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21 diciembre, 2007

25 años de honradez

Se acaba el año en el que se cumplen 25 años del debut de la estructura Reynolds-Banesto-Illes Balears-Caisse d´Epargne en el Tour de Francia. Siete Tours ganados. No está nada mal, aunque los americanos lo hacen mejor. Y no solo eso: mientras el 7Eleven-Motorola-UsPostal-Discovery nunca ha tenido un caso de positivo en sus filas, el italiano Marco Fertonani acaba de ser definitivamente sancionado por la federación de su país. Y es el primero de Echavarri/Unzúe.

Ahora que se oye la palabra esperpento para hablar de que Mayo, positivo en julio, todavía no tenga sanción definitiva (que se pregunte cada uno por qué, especialmente por el último eslabón, la federación nacional), que recuerden que Fertonani pitó la máquina en ¡febrero!, y no ha sido hasta ayer cuando ha sabido definitivamente su pena. En medio, una pequeña cortina de humo cuando salió el caso (abril, tiene narices), y ni una sola mención más de sus responsables en todo este tiempo. Un Aketza Peña transalpino, un caso más de dopaje dentro de un equipo considerado intachable.

Tanto Unzué como Echavarri (del que me dicen que ha vendido su participación en Abarca Sports, la tenedora de la licencia UCI ProTour) siempre han sido de la gente del mundillo mejor relacionada con los medios de comunicación. Es prácticamente imposible leer una sola crítica a su gestión: ni deportiva (¿quién gestionó a Valverde en el descenso hacia Granada en la Vuelta 2006?) ni mucho menos como personas. El primero es de verbo reposado, rara vez se le ha visto una palabra fuera de tono (salvo al inicio del Tour 2006, cuando dijo "todos debemos reflexionar sobre nuestros errores", y ni siquiera); el segundo comparte maneras reposadas, con sus cansinos retrúecanos verbales, una especie de Gómez de la Serna pasado por el pacharán. En los últimos tiempos han perdido ese reposo que comparten con su paisano Moneo y se les ha oído, bastante alterados, defendiendo, por ejemplo, a Piti.

A Fertonani no, claro. El italiano fue cazado en una carrera, el Tour del Mediterráneo, tan anónima y tan excéntrica al núcleo duro de la temporada, tan cercana a la última concentración invernal del equipo, que hace falta ser muy inocente para pensar que era un lunático que acudía a curanderos de provincia italianos, que-se-yó, un Santuccione. Por cierto, en esa carrera, el equipo de men in black incluso dentro de la competición, literalmente se salió. Como Aketza Peña, cazado en el exótico Giro del Trentino (exótico para las características del Euskaltel), en un control más allá de la sorpresa, cuando estaba en el equipo para el Giro, de donde fue expulsado en plena carrera. Como Sinkewitz en el Tour. Como Bernucci en la Vuelta. Fertonani es otro ejemplo más de que los controles funcionan si reunen dos condiciones: sorpresa; y totalmente aleatorios.

Pero ya saben, que una noticia no te estropee un buen titular. 25 años de honradez. Ahora que Sabino Padilla, el artífice de la época más recordada del equipo, vuelve al redil en el prestigiosísimo Benfica portugués, hay que tener bien presente el cuarto de siglo de eficaz gestión deportiva. Ahí tienen la presentación de 2005, con dos corredores intachables como Goku y Piti. Que menos que juntarlos, visto que el primero era el número 17 y el segundo el número 18 en el arcón congelador. El abulense solo aguantó una temporada la cohabitación. Cualquiera hubiese hecho lo mismo, después de comprobar, en la infausta llegada a Courchevel, que por mucha mandanga que se metiese y mejorase su rendimiento deportivo, tenía el enemigo en casa. Y con el mismo doctor.

Perdido este pupilo privilegiado, cuyo palmarés refulge con letras grabadas en oro, Echavarri y Unzué, los de los 25 años de honradez, ficharon Tino Zaballa, Oscar Pereiro y Joaquím Rodríguez. También corredores intachables y de una cimentada, progresiva y nada de dientes de sierra carrera deportiva. Las conversaciones con Jose Cayetano Juliá tuvieron que ser dignas del camarote de los hermanos Marx. El 22 de mayo de 2006 pasaron cositas, fruslerías sin importancia, que casi hacen marrar las bodas de plata con el ciclismo puro y comprometido de la pareja navarra. Metidos en plena amnistía mediática-jurídico-policial (la famosa Operación Encubrimiento), los Zipi y Zape navarros lanzaron un órdago: pues fichamos a L.L Sánchez, a Rojas y encima a Rubén Plaza. Lástima que tuviesen la licencia de Abarca, pero no el dinero: desde Caisse d´Epargne, el banco, les dijeron que un solo susto de esos y les dejaban solos. A pagar con su dinerito, visto que fichaban con tanta alegría y sinvergonzonería. Echavarri, que ya solo le queda perder en este mundillo, ha vendido su parte, porque aquí todos son muy gallos para defender de boquilla en el programa del amigo Bizconde a una panda de impresentables, pero cuando me tocan el dinero...¡ay las perras! ¡Ay Piti!

20 diciembre, 2007

Un equipo enfermo en un deporte enfermo

La foto corresponde a la plantilla del Saunier Duval de la campaña 2006. Paisaje de periferia urbana, anónimos edificios de pisos de ladrillo visto, unos con la terraza cerrada, otros no. Una señal de tráfico. Tres ciclistas extrañamente encarmados a los coches. Uno en cuclillas. Otro a media sentada. Una chapuza.

