viajaban Popovych, Freire, Ballan y LeMevel. Colaboraron excelentemente entre ellos, con unas magníficas tomas a ras de suelo de los helicópteros (¿por qué no se hacen nunca en la Vuelta?) en donde se apreciaba la bellísima planta del italiano, una de las sensaciones de la primavera, además de la velocidad. Por detrás, el grupo se dejaba llevar plácidamente, porque este año no hay gasolina super, y el líder Landis tenía tiempo para entrar en francachela con McEwen, con Boonen y hasta con el motorista.

Confieso que durante mucho tiempo creí que Freire iba a igualar para el Rabobank la hazaña de Dekker en el 2000, la de ganar tres etapas en un mismo Tour. Sin embargo, a ocho km. de meta se produjo el primer ataque de Popovych, duro y sostenido. Ballan lo neutralizó relativamente fácil, mientras LeMevel tendría que esperar a otra ocasión para su particular toma de la Bastilla. Tres hacía la victoria, con continuos ataques que hicieron del final de etapa un espectáculo precioso. Lástima que empezase a oler mal que Freire sólo saliese a por Ballan y nunca a por Popovych. A la ¡sexta! vez que atacó el excampeón del mundo amateur en Lisboa 2001, a tres km. de meta, el delgadísimo Ballan dijo basta y el joven del Discovery Channel voló hacia la victoria como cuando dominaba las categorías inferiores como nadie ha hecho nunca.

Con la imagen de Popovych palmas abiertas (escuela rusa) celebrando el triunfo, Ballan entró en meta segundo y Freire tercero, sin disputar el sprint. En meta el italiano explicó que Freire le había dicho que obedecía ordenes de equipo, mientras el cántabro no ha hecho declaraciones hasta hoy, donde confesaba que estaba muy cansado (la etapa fue muy dura para los escapados, para el pelotón no) y que bla-bla-bla. Bruyneel y Breukink fueron compañeros de jeringuilla y arcón congelador en la Once en los años 92-95. Dicen que el Rabobank necesita ayuda en la montaña. Que todavía no habían pagado la etapa de La Plagne de 2002, regalada por el UsPostal a Boogerd. Habladurías. Al fin y al cabo, se llegaba al modelo de ciudad mediaval por excelencia, y la situación se adecuó al marco: olor a cloaca, ratas por la calle, mucha apariencia y señores y lacayos.
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En los siete Tours victoriosos del Armstragnato, su ultradopado equipo sólo tuvo dos bajas. Frankie Andreu en 1999 y Vandevelde en 2001 por la caída en la CRE. En todo ese tiempo los nueve corredores llegaron a París. Ayer se fueron para casa Savoldelli (bajando Pla de Beret se comió un espectador borracho y dieron 15 puntos en ceja, tenía mareos) y Benjamín Noval, al que “le dolían las piernas desde Pau”. Curioso. No le duelen las piernas subiendo puertos de 1ª en los dos Tours anteriores a 30 km/h y en este se nos vuelve a las cuencas mineras a las primeras de cambio. ¡Y lo que nos queda por ver!
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Magníficas las crónicas de Gómez Peña y Arribas sobre el horrendo espectáculo de Carcassonne.

14 julio, 2006

El mismo Tour, diferentes protagonistas

El Tour es el Tour, aunque el sprint por la etapa reina de los Pirineos de ayer fuese como el sprint del tercer grupo de hace un año. Y el Tour es el Tour porque sus jerarquías son siempre las mismas, al margen de quien dispute la carrera. Fíjense bien: la etapa ha sido para un gran ciclista como Menchov, que ha batido en meta al corredor que se pone el maillot amarillo y a otro que había perdido tiempo en la crono. Un poco después, un corredor exótico y el español de turno, ocupando el puesto en la etapa y en la general que nos corresponde desde que Indurain dejó el ciclismo: es el puesto de Olano, de Escartín, de Beloki, de Galdeano y de Mancebo. El último de la pomada de los favoritos, pero siempre ahí. Quizás un poco de humildad no vendría mal, tanto a comentaristas como a aficionados.

