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28 noviembre, 2008

Ministerio del Deporte, España

Cuando Zapatero, presidente de España en las dos últimas legislaturas, estaba en la oposición, prometió que cualquier decisión legislativa se tomaría en el Parlamento, órgano deliberatorio supremo que había sido transcurado por la antigua mayoría para temas como la guerra de Irak.

Por supuesto, del dicho al hecho hay un buen trecho, y el actor del "no nos falles" ha acabado cayendo en los mismos tics del poder que con tanto encomio -y razón- señalaba. No es ya que en el mítin-fiesta anual de Rodiezmo, arropado por sus paisanos y regado de vino/chorizos -que en León son una unidad de destino- anuncie majaderías a diestro y siniestro, solo para contentar a esos resabios de los viejos tiempos que sobreviven hoy en día: "¿como un Presidente de León no va a tener un buen plan para la minería?" -el mejor es cerrar las explotaciones y tirar la llave al mar- o "subiremos el salario mínimo interprofesional" han sido algunos de los ejemplos de la verborrea que pierde a ZP en cuanto se encuentra en alegre camadería y francachela. No suele ser en el Parlamento.

Lo de hace dos días no tiene nombre. A diferencia de Felipe González, que huía como de la tiña de cualquier espectáculo deportivo -sólo estuvo en la inauguración de los JJ.OO, y por protocolo-, a ZP le encanta recibir en la Moncloa a todo bicho viviente deportivo que haya cumplido una gesta para gloria y solaz de nuestra nación, la misma de la Operación Puerto y Eufemiano Fuentes. La de Alessio Galleti muerto en las carreteras, la de Antonio Puerta. Ahora tocaba el turno de los conquistadores de la Davis. El seleccionador -en el tenis lo llaman capitán, en plan Walt Whitman-, con una dicción imposible, dijo "el deporte ha crecido mucho y quizás sea la hora de crear un Ministerio". Atentos: un tío que deja el cargo, uno más entre 45 millones de españoles, suelta una idea al vuelo -como el que vende dirigibles en la época del avión a reacción- y...

El presidente la coge. Al vuelo, se entiende. Sin querer esperar al Parlamento, a una reflexión seria y profunda, A UNA MEJOR COYUNTURA ECONÓMICA, dice que "ya lo tenían pensado y en la próxima remodelación del Gobierno" darán cabida a la jaimitada, nunca mejor dicho porque es probable que el Ministro sea Jaime Lissavetzky. Aparte de la bofetada al ciudadano que supone el enésimo puenteo del Parlamento, da mucho que pensar que con las noticias económicas del último año -y lo peor está por llegar, todavía no se ve el fondo- el equipo gubernamental no ya solo tenga tiempo para recibir a deportistas, sino que encima haya pergeñado ya esta importantísima modificación ministerial, sin duda vital para nuestros intereses.

A ZP se le veía contento. Con su chándal, halagado. Es normal: tiene hijas adolescentes y es fácil imaginar el ambiente en el Palacio de la Moncloa el domingo por la tarde. A esas edades se contagia el entusiasmo. ¡Qué buena idea eso de montar un Ministerio del Deporte! Total, la Ministra de la que cuelga la actual Secretaría de Estado pasa del tema...Catedrática de Universidad -una de las que forman el patético 13% de mujeres en ese cargo-, se ha dedicado -ojo como el destino hila fino la ironía- al estudio del corporativismo, élites y caciquismo, concretamente de la clase económica de la Restauración. Su libro sobre Nicolás Urgoiti, el empresario de la prensa por excelencia, es magnífico. El resto de su obra no tanto. Pero mira, es Ministra y en las elecciones de 2004 fue de ¡número 2! por Madrid.