Lejos quedan los tiempos en que la foto de equipo se cuidaba, se buscaba una localización singular (o simplemente un paseo marítimo), buscando una simetría entre los componentes, con los coches de equipo bien visibles. Supongo que es sintomático de lo que iba a venir. O es una chapuza sin más.

De entrada, ya extrañaba que para una plantilla de 29 ciclistas hubiese nada menos que tres médicos (Sagasti, Ibarguren, Alameda), una cifra que la OMS calificaría de prodigiosa. Visto en perspectiva, tiene su lógica. La plantilla del Saunier está enferma. Repasemos: David de la Fuente, asmático; Ibán Mayo, con una tasa de testosterona por encima de la media; Leonardo Piepoli, con valores médicos propios de un adolescente; Ricardo Riccò, con el hematocrito que baila foxtrot; Marchante, con una úlcera estomacal incurable; Javier Megías, ¡diabético!. Supongo que la lista de afectados será más extensa, especialmente del muy difundido mal que afecta a De la Fuente. Pero no esta mal que, de entrada, un 20% de la plantilla cuente con certificado médico. Y eso por no hablar de Koldo Gil, el arrepentido Millar, el naúfrago Rinero, Del Nero batiendo a Boonen en el Tour de Flandes, Ventoso el poderoso, Simoni el incombustible y el más sorprendente de todos, el O.P Zárate, que no corrió ni una carrera. Esa era la plantilla del Saunier.

No todo fueron sinsabores. Ahí está la espléndida eclosión de Cobo, autor de un DisneyLandis de 100 kms. por las carreteras del País Vasco; Riccò, que entra en forma para Lombardía; o Pagliarini, que gana una etapa en el Eneco Tour (su primera victoria en tres años) ante la amenaza de quedarse en el paro. Pero claro, metidos en plena vorágine de ¡Mayo inocente, Mayo inocente!, hay que recordar el equipo en el que militaba el vizcaíno caído. El Saunier. Digno heredero de la peor tradición del ciclismo, el equipo amarillo, en el que ya militaron corredores intachables como Beloki y Zaballa, tiene con el vasco su primer positivo. Porque claro, Koldo Gil y Zárate han sido víctimas de la misma persecución talibán y necrófila que azota este bello deporte.

Vuelvo a mirar la chapucera foto, propia de un equipo femenino de voleybol de algún barrio acabado en zeta. Y lo que más me extraña es la soledad de Mayo. Haber sido el único. Mis felicitaciones para los médicos, que tienen que bregar con una plantilla con un 20% de integrantes fuera de la media. Y mucha suerte para la temporada 2008.
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Para Arribas, las pruebas antidopaje son como deshojar una margarita. La metáfora es poderosa para sus intereses (que es una cosa azarosa, unos días salen positivos, otras negativos), pero tiene un doble filo: una margarita es también un cóctel, y solo a través de muchas margaritas se explican crónicas tan vergonzosas como esta.

Y qué decir de este médico, de nombre con resonancias alitéricas. Para mí ya es un héroe, sólo por el hecho de escribir, intentando defender al personaje, "es triste que, ante la duda, la UCI haya optado por considerar como 'positiva' a una persona, Iban Mayo, que ha dado muchos años y muchas alegrías a un deporte que todos amamos. En otras palabras, que lo hayan tratado como un vulgar drogadicto". Pues eso, pues eso.

19 diciembre, 2007

Y tú, ¿cómo lo ves?

Hoy el diario L´equipe publica que el contraanálisis a Iban Mayo por su positivo por EPO en el pasado Tour de Francia ha confirmado el primer análisis. Como en el 99% de los casos. La noticia está candente, y hay que aprovechar antes de que mañana la marea de propaganda escrita nos inunde: llevan repitiendo el mismo artículo desde hace seis meses.

Por mucho que mis críticos digan lo contrario, al tema le he dedicado poquísimo: apenas unos sueltos, en espera de la resolución final. Vale, esa la hará el TAS, pero si tenemos en cuenta la trayectoria de este tribunal, podemos dar el caso Mayo como finiquitado. Y ya es hora de hacer un balance. Iban Mayo, positivo por EPO. Dos años de sanción, más otros dos fuera del ProTour. El ídolo de la aficción vasca recibe la misma sanción que Aketza Peña (el olvidado, en toda la amplitud del término), pero no la misma atención mediática. Cada uno que lave sus prendas, especialmente los que titulaban (y mañana volverán a hacerlo) "La UCI, a la caza de Mayo", y cosas por el estilo. No sólo los grandes medios, también los que firmaban entrevistas revanchistas.

Iban Mayo fue sometido a un control antidopaje por sorpresa durante la segunda jornada de descanso del Tour, en Pau. Al día siguiente se marcaría un etapón pirenaico escapado desde los primeros compases, con su compañero Rinero tirando a muerte por el éxito de la etapa. Apuesta fuerte del equipo. Insisto: apuesta fuerte del equipo, porque sólo así se meten dos compañeros en una fuga. Y llegó al último puerto. Con opciones de ganar la etapa, de no ser por el impresionante trabajo del Caisse d´Epargne en el llano tras el Marie-Blanque. Que mañana no les vendan la moto de ¿por qué iba a tomar EPO con el Tour ya acabado y sin luchar por la general?. Esten atentos, porque esa misma excusa de mierda la intentaron colar con el otro positivo sonado de EPO, el de Heras en la crono final de la Vuelta 2005, cuando no se jugaba nada.