Por el camino se quedaron Mayo, un Pereiro que perdió toda la fuerza por la boca los días previos y que se pone en el ojo del huracán por la Operación Puerto (¡qué diferencia con el rendimiento de otros años!) y tantos y tantos, incluyendo un Mercado al que muchos periodistas daban algún viso de sorpresa, seguidos por la irrefrenable manía de encontrar un Walkowiak y por teorías cabalísticas-milenaristas que ríase usted del Efecto 2000. Y eso sólo por empezar con los connacionales. El Discovery Channel ha hecho aguas por completo (ayer en La Vanguardia, por Xavier G. Luque: “El Discovery fenomenal, en su lugar”, sobre la etapa de Pau, ¡puaj!) con un Hincapié que se quedaba en los primeros puertos, Savoldelli en cortocircuito total como el partido político de su sensibilidad y unos Azevedo y Popovych que por lo menos aguantaron hasta la subida a Pla de Beret con los favoritos. Sufriendo como perros, aunque todavía no conocemos sus nombres-clave. ¡Qué vergüenza y que pocas ganas de llamar a las cosas por su nombre!

No fueron los únicos. El T-Mobile ejerció de equipo dominador como en tantos otros Tours y, como en un guión ya escrito, en el último puerto Kloden falló. Como Ullrich. Como todos los años con un corredor magenta. De Guerini, Gontchar y Mazzoleni no se tuvieron grandes noticias, sí de un Kessler que hizo lo que pudo en un terreno que no es el suyo, mientras que Rogers tiró del grupo durante 100 m., siempre mirando hacia atrás, que aquello era eterno. Cuando Sinkewitz no pudo más, comenzó el drama eterno del equipo alemán. Karpets ha supuesto una gran decepción, y sólo David Arroyo ha salvado la papeleta en un Caisse d´Eparge que ha ganado ampliamente a lo largo de toda la temporada (en el Giro una etapa y tres segundos puestos con cuatro corredores diferentes) y que en el Tour también arroja dudas, demasiadas. Pero no todo van a ser malas noticias.

Zubeldia ha hecho una gran etapa y los Alpes le pueden situar muy cerca del podio. El Rabobank tiene equipo y unos impresionantes Rasmussen y Boogerd (salió con el mono de contrarreloj) pueden dar batalla para que Menchov evite que Landis llegue a Paris de amarillo. Schleck puede llegar a ser un gran corredor, en espera de lo que pase con el CSC. Cunego se ha quedado, pero por lo menos en el valle tuvo la ambición de romper el marasmo de los favoritos: ya ha hecho más que todos los demás corredores que vienen del Giro. Simoni tiene más experiencia y oficio que muchos de los corredores con los que tuvo que compartir grupo, e intentará sumar a su colección de cimas míticas la etapa de Alpe D´Huez, la montaña de los italianos. Y sobre todo, que es divertidísimo ver como los corredores se miran entre ellos diciendo “¿y ahora quien tira?”, porque las fuerzas están muy justas. Yo no van escopetados hacia arriba como no hace mucho tiempo, la gasolina super se acabó: hasta Pla de Beret, el puerto donde han ganado superescaladores como Nardello o J. Rodríguez, parece el Mortirolo. En el caso de Menchov, era como Fermín Cacho: cada vez que se ponía delante por equivocación, giraba la cabeza con serio riesgo de tortícolis

Sobre este corredor: hace dos días Arribas publicaba un artículo en El País sobre el ruso, de siempre un corredor mimado y vendido por el periodista. Se decían cosas muy extrañas, casi como si fuese la finalidad última del artículo: que Cecchini le llevó hasta el Tour 2005, ese que le vio arrastrarse a un nivel peor que el de Mayo en esta edición; que Menchov recuperó la situación y el dominio de su cuerpo y le dijo a Cecchini: “te dejo”, como un héroe de telenovela; que Cecchini le maldijo y le auguró que en la Vuelta no haría nada; que Menchov ganó la Vuelta, incluyendo dos cronos ante corredores hasta las cejas de siberias, IGH y demás mierda china; que Cecchini le felicitó y le dejó volar libre.

Por favor, ¿todavía estamos con estos cuentos?
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Ayer en su columna diaria Pedro Horrillo mete una entradilla sobre lo mala que es la memoria y que a veces viene bien olvidar. Después habla de Virenque y Mercado, que es como el tocino y la velocidad con esa introducción. Será un chiste interno, como el ya mítico “Muertos los perros, ¿se acabó la rabia? de Xavier G. Luque de hace unos días. O será que no lo cojo. No se, no se. Quizás esté leyendo a Paul Ricoeur (y esto si que es un chiste interno).
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Ayer abandonó Lombardi, que no pudo aguantar la etapa. Estará pagando los esfuerzos del año pasado, o querrá acabar el stock de su zapatería antes de que pasen las rebajas.