Pero de ahí a que le guste el deporte media un trecho. Siempre se ve antes a Don Jaime Lissavetzky, especialista en chupar cámara. La de Cabrera debe ser la primera cartera Ministerial que está de acuerdo en que sajen competencias que le son propias, vamos, la misma situación que en Industria o Educación con el nuevo ministerio de Innovación. Vivir para ver. Ahora bien, la pregunta que todo ciudadano se tiene que hacer -el silencio en la prensa, la más mínima crítica, ha sido espantoso- ¿qué aporta el nuevo Ministerio? ¿Que mejorará? Y antes de responder, les recuerdo que está en marcha un plan para la mejora de la Administración Pública que dejó hecho el muy eficiente Jordi Sevilla -condenado al ostracismo, por crítico con el zapaterismo- y también un plan de austeridad, esas típicas promesas de reducir altos cargos, coches oficiales y bla-bla-bla.

La respuesta es fácil. Al ciudadano de a pie, el que vota y detenta la soberanía de la nación, absolutamente NADA. ¡Ministro del Deporte! ¡Pero si sólo formularlo es ridículo! Entonces, si no aporta NADA, ¿a quien beneficia? Pues a la clase política, y a ningún otro. El deporte es un vehículo de movilización de masas y bueno, al político le encanta la masa=voto. Uno de los vectores de la primera legislatura fue que el otro partido estatal no se apropiase de los símbolos comunes, y me parece bien. El Ministerio del Deporte va a ser el medio perfecto para canalizar el nacionalismo español, porque el deporte une: fíjense en lo de la Eurocopa de este verano. Ya no da cosa sacar la rojigualda, que allá por 1931 empezó a ser partidista y desde 1939 privativa, ahora -y el deporte es el vehículo perfecto- es motivo de orgullo y decora balcones. En breve será el estampado de temporada en la Pasarela Cibeles.

Por supuesto, desde el PSOE se miraba con desconfianza como el PP -que fue el que incorporó esta idea y lo del "Estatuto del Deportista"- atraía a rostros famosos del deporte. En la campaña de las últimas generales llegó a juntar un buen puñado en un acto en Valencia. Por el contrario, se conocen pocos rostros del deporte que simpaticen con el PSOE. No tengan miedo, con el Ministerio en lontananza (y sus secretarías, subsecretarías, portavocías y ujieres) empezarán a salir del armario, al calor de las ricas prebendas que reparte el dinero público y la poltrona. Esta es la auténtica realidad de nuestro país, que según ZP está en el G-8 del deporte: lástima que los últimos JJ.OO indiquen que está, concretamente, en el G-14, nuestro puesto en el medallero. ¡Pero que bonito es vender lo contrario!.

Para terminar con este espanto, tengan presente algo. NO HAY NINGÚN MINISTERIO DEL DEPORTE EN EL MUNDO. En Francia hay un Ministerio de Salud, Juventud, Deportes y Vida Asociativa (fabuloso esto último), en Reino Unido uno de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes, en Italia otro de Política Juvenil y Actividad Deportiva y en Alemania, que cuenta con algunas de las Federaciones Deportivas más numerosas del Mundo -sólo la de fútbol tiene 7 millones de socios-, el deporte depende del....¡Ministerio del Interior!. Estos son los países de nuestro entorno, en los que nos tenemos que mirar. Todos por delante nuestro en el medallero, incluso contando la diferencia de población. También en la mayor parte de indicadores socioeconómicos, los que nos tienen que importar como ciudadanos. Sin embargo, desde que se saludó con entusiasmo cosas como el Ministerio de la Vivienda, con la irrepetible Trujillo, o el Ministerio de Igualdad, con la Aído y sus ojos siempre entornados, lo del Ministerio del Deporte es sólo la triste consecuencia de un desatino, porque se confunde todo, en todos los términos, con los peores resultados y el ridículo más espantoso.
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Según Kohl, que no acaba de digerir los dos años de sanción, "la mitad del pelotón toma CERA". Fantástico. Preguntado sobre por qué se niega a revelar la identidad del médico que le facilitó el medicamento para enfermos renales, dice que es un médico normal y que no tiene nada que ver con el deporte, que si lo revelase destrozaría su carrera. Sí, y probablemente se descubriría que ha conseguido la droga por el sistema austríaco de Seguridad Social, como la "mitad del pelotón" y sus amigos médicos y enfermeros de los hospitales de sus lugares de origen. Sigue hablando Kohl, sigue hablando, que empiezas a decir cosas interesantes...
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Ya está en sus kioskos la revista del ciclismo con el peor papel posible. El mes pasado me negué a hacerme eco: el protagonismo de la portada era para ¡una bicicleta!, y dejaban el Campeonato del Mundo en un margen. Curiosa decisión editorial, que seguramente refuerza la buena imagen de este deporte. En el ejemplar actual no hay ningún tema de interés, confirmando lo prometido en el nombre: en el fondo.