Sigamos. El positivo se conoció tras acabar el Tour, que ya había agotado su capacidad de digerir droga tras los casos de Sinkewitz, Moreni y Rasmussen. La muestra A se analizó en el famoso laboratorio de la periferia de París. Como cierra en agosto (¡a ver si Sarkozy también acaba con esos regímenes especiales!), la muestra B inició un peregrinaje que ríanse ustedes de Elcano o de Buzz Aldrin: primero en Gante, que dijo que no podía leer la muestra, y después a Australia. Cuando la muestra estaba en las antípodas, esa RFEC que nos hace sentir orgullosos, proclamó unilateralmente que Mayo estaba limpio. De esa época data esa famosa foto del ciclista vizcaíno con el pulgar hacia arriba desde la ventanilla del coche. Y las escandalosas crónicas de Urraburu, Garai & Co. Al día siguiente la UCI contraatacó, y de Mayo se supo muy poco más. Volvería a su afición a ir de txikiteo, provocar incidentes y echarse un cigarrito en los baños de un restaurante. Hasta hoy, donde me temo que no levantará ningún pulgar.

Mañana se abre la veda a las interpretaciones. Unos dirán que en un análisis cada uno ve lo que le da la gana (y tú, ¿cómo lo ves?), como si el tema fuese objeto de especulación verdulera y chalanera. Muy pocos dirán -ahí voy yo- que el análisis de la muestra A revela EPO, y visto que todavía no ha habido nadie que demuestre que la EPO se produce en el cuerpo humano..., que expliquen como existe esa sustancia en la sangre de su corredor estrella, el del récord democrático-popular en el Ventoux. Se aferrarán a que la muestra B es ilegible. Como Hamilton en los JJ.OO de Atenas. Como tantos otros. Vayan ajustándose las gafas, como en la foto.
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Vaya, este nombre me suena. ¿Será de aquí? Nahhhhhhh, todo imaginaciones. (Gracias a nickAMS por el enlace)
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C-4: Agua; B-5: Agua; F-2: Agua; Ur-Co: Tocado. Hundir la flota.

18 diciembre, 2007

Dos cabalgan juntos

Bah, que quieren que les diga: hasta yo mismo me aburro de señalar la deriva de Carlos Arribas y su defensa quijotesca de Contador, al mismo tiempo que señala que recibe "tratamiento médico diario". Pero también hay cosas que llevan a la indignación como en el primer día. Este artículo, por ejemplo.

El otrora prestigioso periodista se ha ido hasta Jávea para entrevistar a su ídolo: si alguien tiene alguna duda, que lea detenidamente el primer párrafo. O la primera parte del segundo. Es el Peñafiel del ciclismo. También el año pasado se acercó a las frías rampas de Navacerrada, allá por marzo y la Vuelta a Castilla-León, para poder hablar con Basso, pero el italiano le rechazó -sabía bien quien había publicado la información más comprometedora de la O.P- y el juntaletras se sintió dolido como un perro al recibir un puntapié.

Está vez el clima ha cambiado. Alfombra roja para el hombre que escribió que "Contador tiene una zona del cerebro especialmente sensible". Y así le sale ese churro de crónica, entre sentimentaloide y sencillamente repetitiva y cansina. Arribas ha gastado ya tanto lo de "su vida cambió" que en este artículo realiza un nuevo giro en el aire para escribir "la noche de Pau en la que su vida cambió, la noche en la que le dijeron que Rasmussen se había ido, que él era el líder del Tour". Jo, a Contador le ha cambiado tantas veces la vida (conocer a Manolón, cavernoma, los sudores fríos al leer A.C en las listas de la O.P, verse exculpado mientras sus compañeros caían con menos pruebas, ganar el Tour a su segunda participación y sin conocer el Galibier...) que más que un ciclista parece un transformista.

El penúltimo párrafo, tras pinceladas del ambiente (compañeros, médicos, no falta hasta la marca de los coches ¿¿??), se adentra en los procelosos mundos de la alta costura. "No será cuando llegue el momento la primera vez que Alberto Contador vista un maillot azul turquesa con la palabra Astana en el pecho. Ya lo hizo fugazmente en 2006. Unos días en julio, los suficientes para enterarse de que a su equipo no le dejarían correr el Tour; unos días en agosto, los suficientes para sufrir un desfallecimiento en la Vuelta a Burgos que le impidió debutar en la Vuelta. "No muy buenos recuerdos, no", sonríe, casi triste, el ciclista.". Efectivamente, ahí tienen una de las escasas fotos de Contador en turquesa. Estaría bien que Arribas, tan completista, hablese de como Manolón estuvo mareando a Etxe-Ondo en su fatídico 2006: primero los maillots Liberty; después los maillots iguales, pero con lo de Liberty en blanco (Contador ganó una etapa en Suiza con esa pinta); después ese mismo espacio con lo de Astaná (L.L Sánchez compitió de esa guisa en el Campeonato de España CRI); y por último ese maillot playero. Se dijo en su momento que no se pagó nada a la empresa vasca, mareada por tanto baile. "No muy buenos recuerdos, no". Claro que no: que diga que tomó en Burgos. O que dejó de tomar. A lo mejor así cura sus demonios internos, esos que producen malos recuerdos.
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"El ciclismo se ha sumergido en una dinámica autodestructiva con visitas necrófilas a su reciente pasado en las que el catalizador parece ser la captura y castigo de todos los beneficiados por las técnicas dopantes de Eufemiano Fuentes." Este es Arribas hablando de beisbol en un artículo del mismo día. "Dinámica autodestructiva", "visitas necrófilas", "captura y castigo"....buf....combinado con lo de más arriba, parece que el personaje que pedía a los cinco meses de la O.P paz, piedad y perdón se ha metido de lleno en los libros de autoayuda o, directamente, en la psicología barata. A saber. Lo sabremos.