13 julio, 2006

Mercado acude a la cita española de Pau

Mercado. Es de deber citar en primer lugar al vencedor de la etapa de ayer en el Tour, que vio afrontar el Soulor y el Marie Blanque. Fueron 190 km. con meta en Pau y recorridos a una notable velocidad de 38,5 km/h, tras una escapada primigenia de 15 corredores en el km. 37. Ya subiendo el terrible Soulor se quedaron en cabeza Mercado y el sorprendente francés Dessel, otro Ag2r que está viviendo sus mejores momentos como profesional esta temporada, al igual que Ludovic Turpin, ganador de la etapa de Briançon en el Dauphiné, ahí es nada. O Gadret, que volaba en las montañas del Giro. La situación se repitió en el siguiente y último puerto, donde coronaron con una ventaja sobre el pelotón de ¡nueve minutos!, prácticamente la misma que alcanzaron cuando ¡eran 15!, al principio de la etapa.

Uno más de los sucesos extraños de este Tour que los medios más implicados en quitar hierro a la Operación Puerto nos intenta vender como “igual al de otros años”. Ya. No ha sido el único en una etapa que tiene múltiples lecturas, pero insisto en incidir en el protagonista, Juan Miguel Mercado. Entre el granadillo de Armilla y el francés de 32 años con trayectoria deportiva llena de lesiones, fracturas y dos temporadas en el Phonak (03-04) hicieron camino hasta Pau, donde hasta siete corredores españoles habían levantado los brazos. Landaluze estuvo a punto de enlazar, pero Mercado se dio cuenta y le clavó la puntilla en un pequeño repecho. En el sprint ganó con algo de riesgo, en la que es su segunda victoria en el Tour tras la de 2004 con el Quick Step; para Dessel el maillot amarillo con dos minutos y pico sobre el español y casi cinco sobre los favoritos, porque también hizo una gran crono. No está mal, ¿verdad?

Mercado y Dessel también están unidos por algo más. El francés fue excluido por el Phonak del equipo del Tour en 2004 cuando venía de hacer segundo en una durísima etapa de Dauphiné (7º en la general final), décimo en la Clásica de los Alpes y segundo en el siempre exigente campeonato nacional, que disputó únicamente con la ayuda de Nicolás Jalabert. Las razones no se supieron nunca, pero si que hemos sabido que fue de ese Phonak y ese año. Esta temporada ha estrenado su palmarés en el Tour del Mediterráneo, justo después de esa importante concentración de los equipos en enero. Mercado, por su parte, fue excluido el año pasado del Tour por decisión personal y arbitraria de Lefevre, que pensaba que el granadino era como Pecharromán: el buen corredor español le respondió ganando la Vuelta a Austria, que se disputa por las mismas fechas que la carrera francesa, y cuajando una buena Vuelta a España, pagada con una no renovación. Mientras la actuación del jefe de filas del Agritubel tiene lógica con su trayectoria deportiva, la del nuevo héroe nacional francés no. Y ya saben lo que suele pasar en estos casos.

¡Hala, ya esta Sergio de nuevo con sus tejemanejes y sospechas! Puede ser, pero a mí que un auténtico Don Nadie del pelotón ande como ha andado en la primera etapa de montaña del Tour, con 32 años, me resulta sospechoso, y sólo veo el precedente del ultradopado Rodolfo Massi en el Tour de 1998, en una etapa muy similar. Es curioso: ficha Mancebo con sus fieles Arrieta (ya en solfa en la etapa de Valkenbourg) y Navas y todo el Ag2R empieza a funcionar. Mejor no les cuento lo que hizo Dessel el año pasado, en el que estuvo libre de lesiones y vahíos. Y quien piense que el abulense Cara de Mármol iba a por el Tour dopándose únicamente él es que no ha visto en todos estos años la estrategia del Discovery Channel o el CSC (aquel Voigt en la etapa de Le Grand Bornard de 2004, tirando durante 60 km. a por Ullrich).