27 noviembre, 2008

Tres tristes hipótesis sobre la Operación Puerto (y II)

Antena 3, antes de ser la televisión más cochambrosa que se haya podido imaginar, fue una cadena de radio. Fundada en 1982 y con una línea de ataque muy duro al partido al Gobierno y al PSOE, fue ganando audiencia hasta que, a principios de 1992, logró el sorpasso y se situó como líder de audiencia por delante de la Ser. El grupo Prisa compró a la competidora en julio de ese año y los muy afectos periodistas de la cadena iniciaron una diáspora, porque el enemigo se les había metido en casa.

¡Y menudos eran! Antonio Herrero, que después se convertiría en el difunto buzo, empezaba El primero de la mañana de una manera inenarrable: en su corta vida dio alas a la Cope, donde lanzó sus últimos rebuznos; allí también fue Jose María García, el entonces "colaborador" Losantos y el actual eurodiputado Luis Herrero. El panorama de la cadena lo completaban el sanador Bartolomé Beltrán, el inestable crítico de cine Carlos Pumares, el defensor de la libertad Jose Luis Balbín y un programa para viejos por la tarde, donde se fraguó el género de la tertulia, presentado por Miguel Ángel García Juez, y colaboradores jóvenes y vitales como Alfonso Ortuño o Luis Carandell. También estaba Gomaespuma, mucho más creativos que ahora, pero cortados con el mismo patrón: el odio al Gobierno y al partido hegemónico. Escuchar esa radio, creerse lo que decían y pensar que vivíamos en 1984 o en el gulag era lo mismo.

En ese ambiente, y no en otro, se formó Javier Ares, uno de los delfines que criaba García al mismo tiempo que les señalaba claramente su techo de cristal. En cuanto el maestro se marchó, se cumplió la máxima griega de matar al mentor, y el bueno de Ares se quedó dos años al frente de los deportes, los dos años que duró Antena 3 radio hasta que se convirtió en una emisora de música clásica. Vallisoletano -lo dice siempre que puede-, la publicidad de su efímera gloria decía "en cuestión de ciclismo, Javier Ares da muchas Vueltas a más de uno". Evidentemente, esto no es así. Aunque hace mucho que no lo oigo en su nueva etapa de gloria y records de audímetro en la emisora que paga a Kiss FM, este verano iba en un coche que tenía puesta esta radio, y le oí decir de cara a la primera crono del Tour "ojo con Lovkist", como el que tiene un puñado de nombres en una chistera y saca uno, sabedor de que sus contertulios harán "¡ooooooooooohhhhhhh!" cúanto sabe, y después le preguntarán por quien es, de donde viene y qué tal en Suecia.