Por cierto, respondiendo a lo planteado en esa frase, ¿que hay de malo en lo de perseguir a "todos los beneficiados por las técnicas dopantes de Eufemiano Fuentes? Ahhhhhhhhhhh, ya ni siquiera tiene necesidad de disimular. Qué vergüenza. Tras llamarnos talibanes, ahora necrófilos. ¿Qué será lo siguiente?

17 diciembre, 2007

Retrato de época (sin paisaje de fondo)

Tómenlo como una postal navideña. Visto que las azafatas de Ryanair reciben denuncias por hacer calendarios sexys, y los bomberos de Bilbao no, habrá que pensar que el desnudo masculino con fines de jerigonza y francachela está mejor visto que el femenino. Al final, la cuestión no es de género: es del más mínimo sentido del ridículo.

No recuerdo exactamente de cuando es la instantánea publicada -y auspiciada- por Interviú, pero a tenor de la camadería entre sus protagonistas, tuvo que ser allá por finales de 2003 o 2004, no más allá. Eran los años de la banda de la Covatilla, muy bien dotada en la foto, y todos los amigos que pululaban en su periferia, pero no muy lejos del núcleo espiritual, que no era otro que la mejora del rendimiento deportivo.

Repasemos a los protagonistas, en el sentido de lectura. Quique Gutiérrez, Oscar Sevilla, Piti, Santos González, Horrach, Perdiguero, Aitor González y uno sin identificar, que nunca hizo nada en su carrera deportiva, aunque en la foto es el que más enseña el culo. Quizás esa fue su función. Es un retrato de época: más típico de la charlotada de college americano, esta imaginaria hermandad Gamma-Alfa-Piti-EPO disfrutaba por entonces de total impunidad en sus prácticas. Para mostrarse desnudos y las otras. No, no es nada homofóbico. Me refiero al corredor que la primera vez que afronta 260 kms. en competición (Hamilton 2003) hace segundo, batiendo en el sprint a Van Petegem y Bettini. Al otro que hizo quinto en Lombardía por la misma época, sin ninguna experiencia en clásicas. Uno más que entró en forma en la última semana de la Vuelta. Al de la carpintería, que venía de un equipo portugués con varios positivos por EPO, donde obtuvo sus mejores resultados que jamás igualaría. Y los otros cuatro, que mejor no les comento. Ese es el paisaje de fondo, no la tristísima cortina azul, de hotel barato, de la foto.

Al final, de todos esos éxitos deportivos, ¿que queda? Nada. Solo un grupo de hombres jóvenes desnudos, una foto justificable en algún año Erasmus o en un remake de Desmadre a la americana, la magnífica película epítome del cine gamberro y gonzo de jóvenes macarras, junto con Porkys. Uno de los grandes hallazgos de la película con John Belushi es el final, con unos títulos de crédito donde se explica que fué de los protagonistas tras sus años en el college. Hagamos la prueba. Quique Gutiérrez, el Búfalo, cazado en la O.P 2006 tras ser segundo en el Giro de Italia, un resultado más allá de sus propias capacidades; Sevilla, también en la O.P, se pasa el tiempo gimoteando por las injusticias; Piti, el más prometedor del posado, reza cada noche porque se destruya la bolsa 18.- Valv. (Piti), con el futuro sobreseimiento definitivo de 22 de mayo que le cambió la vida y su progresión; Santos González ha visto caer a todos sus compañeros en Phonak, menos al gallego. Será por eso que está en el Karpin-Galicia; Horrach es un ciclista de la parte baja del pelotón, pero maneja muy bien sus buriles; Perdiguero es concejal de deportes por el PP en el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes (como el personaje de Belushi, que llegó a congresista); Aitor González ha engordado 10 kilos, dejó el ciclismo por 30 años por un positivo tras ingerir Animal Pack y fue detenido hace dos meses por un delito que hoy en día le pondría de patitas en la cárcel; y el del culo, ¿hace falta decir algo? Creo que dejó de correr después de la foto....
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Cuando no hay nada de lo que escribir, te sale un churro como este. Es muy poco riguroso: habla de la ausencia de cracks (¡que pena de término y que poco me gusta, a diferencia de la prensa deportiva catalana!), cuando los dos últimos ganadores del Tour son españoles. Cita al club de Villaba, por el gancho pasajero del induranismo, olvidando que de esa misma cantera, y por esos años, se alumbraba a Koldo Gil, uno de los más mentirosos y embaucadores -y ya es decir, que la competición es muy aguerrida- de la O.P. ¡Como para meter a tu hijo en la peña y que tenga de compañero al emigrado a Portugal!. El artículo viene a decir que cae la vocación de ciclistas, pero cuando una cifra no le cuadra -ha aumentado la cifra de alevines, por ejemplo- la pasa por alto: ¡eso es rigor!. Por supuesto, no hay ninguna explicación socioeconómica, solo amargor y respuestas fáciles. Ya no le queda ni lo de "otrora prestigioso periodista".
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Omega Pharma, el principal patrocinador del Lotto belga, vuelve a cambiar la marca comercial que rota en los maillots de su equipo. Primero fue Bodysol -crema dermatológica-, después Davitamon -vitaminas-, la temporada pasada Predictor -test de embarazos-, y para 2008 será Silence, un producto antironquidos. Aquí pueden ver el artefacto, además del maillot lucido por una compañera de la actual Miss Bélgica. No es ciclismo, pero no me resisto a comentarlo: la ganadora, de origen checo, fue preguntada en esa feria de ganado que responde al nombre de concurso de belleza por cuatro fruslerías, en flamenco. Pidió que le repitiesen las preguntas en francés. El público la abucheó. Bélgica, ese país que sólo existe en el mapa.