¡Ay el Discovery! Ayer ese asturianín sin palmarés que en su debut en el Tour tiraba durante los primeros puertos de la jornada a un ritmo de ganador de gran vuelta, ese Benjamín Noval que fue expulsado del Banesto aficionados en su primer año en la categoría, ese mismo corredor fichado por recomendación de Rubiera, ese, se quedaba en las primeras rampas del Soulor. Vivir para ver. Con él, Padrnos y Ekimov, otros clásicos azules para los primeros puertos. ¡Lo que cambia un corredor de un año para otro! Y de Voigt ni les cuento: en el Giro aguanta escapado durante 200 km. en la etapa reina con cinco puertarracos de espanto, y regala como si fuese una fruslería la victoria, y en el Tour se cuela en la fuga vencedora de ayer ¡para descolgarse antes que los sprinters! En breve nos informaran de que padece algo grave, porque ya fue el último de la crono a 10 minutos de Gontchar. Y si así fuese ¿cuándo se ha visto que un enfermo se meta en una fuga?

La fuga. En la primera etapa de montaña la fuga la buscan escaladores de medio pelo sin aspiraciones en la general y algunos buenos rodadores. Bien, pues de los quince fugados ayer, cinco, cinco eran sprinters: Bennati, Isasi, Hushvod, Quinziato y Steegmans. ¡Como si estuviesen evitando el fuera de control!. Cuantas cosas raras en este Tour...el único ataque en el pelotón principal se produjo a 500 m. de coronar el Marie-Blanque. El protagonista fue Rasmussen, que nada más coger lo que quedaba de puntos para la montaña, prácticamente se paró para coger el periódico para el descenso. ¿Y quien marcaba el ritmo en el T-Mobile? Ese escalador de grandes puertos que es Kessler. Como muestra del impresionante ritmo del pelotón les doy dos detalles, que cualquiera que haya visto la etapa no puede dejar de obviar: a 11 km. de meta, un corredor (Augé) pasa por su pueblo tocando todas las palmas de su familia. No le hizo falta adelantarse unos metros, como antes se hacía en estas situaciones: el ritmo del pelotón hacia posible hasta una partida de ajedrez; y muy poco antes Gontchar subía y bajaba al coche del equipo a coger bidones y llevarlos a sus compañeros. Sin prisa. Cuando entrega el último a Sinkewitz hasta tiene tiempo de hablar un poco en cabeza del pelotón.

Mañana los medios que todos sabemos se aferrarán la buena media de los dos fugados, pero considerando que el pelotón llegó a 7´20”, sumen este tiempo a las 4h 49” de la etapa y obtengan la velocidad media en los 190´5 km. de la jornada. Y ya verán que media, ya. Este Tour tiene tanto de normal como el pez de tres ojos de los Simpson: su color amarillo, como el maillot que hoy llevará Dessel.
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Hoy se verá la batalla que nickJaimeaguada soñaba para ayer. Tourmalet por la cara sur de entrada (y no su versión edulcorada de La Mongie), Aspin, Peyresourde, Portillon, y una larguísimo transición entre descenso y valle hasta el suavísimo puerto de Pla de Beret. Ese largo espacio de transición y lo dulce del último puerto hará que la batalla se desarrolle mucho antes, y que los equipos intenten filtrar gregarios en escapadas. Ojalá sea así, porque en este Tour todo es rarísimo. Una cosa está clara: la gasolina es sin plomo y todos van midiendo al máximo.

Es la primera vez que el Tour acaba una etapa en España desde la mítica cita de Pamplona en 1996. Es también la primera vez que el Tour tiene un final en alto en nuestro país, ¿será la ocasión de la tercera etapa consecutiva de nuestros corredores?

12 julio, 2006

¿Cuánto vale Oscar Freire?

Si las Landas estuviesen en España, se llamarían Castilla la del Norte. El paisaje totalmente llano y escasamente poblado que separa Burdeos de Dax, y por donde ayer discurrió la etapa del Tour de Francia, es el escenario idóneo para una hipotética tercera entrega de las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza, salvo por un detalle: el bosque de repoblación que ha logrado que una zona arenosa y pantanosa tenga una cara amable, aunque no escape a la monotonía. El paisaje de la etapa era como uno de esos videojuegos de coches en su primera generación, donde todo es igual. O como el Mundial de Fórmula 1, para que engañarnos.