Javier Ares tiene un blog. No es el peor que hay, pero eso tampoco le da el aprobado. Con el segundo sobreseimiento o ponciopilatismo del juez Antonio Serrano sobre la Operación Puerto, publicó esto. Quizás ahora entiendan el amplio excurso por las pocilgas del periodismo español que me he visto obligado a hacer. ¿La Operación Puerto fue una operación política? No, fue una "chapuza del PSOE". Sus años de formación en Antena 3 Radio quedan bien palpables. También su limitada capacidad como informador, porque no hay nada más fácil que la explicación populista y propagandística, monocausal y únivoca, que tanto éxito ha tenido a lo largo de la historia: un tiempo fueron los judíos, o los masones, o la plutocracia, o el imperialismo, ahora es la globalización, el cambio climático o "la crisis". Para algunos siempre la causa de todo será el PSOE. El PSOE. El PSOE.

En su comentario escribe "deleznable maniobra del partido gubernamental" (¿les suena el soniquete? Hay gooooooooool en Las Gaunas), la típica patadita al El País por publicar lo que publicó, "asquerosa maquinaria propagandística de su partido (el PSOE)" o " cobardes que se cebaron en unos desprotegidos deportistas". Entre medias se lee otro discursito -extremadamente incongruente- para guardar la ropa ante lo evidente, pero lo que impera es lo que dice el titular. Ares abraza la Hipotésis 3 y la convierte en eje y núcleo de todo, no en un médico que llevaba 20 años asociado a todos los éxitos del deporte español. Es probable que Ares lo supiese, como todos, no en vano estaba al frente del equipo que retransmitió los JJ.OO de Barcelona 92, allí donde Eduardo Torrico dijo desde las primeras series de 1.500 "Cacho será oro".

Aunque sólo sea por mera higiene mental, hay que evitar esta hipótesis al ver quienes la abrazan. Sobre todo viendo a quien tiene de contertulio, o como defendía al ciclista de Íscar en sus numerosos hematocritos altos simplemente porque era paisano. La Operación Puerto fue la investigación judicial a partir de la denuncia de un deportista, que se enfangó cuando se vio todo lo que había. Pensar en que unas siglas son las responsables de su instigación -seguramente fue el PSOE, concretamente Txiki Benegas o Damborenea, el que inyectó la droga a Manzano- y de su enfangamiento -como si el otro partido hubiese hecho algo diferente, sólo la posibilidad asusta- es tan ñoño, tan carca y tan de persona con las facultades limitadas que produce hilaridad. Sobre todo conociendo su trayectoria.

Sin embargo, la Operación Puerto está ahi. Ciclistas enganchados a médicos, muertos, divisas internacionales en contante, tráfico de sustancias ilegales, bolsas de sangre, múltiples victorias fraudulentas, la organización más reconocida de España fuera de los Pirineos con varios empleados metidos en el ajo, medallas olímpicas e identitades secretas. Estaría bien que todos aquellos que adoptan la Hipótesis 3 explicasen en cúal de esas situaciones descritas interviene el PSOE. Pero claro, eso es más difícil.
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Cuando me lo dijeron, no me lo creía. En plena crisis, el iluminado de Zapatero anuncia la creación de un nuevo Ministerio, el Ministerio del Deporte. Mañana habrá tiempo de hablar del asunto, pero yo candido a su jefatura a un hombre que lo ha hecho ejemplarmente bien en estos años: Jaime Lissavetzky. Ministro. Tiemblen, que la realidad siempre supera a las peores pesadillas.

26 noviembre, 2008

Tres tristes hipótesis sobre la Operación Puerto (I)

Han pasado dos años y medio desde la Operación Puerto y, como no podía ser menos, no está claro para que se hizo. Ante la evidente ocultación, no solo de los implicados, sino de su propia razón de ser, la famosa actuación contra el dopaje ha ido creando, casi de nacimiento, su propia rumorología.

Evidentemente, hay que descartar cualquier posibilidad que incluya que la O.P se movía por la simple finalidad de combatir el dopaje, caiga quien caiga. Ahí está la exculpación, de entrada, de 18.- Valv. (Piti), que entonces y ahora es uno de los nuestros. Y todos los que vinieron después. Tampoco pretendo ofrecer una teoría en plan "esto es la verdad": nada es monocausal, y siempre hay que evitar ese tipo de razonamientos de programa máximo y que abocan a una finalidad consecuente: "se hizo por que tal...para conseguir tal". Ya verán como todo es mucho más complejo y como se cruzan los intereses.