En fin, a lo que iba. Considerando que Omega Pharma mantendrá su patrocinio hasta 2011 -teniendo a Leif Hoste en el equipo, hay que cruzar los dedos-, quizás para 2009 pueda ser el momento de XS-S (para adelgazar), Wartner (para abrasiones en los pies y manos) o mi preferido, el antipiojos Paranix. ¡Todos dan mucho juego en el mundo del ciclismo!.
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¿Será esto el futuro del ciclismo? Ya hasta los hijos de los hemodruidas...

10 diciembre, 2007

¿Quién protege a Rogers?

El sábado otro periódico alemán se sumaba al periodismo de investigación que brilla por su ausencia en España. El Stuttgarter Zeitung publicaba que al menos cinco de los nueve integrantes del T-Mobile en la edición 2006 del Tour de Francia pasaron por la famosa clínica universitaria de Friburgo para someterse a hemotransfusiones. ¿La fuente? Una vez más, Sinkewitz, para que vean hasta que punto es importante las propias declaraciones de corredores, tan escasas que se pueden contar con los dedos de las manos.

Maticemos: Sinkewitz dijo en su declaración que había ido en coche hasta la clínica el día antes de ir a Estrasburgo (bien cerquita) para el prólogo. Y que lo había hecho solo. Extraño, eso de una clínica y los doctores preparados para un único corredor. Y más cuando sabemos como trabajaba el T-Mobile: a la alemana, todos juntos prietas las filas. No era muy difícil intuir que Sinkewitz, que ha ayudado bastante en sus revelaciones, estaba de nuevo cubriendo a compañeros. Como cuando se desdijo de que Bettini le había enseñado a aplicarse geles de testosterona de la manera adecuado para que no pitasen la máquina. O sea, que fuente relativa. El periódico de Stuttgart basa su información en que ha visto los documentos de la clínica de ese día, 1 de julio. Cinco corredores.

Como la alineación para esa carrera ya fue comentada en su momento, y no faltan candidatos a la jeringuillas, la auténtica novedad viene de lo que hoy (¡blasfemia! ¡herejía!) se atreve a comentar la Gazzetta dello Sport: que Michael Rogers es uno de los usuarios de las universitarias hemotransfusiones. Ya era hora, por cierto. El ciclista australiano, epítome de la endlebez de todos los ciclistas de su país, había pasado flotando sobre todo el escándalo, a pesar de su trayectoria. Su carrera ha ido paralela a la de Sinkewitz, tanto en el Mapei promesas como en el Quick Step. Y con los mismos resultados: sí, esos que nunca llegan. Una vez comenté en un blog que el ciclismo australiano nunca había ganado nada importante (hasta este año la P-R de O´Grady), y un lector me contestó que Rogers había sido tres veces campeón del mundo CRI...una carrera con una participación bajísima, de una disciplina en regresión y a la que solo aspiran corredores incapaces de grandes metas en vueltas por etapas. Ese es el palmarés de Rogers.

Lleva sin alzar los brazos en una cita importante desde 2003, cuando ganó la Vuelta a Alemania (curiosamente, o no tanto, la misma prueba que brilla en el palmarés de su siamés Sinkewitz) después de haber hecho lo propio en la Vuelta a Bélgica y poco antes de imponerse en la Ruta del Sur. Tres vueltas por etapas seguidas en aproximación al Tour, donde fue 4º en una etapa. Y es de 2003. Saquen ustedes las conclusiones. Ese año ganó su primer mundial CRI, por descalificación de Millar. En 2004 repitió éxito, pero en la Olimpiadas (auténtica obsesión de cualquier australiano) sólo pudo ser cuarto. En 2005 empieza a escalar: octavo en P-V, cuarto en el Volta y segundo en Suiza. Suena como outsider para el Tour. Y sí, hace más out que sider. Daba lo mismo: en la Casa de Campo de Madrid le esperaba su tercer arcoris.