Nuestros bólidos particulares siguen disputando un Tour de Francia extraño, donde se forma una escapada de salida con séptimos espadas y casi siempre tiene visos de llegar. Ayer los esforzados fueron el gigantón alemán Knees y los franceses Beneteau y Augé, que sólo fueron neutralizados a cuatro km. de meta. A falta de 20 km. contaban aún con 2´ como dos soles, y si no llega a ser porque se atacaron entre sí, probablemente hubiesen llegado. Por detrás tiraba el Credit Agricole, el Davitamon y el Quick Step, ahí es nada, pero estos equipos ya no son como los conocíamos: relevos cortitos, cara de mucho sufrimiento y el pobre Gárate que tuvo que dar el arreón definitivo a falta de 10 km. Si todavía creyese en el periodismo tradicional, me encantaría leer el análisis de Marca.

La recta de llegada a la poco atractiva ciudad de Dax (Bettini ganó aquí en 2000) era de 1´8 km. de largo, y una vez más el orden fue desastroso. El Quick Step se puso en cabeza de carrera y cuando O´Grady (vaya, otro CSC que no anda) saltó intentando buscar la sorpresa, un majestuoso Pozzato lo redujo sin alterar la compostura. Parecía que iban a llevar en volandas a Boonen, pero tanto Credit Agricole como Liquigas organizaron su treno –es un decir- alternativo, rompiendo la formación. Por su parte, Flecha consideró realizada su labor cuando dejó a Freire colocado justo bajo la pancarta del último km, mientras McEwen volvió a disfrutar de un extraordinario Steegmans. Julian Dean dio un relevo propio de aficionados y se apartó casi como el otro día, esta vez sin el desastre visible de una caída pero con un damnificado: Hushvod, que se quedó solito con 500 metros por delante y desapareció. Emergió entonces el Quick Step con De Jongh tirando de Boonen, y parecía que esta iba a ser la ocasión del arcoris.

Casi. Boonen empezó el sprint en cabeza pero fue superado ampliamente por Freire, McEwen y, pásmense, por Zabel. Está claro que la maldición del campeón del mundo está afectando al belga, lo quiera o no. El cántabro ha batido de pura velocidad a los más grandes, sin sorpresa como el otro día, en un mano a mano que el australiano loco no ha digerido muy bien. El corredor de Davitamon ha realizado un cambio de ritmo portentoso, a lo Freire, pero le han faltado 2 metros para superar al tricampeón del mundo. De pura rabia se fue a estrellar el manillar contra nuestro héroe (y digo nuestro porque es un patrimonio de todo amante del ciclismo), para después darle un par de cachetadas en el casco, mientras Freire le miraba batiendo la cabeza y preguntándose: ¿este tío está loco?

En meta declararía que no estaba seguro de haber ganado la etapa, y menos después del disgusto con Valverde en Zalla, y que ni siquiera sabía si habían cazado a los fugados. Genio y figura, afirma que no disputará el maillot verde, que su misión a partir de hoy es ayudar a Menchov a ganar el Tour. Al menos así McEwen se quita un problema de encima, porque el desde luego no va a ayudar a ganar a Evans, y ya no tendrá que idear estrategias para neutralizarle. A cabezazos tipo Zidane o a lo que sea. Seguro que está deseando que Freire deje el Tour para ir a ver a su retoño, pero el cántabro ya ha dicho que acabará la carrera. Un profesional imposible de valorar, sin precio. Son un puñado los corredores españoles que han ganado dos etapas en una misma edición del Tour: Poblet, Bahamontes, Ocaña, Delgado, Induráin y Etxebarría, este último completamente dopado dentro de la ONCE (acabó 13º aquel año, vivir para recordar y reinterpretar). Freire es historia viva del ciclismo mundial, un Quijote.
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Hoy llega la mítica primera etapa de montaña del Tour. Durante el Armstragnato de siete años era la etapa decisiva, con mucha diferencia. Un golpe directo y todos noqueados. Este año no habrá nada de eso. No hay gasolina. Y si la hay, nadie se quiere poner en el ojo del huracán, que lo de Basso en el Giro cantaba demasiado. Visto lo visto, a ver quien es el equipo que se pone a tirar si se forma una fuga en el durísimo Soudet. El T-Mobile, si todavía hubiese alguna lógica en este deporte, debería colocar al menos un corredor en cada fuga. Para no entrar en un galimatías de nombres, veremos las auténticas aspiraciones de Cunego, que tiene la oportunidad de su vida, pero uno que va a destacar seguro es Mazzoleni, que ya estuvo disputando esta misma etapa hace un año a Pereiro, Zandio y Evans. Y por lo que ustedes y yo sabemos.