En este sentido les recomiendo la última película de los hermanos Coen (pasen por alto la publicidad descarada de los portales de citas por Internet), todo lo alejado posible de las estipuladas rules of engagement con las que supuestamente operan los grandes centros de decisión, y mucho más realista al dejarlo todo a la improvisación, al "ya iremos viendo" o "tira p´lante hasta que tengamos algo claro". Eso de que A lleva a B y a partir de ahí tenemos solo un camino lineal no se lo cree nadie, y que cada uno repase sus propias experiencias. ¡Ah! Y no confundan como sinónimos "teoría" e "hipótesis", que es lo que hacen los fundamentalistas del creacionismo para dar pábulo a su creencias religiosas.

Antecedentes: En la primavera de 2004 el ciclista Jesús Manzano hace públicas todas las prácticas del dopaje contemporáneo, la libertad con la que circulaba la mandanga y la hipocresía de este deporte. Tras recibir múltiples amenazas, desprecios y el choteo de la familia ciclista, presenta una denuncia que va adelante -su salud se había puesto en peligro, se había desplomado en una etapa del Tour 2003- y un juzgado decide autorizar a la Guardia Civil a realizar un seguimiento de los locales e individuos señalados por el apestado. Era la primavera de 2006.

Hipótesis 1: La Operación Puerto fue la simple derivación de una investigación judicial. Sinceramente, es la que más me creo. El superior al mando desconocía lo que significa para el deporte español ese médico canario que entraba y salía de todos los pisos francos y no informo a su superior. El auténtico superior, el Ministro del ramo, si que lo sabía perfectamente, como buen aficionado al deporte que es. No se esperaban encontrar lo que encontraron y a partir de ahí -una vez abierto el pastel de sangre- fueron improvisando neciamente, perdiendo una oportunidad única para hacer una auténtica limpia. Y si hubiesen querido, ahí estaba Eufemiano Fuentes dispuesto a tirar de la manta y reclamar sus medallas, su auténtico salvoconducto para que viva sin ninguna preocupación en Canarias.

Hipótesis 2: La Operación Puerto fue una actuación pautada y planificada, donde se sabía perfectamente las implicaciones -todo el deporte mundial observando a España- y no importó, interesaba vender la imagen de que se combatía el dopaje, tras los casos Phonak y Heras. Algo de esto hay, pero les estalló en la cara cuando vieron todo lo que había. Lo que si que hubo fue mucha improvisación y arreglos sobre la marcha, con documentos desaparecidos -y que sin embargo aparecen en la numeración- e indultos, no sólo a ciclistas en concreto, sino a deportes en su totalidad. En este sentido, fue fundamental la presencia del balompié.

Hipótesis 3. Fue todo una operación política para sacar adelante la Ley de Dopaje. Es, sin duda, la versión más extendida. A mí me parece una memez. Primero habría que preguntarse quien se podría oponer a esta Ley, y con qué motivos. ¡Si se saca adelante con mayoría simple! Sin embargo, ha hecho fortuna entre gente como Arribas -ojo al interrogatorio al que sometió a Lissavetzky, dando por validada la hipótesis, que ya es teoría- y un personaje en el que hay que detenerse más, pero eso será mañana.
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A Kohl le caen dos años y muestra su decepción, a pesar de reconocer que "en mi testimonio no he protegido a nadie que pueda recibir sanción deportiva". Si no es eso, Bernhard: tu dijiste que habías pillado la CERA por Internet, y eso es mentira gorda. Te la dio un médico, y el sí que tiene responsabilidad, pero no deportiva, sino penal. De ahí tu testimonio incompleto y poco colaborador. Y hablando de responsabilidades penales, todavía le queda la pendiente con la justicia francesa.