En 2006 cambia a T-Mobile con 27 años, la edad para explotar. Acaba décimo en el Tour, tras ramonear todo lo que pudo en sus relevos: tiraba un poco de Klöden, se iba a cola de pelotón y a amarrar su 10º puesto en la general, probablemente su techo como corredor. Para el Mundial CRI no hubo bolsa de sangre: un corredor de su clase y calidad se tiene que marcar objetivos más ambiciosos. Venga, ánimo campeón, que el 2007 iba a ser tuyo. Hace segundo en la Volta (y también en la etapa de montaña, tras Sevilla) y todo parece encaminado. En la famosa concentración de los Pirineos en donde le hacen el control sorpresa a Sinkewiz, también estaba el australiano. A diferencia del alemán, el tiene tiempo a pasar por el baño antes del control. En el Tour circulaba escapado con Rasmussen el día de Tignes, en donde realizó una apuesta por convertirse en el maillot amarillo, pero una caída con David Arroyo le deja maltrecho y abandona. Su siamés también lo hará en la misma etapa, pero tras comerse un espectador bajando al hotel. Vidas paralelas, ya les digo.

Sinkewitz da positivo y Rogers desaparece. Literalmente. Va a la preolímpica de Pekín porque ya estaba apalabrado, donde se puede comprobar que no tiene ninguna fractura. Le aconsejan que desaparezca una temporada, y a fe que lo ha hecho: no se le ha visto ni el pelo. Hasta hoy, cuando en la Gazzetta -Rogers vive en Italia desde hace muchos años, cerca del Lago di Garda- ya se han hartado un poco con la hipocresía con este joven corredor (¿28 años? ¿joven? ¿qué broma es esta?) amparado por la UCI en su plan de expansión mundial, igual que en su día lo fue McGee. Algún día les hablo de este y su positivo de 2006, felizmente superado para 2008 en donde competirá, nada menos, que con el CSC tras dos años en blanco. Sin correr apenas, por una misteriosa lesión. ¡Ay el ciclismo!.

07 diciembre, 2007

Olano: de sastre de la Vuelta a una Vuelta para Sastre

En la edición 2007 de la Vuelta, llovieron las críticas al recorrido. No por necedad de las aproximaciones a algunas capitales, ya sólo alcanzables por autovía, sino por la famosa crono de Zaragoza. Olano, factotum del trazado, se diseñó una Vuelta para ganarla él mismo. La del próximo año está ideada para que sea Sastre el que por fin gane algo, con 32 años y todavía con "margen de mejora".

Aunque puede parece increíble, el nivel de propaganda que ha acompañado la presentación de este itinerario adjunto ha sido superior al del Giro o al del Tour. No me resisto a repetir uno de los epítetos de Garai desde su tronera: "pocas veces, por no decir nunca, se ha visto un nivel de unanimidad semejante en torno a un trazado". O Arribas, que titula "Los fines de semana, montaña", cual boy-scout que no puede dormir la noche antes. Habrá que disentir, aunque sólo sea por higiene mental y por puro sentido común, y no por ganas de llevar la contraria, como algún lector del blog me achaca.

A pesar de lo que digan sus detractores (muchos supuestos defensores de la Vuelta son en realidad antagonistas), la Vuelta cuenta con un nivel de participación notabilísimo: no ya la plana de sprinters, la mejor del mundo después de San Remo, sino que este año ha sido honrada con el concurso (y disputa hasta el último día) de Evans -nada menos que el mejor corredor del mundo, que venía de ser segundo en el Tour- o el campeón del mundo Bettini. En el Giro venderían a su madre por tener algo parecido, y así a lo mejor dejaban de hacer la vista gorda antes guiris que tienen un Giro estelar cumpliendo su papel de comparsa foráneo, para después desaparecer. Pero bueno, ahí estaban todos estos catedráticos del ciclismo, el miércoles en Madrid, diciendo que les gustaba el poco kilometraje -a pesar de la brutal neutralización del sexto día, creo que la mayor que se ha visto nunca en el ciclismo de grandes vueltas- de las etapas o que hubiese poca contrarreloj.

Porque esa es la característica principal de la Vuelta. Se parte de Granada con una CRE de ¡siete kms! (me sale a menos de 800 metros de relevo por corredor, si viene Hushvod puede tirar de su equipo durante todo el recorrido), lo que produce vergüenza a todo aficionado que se precie como tal. Tres etapas en Jaén, Córdoba (con puerto antes de meta, como cuando ganó Millar) y Puertollano, y el quinto día (quinto, fith, quinto, cinq: han leído bien) ¡la crono llana de la Vuelta! ¡Porque sólo hay una! ¡Y el quinto día!. Qué espanto. Es una Vuelta sin contrarreloj. Ninguna figura mundial (ya no quedan escaladores internacionales, tras el caso Rasmussen) va a venir a la Vuelta. ¿Para qué? Es el mismo caso que cuando Perico desertó en 1988, argumentando que se había diseñado un recorrido para Kelly: acertó de pleno. El próximo año será al revés: un recorrido para Sastre, para ver si por fin gana algo. Así de contento estaba el ingeniero marrado de Leganés, al que por una vez se le vió sonreir. Días antes había dicho que "en 2008 voy a pensar en mí", como si no hubiese sido ya jefe de filas en los dos últimos Tours y Vueltas.