En todo caso, los 40 km. desde la cima del Marie-Blanque hasta Pau son muchos, demasiado. Recuerden a Basso el año pasado, después de la vergüenza del Galibier: “yo no ataco con un puerto a 40 km. de meta”, una de las frases recurrentes en este blog. ¡Y eso lo decía uno que iba dopadísimo!
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Rijs anuncia todo serio que va a solicitar a sus corredores que tienen relación con Cecchini que lo dejen. Les doy la lista, que después todo se olvida: Cancellara (ay, ay, se le esperaba para la crono de Suiza y ya hizo mutis), el joven sprinter Breschel, Blaudzun y Sorensen... Coño, Sorensen, el mismo que le ganó la etapa de Ávila en la última Vuelta al superdopado de Pascual Rodríguez, que se había metido una “siberia” una semana antes. ¡Si es que no somos nadie! Y algunos, menos que eso.
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Curioso. Ayer, después del día de descanso, los escaladores llegaron descolgados a meta: Menchov, Mercado, Gómez Marchante, Casar, Parra, Vila, Rasmussen, Guerini, Mayo, Caucchioli, Moncoutie ...cosa de pocos segundos, pero yo sigo viendo cosas en este Tour que no había visto antes.
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Sastre afirma que durante el último Tour "estuvo a punto de dejar el ciclismo". El victimismo y el lloriqueo de algunos corredores, de los que la cadera de Landis es el ejemplo más conocido, se extiende por todo el pelotón. En previsión de lo que pueda pasar.

11 julio, 2006

Cuando el mejor amigo de Birillo no es el perro

Poco a poco, en medio de la inoperancia de muchos periodistas que han declinado ofrecer sus conocimientos para desvelar la trama (Garai, Luque) y el activo seguimiento de muchos aficionados de a pie del noble deporte que es el ciclismo, se van desvelando los nombres de los clientes de Eufemiano. Los primeros y más implicados fueron publicados por El País, el periódico impulsor del caso, pero fuertemente comprometido en su credibilidad al no querer ver la evidencia de 18.- Valv. (Piti).

Gracias a esta fuente primigenia hemos sabido que Scarponi/Zapatero estaba hasta las cejas, algo bien evidente desde la etapa de Pajares de la última Vuelta, y también de "el hijo de Rudicio", un Jan Ullrich señalado y buscado desesperadamente. Hoy el diario As, que pertenece al mismo grupo editorial, publica la primera de las cuatro entregas en las que va a serializar el informe de 55 páginas que la Guardia Civil remitió a la dirección del Tour para impedir que algunos de los grandes espadas del pelotón tomasen la salida en el Tour. Curioso: el mismo grupo editorial reventó a El Mundo esta misma estrategia informativa -bastante mezquina y de intereses puramente económico-políticos en este caso- en 1996, cuando el diario de Pedro J. iba a publicar por entregas los papeles del GAL y El País, arrogándose de esa aurolea de credibilidad y de intelectual orgánico de la democracia (Pedro Laín Entralgo) decidió publicarlos todos y de golpe en un dossier especial. Las razones esgrimidas fueron que "la noticia no puede esperar" y alguna cosa más de arrogancia intelectual. Diez años después As da razones a Efumiano Fuentes cuando dice que hay filtraciones selectivas. Y tanto.