25 noviembre, 2008

Pavarotti siempre canta el último

Striscia la notizia es un programa de Canale 5 -la proa del imperio mediático de Berlusconi, que en España se conoce como Telecinco- con más de 20 años en antena. En riguroso prime-time, es un programa informativo que se dedica, principalmente, a denunciar las tremendas bizarrías de Italia con una serie de corresponsales, mientras dos humoristas hacen de presentadores y dos chicas ligeras de ropa bailan y se contornean. Italia.

Dentro de lo que hay, no es lo peor. Es más: sirve de canal de denuncia para mucha gente, y al mismo tiempo es un entretenimiento. El 21 de noviembre de 2003 emitieron una entrevista a un testimonial protegido -se veía el perfil, pero no las facciones- que hablaba del doping en el ciclismo y bla-bla-bla. Al día siguiente Dagospia, un portal de noticias a medio camino entre el cotilleo y los confidenciales -una formula vincente, aquí y allí- publicaba que la misteriosa silueta oculta era la de Mario Cipollini. Al ciclista toscano le faltó tiempo para querellarse. Al día siguiente, los responsables de Dagospia quitaban la información, reconociendo implícitamente que se la habían inventado.

Vieron una mandíbula prominente, unos pelillos bien cuidados y dijeron: "¡Tate!, este es Cipollini!", como si eso bastase para identificar a un corredor italiano. Cinco años después, haciendo honor a la giustizia lumacca del país, ha salido la primera condena de 400 euros para el director de la página de Internet, y para el próximo enero se verá la causa penal contra el responsable. De momento, Cipollini y su abogado se declaran satisfechos con la resolución. El honor por delante.

Sin embargo, no se sabe nada de que Cipollini se haya querellado con Eugenio Capodacqua, el periodista de La Repubblica que publicó -y nadie le llevó la contraria- que el plurivittorioso era Pavarotti en los papeles de la Operación Puerto, esos papeles que no aparecen en el informe de la Guardia Civil y llenos de anotaciones como Rosa, Urco, Tonante y bueno, otros nombres. Ya han pasado dos años y Cipollini, tan veloz en otras facetas de su vida, no ha hecho nada. Cosas sorprendentes, aunque a lo mejor es que hay que esperar otros tres años, para que se cumpla el plazo de rigor en la justicia italiana.

Pero volvamos al vídeo de 2003. Por desgracia, no aparece en YouTube. Yo lo ví en su momento, era divertido porque se reconocía perfectamente al ciclista, que después también apareció en la Operación Puerto. Pero bueno, ya saben: la hipocresía del ciclismo no tiene límites. El reportaje lo hizo Max Laudadio, el corresponsal de Striscia para asuntos en Lombardía. El ciclista tenía un fortísimo acento lombardo, de la llanura. Dagospia había metido la pata hasta el fondo. En cuanto a Striscia, tampoco volvió a entrar en temas de dopaje, y si lo hizo, desde luego que no con la pátina de confesionario y "revelación exclusiva" de esa pequeña pieza de otoño de 2003. Mucho mejor una cámara oculta y contarlo como una travesura, con premio incluído.

Ahora Cipollini, tras su bochornoso intento zombie del año pasado, vuelve al ciclismo como mánager o algo así. Entonces le recibieron con estos términos, que desde luego no han reproducido con Armstrong. Cipollini está limpiando su reputación, ganando carreras después de retirado. Lástima lo de Pavarotti, que le acompañará siempre en su labor de mánager. Que le de lecciones Igor González de Galdeano (doc. 16), que ha podido ejercer esas funciones con el mismo pasado y notable éxito y reconocimiento tanto del público como de la crítica. Es más: el alavés dejó caliente el sillín antes de sentarse en su nueva poltrona. ¡Menudo 2009 que nos espera!
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A.C seguirá ronco. Bueno, ya habrá un certificado médico ad hoc.