Al día siguiente de la crono llegada a Toledo, y después primer día de descanso, al séptimo día de carrera y con 694 kms. en la piernas. Por supuesto, nadie ha comentado que hay vueltas de una semana con mayor kilometraje, y que ese día de descanso no es para los corredores, sino para los organizadores que tenían que llevar la carrera a los Pirineos en esas fechas. Tras la neutralización en AVE, los corredores afrontarán una etapa de 224 kms. (la única con más de 200 kms. de la carrera, algo sencillamente lamentable) con final en Andorra, subiendo antes la Rabassa. Ya saben lo que pasa con los Pirineos en la Vuelta: nunca hay diferencias. En la primera semana, menos aún. Al día siguiente Pla de Beret con la Bonaigua -muy duro- de aperitivo. Lo mismo del día anterior. Llegarán cogiditos de la mano. Y el tercer día pirenil irá a Sabiñañigo, la ciudad que quiere ser sede de un campeonato del mundo (y yo rey de España), con un perfil quebrado y un puerto de primera poco antes de meta. Noveno día de competición y adiós al primer ciclo montañoso. Es más que probable que las diferencias en la general las haya marcado la crono de Ciudad Real.

A partir de ahí, el menú de día made in La Vuelta: unas veces se hace el valle del Ebro subiendo, otras bajando. Esta año toca río arriba: etapas en Zaragoza, Burgos y Suances, donde el mayor aliciente será ver al presidente Revilla. Y el segundo día de descanso ahí mismo, sin mayor explicación: sin traslado, sin cansancio, sin nada. Un despropósito. Otro más. En la decimotercera etapa, de 200 kms, se afronta el Angliru. Habrá tiempo para hablar de este puerto, que a mí particularmente no me dice nada: un puerto realmente duro hace las diferencias bajando, no subiendo. Y ver a un grupo de ciclistas convertidos en bailarines de ballet, con desarrollos de cicloturista, no me parece espectáculo de ningún tipo. Antes se sube la Colladiella y el Cordal, puertos que ni siquiera tienen nombre, y bastará que llueve un poquito para que haya varias clavículas rotas, en el mejor de los casos. Al día siguiente se debuta en Fuentes de Invierno, precedido de la Colladona -de la misma familia lingüísitica que los anteriores-: es la subida a San Isidro, pero con final en la última aberración urbanística de la Cordillera Cantábrica, bajo el impulso de "desarrollar la montaña". Casas y más casas, en un sitio donde de aquí a unos años va a nevar incluso menos que ahora.

Al día siguiente se rola hacia Ponferrada, pero sin la Montaña Mágica de Eufemiano, el Morredero. Después vendrán Zamora, Valladolid, Las Rozas (un pequeño puerto antes de meta, como cuando ganó aquel madrileñazo en 2002) y Segovia (como cuando Heras en 1999, pero con los puertos bien lejos de meta y circuitada final, igual que en otros finales de días anteriores). Un coñazo, ya lo verán. El penúltimo día cronoescalada a Navacerrada, como en la Vuelta de 1992. 16 kms. con las cunetas llenas de abulenses viendo a su ídolo ganar algo, y bien cerca de casa. Y por fin se llega a Madrid, que alivio.

A la Vuelta se le colgó el sanbenito de innovadora. Sólo se cuentan los éxitos de esa iniciativa (por cierto, ¿cúales son? Para mí, el mayor éxito fue pasarla a septiembre), y no los múltiples fracasos. En 2006 se les ocurrió que las etapas de fin de semana se acabasen antes de las tres: mucha gente se perdió la exhibición del Conde Drácula kazajo en Lugo y Asturias, por ejemplo. No se repitió. Fue un fracaso con mayúsculas. Los experimentos en casa, y con gaseosa. Este año se nos vendió la Vuelta como la de "el regreso a las pequeñas poblaciones" (en España hay cierto complejo a llamar al pueblo pueblo, a diferencia de Italia o Francia), y fue otro rotundo fracaso. Este año se vuelve a llegar a capitales de provincia o ciudades grandes. Y para 2008, la gran innovación de la Vuelta es diseñar un recorrido ad-hoc para un corredor: será otro fracaso, porque nunca gana nada.
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"Camina o revienta". El niño prodigio, pasado a profesionales con 18 años, y que hasta ahora no ha demostrado absolutamente nada, se desvela ahora -a ojos saltones de su director- como holgazán y perezoso. Le van a poner un GPS: tanto luchar por la intimidad del ciclista, por sus derechos básicos, y este acepta que le pongan un localizador. Ferpecto. "Camina o revienta". Y si se descubre que no camina, ¿no será que ya ha reventado?.


Beñat, tu que apareces más arriba, toma nota de todo esto.

03 diciembre, 2007

Un Giro para Piepoli

El sábado se presentó el Giro 2008 en el Teatro degli Arcimboldi de Milán, con toda la propaganda habitual. Al menos este año, que ha calcado la ceremonia anterior, no tenemos fotos de Iván Basso señalando el recorrido. Pero sí de Di Luca. Nunca se aprende. Así, este es el relato del recorrido sobre el papel, pero ya verán que cuando se produzca no estaremos hablando de ganadores ni del espectáculo, sino de otras cosas.