Publicar el dossier sin interpretarlo, tal cual, es hacer de un periódico una especie de BOE romo y de contenidos puramente judiciales. Es escalofriante ver como hoy As publicaba su quiniela y no ponía nombre y apellidos a 18.-Valv. (Piti). En este modestísimo blog hace tiempo que ya se puso, en una exclusiva de la que ningún medio se atrevió a poner la fuente. Bien. Hoy pasará lo mismo, pero estoy en condiciones de asegurar quien es "amigo de Birillo", una de las incógnitas por despejar. Y después vendrán los demás a copiar y pegar, que no es malo en sí, pero al mismo tiempo metiendo palos a los blogs y a la supuesta poca credibilidad que tienen. Allá cada cual. Cuando dentro de diez años tengan que ir mendigando lectores puerta a puerta y ofreciéndoles baterías de cocina y enciclopedias a lo mejor hacen algún ejercicio de autocrítica. Ojalá nosotros sigamos por aquí para verlo. "Amigo de Birillo" había sido señalado como Lombardi, el increíble sprinter (ya campeón olímpico de puntuación en Barcelona 92) que el año pasado se marcó Giro, Tour, Vuelta y Mundial con 36 años, corriendo con el CSC. Desde luego que no está limpio, pero creo que la asociación se hizo porque el italiano reside desde hace bastantes años en Chueca, conoce Madrid como la palma de la mano y de ahí se sacó su posible relación con Zurbano 92. Por cierto, es zapatero, en el sentido de que tiene una tienda de zapatos. Y esto lo digo porque a Scarponi Eufemiano se refiere también como presidente.

Hace dos días Eufemiano Fuentes concedió una entrevista al diario Las Provincias de Valencia. En su estilo de medias verdades y silencios afirmó fanfarrón que "quizás gane en París alguien a quien yo haya llevado". Esto me puso sobre la pista, porque Lombardi no es un corredor para ganar el Tour, por muchas hormonas caducadas chinas que se puede inyectar. No se si ustedes saben que Ivan Basso tiene una hermana que se dedica al mundo del espectáculo, una aspiración común a cualquier italiana que responda a determinadas medidas y aspiraciones vitales. La primera noticia que tuve de ella fue con el primer podio del italiano, cuando apareció medio desnuda en la Gazzetta, para solaz y jolgorio del lector medio de prensa deportiva. Después ha pasado por las manos de un marchante de mujeres que presenta un informativo en Italia y que se llama Emilio Fede y después...¡ay después!

No se le ocurrió mejor cosa que sacarse un novio ciclista. ¿Y quién es el? Eddy Mazzoleni. Si, el escalador de 32 años que hace tres días hizo la crono de su vida, 16º en meta y calcando tiempo al resto de corredores de sus características. El es el "amigo de Birillo". Tecleen en Google "Mazzoleni+sorella di Basso" y ya verán, ya. Ahora vendrán los típicos a insultarme, diciendo que menudas pruebas que presento, que soy como El Tomate. Lo mismo tuve que leer cuando desde este foro se sacó la primera asociación entre dopaje y perro (el mítico Tugboat de 4142, perdón Hamilton), y eso que ya avisaba que esto parecía el ¡Hola!. Pero así está el panorama, este es el nivel intelectual de la banda de las cajas de cartón y el arcón congelador: como en la canción de Objetivo Birmania, "uh, vaya lío, los amigos de mis amigas son mis amigos". Y así llegamos al final, donde ya sólo se puede decir, a lo Sancho Panza, que el mejor amigo de Basso no es el perro, no.

El equipo transversal de Eufemiano

Los ciclistas no tienen fama de ser muy sagaces. Después de la Operación Puerto podemos decir que hay mucho vivo, pero no que eso sea sinónimo de inteligencia, no. Ustedes pensarán que el colectivo de deportistas, en general, no es que se mueva en un plano muy superior al de los ciclistas, y que voy a emprender el enésimo ataque a un deporte que amo profundamente. Sin embargo, hay un aspecto en todo este asunto de la sangre congelada y la mejora del rendimiento deportivo que apenas ha sido tocado y que deja muy mal parados a los ciclistas implicados, a sus directores y al deporte de las dos ruedas en general.

De Eufemiano Fuentes sabíamos que, en el año 2001, prefirió a Ángel Casero sobre Oscar Sevilla para ganar la Vuelta a España. Ya saben, el asunto de las bielas, que ahora el médico canario vende como simple efecto placebo. El valenciano corría por aquel entonces en el Festina, y había sufrido una cruel derrota el año anterior ante otro cliente de Eufemiano, Roberto Heras. El ciclista del Kelme, el prometedor joven que ya había acabado 3º en la Vuelta 1999 y 5º en el Giro y en el Tour, se llevaba su primera grande por etapas, destrozando a su rival en su mejor terreno, un día de Angliru con mucho sol al llegar a meta. La etapa fue para Simoni, que venía de una escapada, y segundo fue Jan Hruska, otro conocido de Eufemiano al que hizo ganar ese año una crono llana y una cronoescalada en el Giro, defendiendo los colores del Vitalicio. Tercero ya entró Heras, que ese día se movió a un nivel muy superior al de sus rivales, sólo tres días después de una jornada de descanso: la bolsa también le dió energías para ganar en Abantos poco después.