24 noviembre, 2008

"Las mismas cualidades que le convierten en un 'crack' hacen al ciclista débil ante el dopaje"

Bonita frase, ¿verdad? Tiene algo de filosofía oriental, de oxímoron, de propaganda y de psicología de cuatro duros, si es que existe alguna otra: no viene a decir otra cosa que "lo que te hace fuerte también te hace débil". Grandes pensadores como Conan de Cimmeria, Sarah Connor y Hulk Hogan la firmarían ahora mismo. Sin embargo, ha vuelto a entrar como un puñetazo desde las páginas de El País, desde hace tiempo plataforma de los mayores desmanes en aras de justificar lo que no tiene justificación.

El autor del enésimo crochet a la credibilidad de su periódico, de su profesión, de su carrera y del ciclismo es -tachán, sorpresa- Carlos Arribas, que ya no tiene ningún reparo -ni redactor jefe que le pare los pies- para publicar cualquier cosa. Fue el pasado domingo, día en que el periódico dobla su tirada y, paradójicamente, las páginas de deportes son más escasas. Día elegido a propósito, dado que no es un artículo sujeto a la actualidad y que tanto vale para un miércoles que para un bisiesto. ¿Propaganda? Se queda corto.

El móvil es un estudio encargado por la UCI a un gabinete psiquiatrico francés, con nombre de carpa de circo, para "arrojar luz al problema del dopaje". Con solo esta premisa ya se puede esperar lo peor. Primero, porque los "estudios encargados" suelen ser un vertedero del dinero, como bien sabe la Generalitat de Cataluña, cifras fabulosas por cuarenta folios grapados y llenos de obviedades, sin ningún criterio científico ni funcional, otorgados bajo cuerda. Estaría bien saber quien trabaja en "AlteRHego" (sic, al final no me podido resistir a escribirlo), que seguramente será la esposa de algún cargo de la UCI o cualquier otro parentesco. Tampoco me imagino un concurso público con un pliego de condiciones con "análisis longitudinal de propensión psicológica de los deportistas al dopaje". Y segundo, porque la psicología es, en sí, es una patraña. El tema daría para varios posts, y no es el lugar.

Estas dos premisas se cumplen, con creces. Dejando aparte que en el mundo hay 6.600 millones de psicológos, siempre a punto para dar su análisis sobre todo, hay que preguntarse que dicen los profesionales de la Psicología: pues lo mismo que se dice en una barra de bar, pero con lenguaje pseudocientífico. "ese tener más, querer más, conseguir más, aleja al ser humano de la posibilidad ya no de conformarse con lo que tiene, sino de valorar lo que tiene, y es ahí cuando la búsqueda de la felicidad entendida como bienestar por lo que soy, no por lo que tengo, no se consigue jamás... La persona que tiende a doparse es alguien que siente que arriesgando no pierde nada; que, aunque se le pille, lo que pierde será menor que lo que gana. Pero, claro, no contó con el estigma social". ¡Fantástico! ¿No existe la palabra ambición? ¿No vale lo mismo esa parrafada para el deporte que para el espíritu empresarial? ¿Que opina la psicología de esto?

Arribas escribe, apoyándose en el estudio que "un deportista se dopa por obligación, por mera supervivencia económica o por búsqueda del éxito social, para responder a la presión, como rito iniciático de integración o pertenencia a un grupo o por un problema de adicción". Brillante. ¡Con lo fácil que hubiese sido escribir "UN DEPORTISTA SE DOPA PORQUE QUIERE", porque el último consentimiento es siempre del deportista, cosa que ni leo en el informe ni en el artículo. ¡Para qué!: interesa vender de nuevo la cortina de humo de que todo es un sistema integrado, ("El Sistema") y que el deportista no es un agente consciente, algo típico de la psicología. Y de los que creen en ella. El artículo termina con la opinión de Horrillo, referente eterno para Arribas, uno más entre los 6.600 millones de psicólogos del mundo.