El Giro comienza con una CRE en Palermo, la ciudad de los múltiples estratos históricos, mucho más que Roma. El recorrido, en gran parte urbano, causará aún más problemas de tráfico que los habituales en la capital de Sicilia, pero será espectacular: aunque fuesen en triciclo, solo por la presencia majestuosa de Palermo, merecería la pena. Al día siguiente se va hasta Agrigento, realizando una vuelta final igual que la del Mundial 1994, el de Luc Leblanc. Otra vez el espectáculo estará fuera de la carrera, con las tomas aéreas de los templos griegos y de la inmundicia que les rodea. Y el tercer día se va de Catania, a la sombra del Etna, hasta Milazzo, una ciudad barroca tan increíble como todo lo que hay en una isla benedetta da Dio e maledetta dagli uomini. Permitánme el chiste fácil, sin ningún tipo de connotaciones negativas: una vez más, el Giro empieza en territorio exterior. Porque Sicilia es un mundo en sí mismo.

Para el cuarto día se salta a la bota, utilizando el ferry que nunca será puente (¡por favor!), con una etapa peculiar que recomiendo que no se pierdan. Se atraviesa el territorio de la n´dragheta, la peligrosísima mafia calabresa, una de las zonas europeas más deprimidas. Es un territorio agreste y hostil, y de hecho se sube un puerto bien duro, pero lejos de la línea de meta en Catanzaro Lido. La ciudad tiene una cifra de homicidios propia de Medellín en los años ochenta, pero da lo mismo: allí el tiempo se ha paralizado, y también todas las magnitudes básicas. El quinto día se comienza el ascenso de la peninsula, desde la provincia de Vibo Valentia (la más reciente de Italia, una concesión a la Mafia) hasta Contusi Terme, el enésimo intento de llevar turismo de calidad a una zona donde ningún turista extranjero repite. Al día siguiente hay un extraño requiebro que llevará desde Potenza (capital de la Basilicata) a Peschici, del Tirreno al Adriático, cita habitual últimamente. La zona, una de las más bellas del Mediterráneo, fue arrasada por incendios intencionados el año pasado, especialmente los pinares y olivos centanarios que llegaban hasta las playas. Va a ser una etapa preciosa (¡247 kms!), con un final muy movido.

El viernes y con la séptima etapa se atraviesa el Molise, desde su estrecha franja de mar hasta la desconocida localidad de Pescoconstanzo. Es una trampa en la más pura tradición del Giro. En esa región no hay ni un sólo km. llano, las carreteras están como cuando se hicieron en los años sesenta (en muchos casos peor, dada la continua actividas sísmica) y cualquier cosa puede pasar. El sábado se hará la pasarela en Tívoli, en el extraradio de Roma (¿tanto cuesta llevar una etapa a la ciudad?) y el domingo, inexplicablemente, una etapa llana intranscendente por la Riviera degli Etruschi. Lo que siempre digo: disfruten de los paisajes increíbles a través de la Maremma.

La primera jornada de descanso antecede a la crono del martes, entre Pesaro y Urbino, que pica hacia arriba de salida (la primera está en el mar, la segunda en una empinadísima colina), por lo que favorece claramente a los escaladores. Y también al espectador, porque la ciudad natal de Rafael es de lo mejor que se conserva en Italia alejado del turismo de masas. El miércoles etapa nerviosa camino de Cesena, bien cerca de la patria de Marco Pantani (se esperan lágrimas y kleenex a tutiplén), seguida de dos fracciones absolutamente llanas en plena llanura padana. Será sábado, y en la etapa 14º, cuando se afronte la primera etapa de montaña de verdad: salida desde Verona di Freire y final en Alpe de Pampeago, un puerto dolomítico duro-duro, precedido de uno desconocido que baila en el mismo grupo. El domingo la que ya han calificado de etapa reina (¡sic!) a pesar de contar con solo 153 kms.: final en la Marmolada (gran idea, sus interminables rampas darán lugar a tomas espectaculares) con antipasto de Pordoi, San Pellegrino, el tremendo Giau por el lado más duro y Falzarego. Vamos, unos entrantes bastante indigestos. Y para rematar el menú, el lunes cronoescalda brutal de 14 kms. a Plan de Corones, a cota 2.250 m. sul nivello del mare. Con un poco de suerte, nieva y se les vuelve a fastidiar el plan a los organizadores.

Tras un día de descanso bien merecido, incursión en la helvética Locarno a través del San Bernardino, en una etapa ideal para escapadas; otra en Varese, para promocionar el Mundial de cuatro meses después; y dos brutalidades finales: el viernes 228 kms. con final en el Monte Pora y el sábado ¡224 kms.! con Gavia, Mortirolo y Aprica. Como siempre que se sube el puerto más duro del ciclismo, la general quedará sentenciada, por lo que la crono final en Milán (24 kms. cuesta abajo) servirá para clarificar otros puestos de honor. Desde que Indurain doblase a Chiappucci en 1992 no se había vuelto a ver algo parecido. Y no se entiende muy bien que aportará en esta edición.

Bueno, ya ven: un Giro clásico. La dureza concentrada en el final, montañas míticas y claramente orientado al escalador. ¿Y quien fue el mejor escalador el año pasado? Pues Piepoli, el corredor de 36 años que ganó una etapa en alto y fue segundo en otras tres (incluyendo la cronoescalada, perdida por sólo 1"), dos de las cuales fueron a compañeros de equipo. Así las cosas, mi favorito para el Giro es el italiano de valores hematólogicos propios de un pre-adolescente. O su compañero de equipo, el del hematocrito danzarín. O Iban Mayo, otro de la misma cuadra. Al final, del ciclismo ya casi me interesa más el recorrido que los que al final lo recorren. O tempora!