Pongo estos ejemplos de hace unos años, pero cambiando los nombres viene a ser lo mismo: Eufemiano quiso que Ullrich ganase la crono del Giro 2006, quizás para meter miedo a Basso y que esté le pagase más por sus tratamientos. Quien sabe. Es una opción plausible, toda vez que los ciclistas y sus gurús personales (Pevenage o Rijs, tanto da) apostaron por confiar sus resultados deportivos a la misma persona. Eufemiano Fuentes acumulaba un inmenso poder, capaz de hacer ganar o perder carreras a ciclistas por mero capricho. Recuerden la conversación interceptada por la Guardia Civil: "Dile al gordo que pague si quiere hacer algo en el Tour de Francia", refiriéndose a Manolo Saiz. Eufemiano el del gran poder, podríamos decir. Las implicaciones que esto tiene para asuntos como las apuestas deportivas -que mueven una cantidad de dinero que ríase usted de la caravana publicitaria- son formidables: una solo persona podía decidir quien podía ganar el Tour de Francia de este año, habida cuenta de que contaba en su cartera de clientes con el segundo, el tercero y el cuarto del año pasado.

Existía y existe un equipo transversal de Eufemiano, además de los dos oficiales de Comunitat Valenciana y Liberty. Los azules y los verdiblancos no se hacían la competencia mutua porque corrían en distintas categorías, y sólo coincidían en la Vuelta. El año pasado Eufemiano repartió de esta manera los premios: general para Heras y etapas de la última semana para el Kelme (próximamente un post sobre García Quesada, Pascual Rodríguez y Plaza), además de la clasificación por equipos que servía para pagarle el doping. ¿Y los agentes libres? Hasta donde pudiesen llegar: Mancebo ganó una etapa (su primera y única en una grande) e intentó el grande colpaccio en su terruño abulense, pero se encontró con que G.Quesada y Santos González podían subir Navacerrada a 30 km/h en una etapa de 42 km/h. No les digo ya el resto de corredores. Cosas de Eufemiano, ya se sabe: por entonces era público que Mancebo se iba al Ag2R por un pastón y mejor ponerle la zanahoria para que así pagase más el próximo año.

Y volvemos a la extrema estupidez de los ciclistas: poner en las manos de la misma persona sus resultados deportivos es una vía libre a la manipulación interesada. Los defensores dirán que por el secreto profesional de Eufemiano los ciclistas no sabían quien era tratado por el ginecólogo canario, pero era un secreto a voces que el hemodruida llevaba a muchos otros, además de los bien conocidos de Comunitat Valenciana y Liberty. Los Phonak, por ejemplo. Y que al estar todos con el mismo, en caso de que cayese, caerían una gran parte. Y así ha sido. Como en un dominó, el equipo transversal de Eufemiano, que no llevaba maillot distintivo pero al que había que seguir por los resultados, se ha desbandado, pero no disuelto.
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Jornada de descanso en el Tour. Landis dice que se opera nada más acabar la carrera, que tiene la cadera destrozada. Pobre. Suena a Hamilton con su clavícula rota. En breve nos informarán de que tiene que tomar morfina para resistir el dolor. El caso es que el corredor que ha preparado el Tour a lo Kentheris y Thanou (compite en febrero, gana y desaparece; compite en marzo, gana y desaparece; compite en abril, gana y desaparece; compite en junio, pierde una hora y desaparece para volver en el Tour con el segundo mejor tiempo en la crono), el ciclista que fue segundo en la Dauphinè 2002 para después desaparecer con todo su equipo en el Tour de un mes después, el ciclista que se hundió sin explicación en la Vuelta 2004 con el maillot amarillo y que se arrastró en el Joux Plane en la Dauphiné 2005, ese ciclista, es el máximo favorito para ganar el Tour para mucha gente.

¡Qué horror!