Entre las promesas electorales que auparon al PSOE al poder en 2004 se incluía el reconocimiento de Psicología como especialidad médica. Después, por fortuna, se retractaron y bueno, durante una temporada los estudiantes (quizás sería mejor decir las estudiantas, porque es una ocupación feminizada en porcentajes soviéticos) iban por ahí manifestándose, excusa como otra cualquiera para no ir a clase. Se ponían batas blancas. Como los médicos. Pero ya saben eso del hábito y el monje. Sin embargo, el ciclismo si sabe bastante de médicos. Estaría bien que la UCI, en vez de encargar estudios perfectamente prescindibles, se dedicase a financiar indirectamente a un colectivo mucho más interesante para tratar de combatir el dopaje: los forenses. Aquí no se trata de la banalidad esa de "lo que te hace fuerte también te hace débil", sino de "lo que no te mata te hace más fuerte". Y el dopaje mata, completen ustedes el silogismo.
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Por lo menos estará callado una temporada.

21 noviembre, 2008

Un equipo del coño

Uno de los temas preferidos en estos meses sin competición es el de los nuevos equipos: florecen como las amapolas. Hay alguno nonato -como el cacareado de Matxín-, otros especialmente repugnantes -como el Rock&Racing- y un montón de nuevos italianos, a cada cual más aberrante.

Sin embargo, quien se lleva la palma en esta categoría es el Amica Chips-Knauf. Sobre las bases del Nippo-Endeka, el exciclista Simoni Mori ha montado un engendro de zombies que no tienen nada que envidiar a la cuadra de Mancebo, Sevilla y Hamilton, que establecerán su sede en Bélgica a las órdenes de Pevenage. (¡Manolo, tu también puedes volver! ¡Deja ese restaurante y vente a lo que tu realmente entiendes!).

De la anterior estructura sólo continúan un par de italianos desconocidos y Cadamuro (sprinter) y Eddy Ratti. Quizás alguno recuerde este nombre. Pasado a profesional en los últimos estertores del Mapei, ganó en los Tres Valles Varesinos del 2002 con una auténtica exhibición ande Di Luca, Dufaux, Basso o Rebellin. Venía ganar una crono en el Regio Tour y de brillar en el GP de Zurich. Era otro joven emergente en un equipo especialista en decir que todos se dopaban menos los suyos. El joven Ratti -por entonces 25 años- dio positivo en ese su mayor momento de gloria y cayó al circuito de los equipos menores y las pruebas exóticas, donde sigue.

A partir de aquí, todos son nuevos. O viejos conocidos, según se mire. Fíjense que lista de fichajes: Bertagnolli, un corredor sputnik por definición y cliente de Michelle Ferrari; Santo Anzà, amigo y compañero de entrenamiento de Riccò, que se lo quería llevar al Saunier antes de hacerse socio de honor del Museo de CERA; e Igor Astarloa, otro que disputa el firmamento de sputniks y que fue expulsado del Millram por valores hematológicos danzarines. La plantilla la completan el poderoso Kiryienka, el escalador Carrara y el prometedor Samoilau, más un buen puñado de corredores del este e italianos de menor espesor. Un buen equipo a nivel de plantilla, pero que nace con una sombra muy marcada, más si sabe que el otro director va a ser....Giuseppe Martinelli, precisamente el hacedor de Cunego, Astarloa o Bertagnolli. Vamos, seguro que dará que hablar y ganarán bastantes carreras.

Al principio se vendió como el Knauf, una importante multinacional alemana de material de construcción, pero parece que no iban a soltar mucha pasta y el primer patrocinador va a ser Amica Chips, un viejo conocido del ciclismo. La empresa de patatas fritas ya patrocinó un equipo ciclista -en el que debutó Basso, con un maillot horrible- y ha seguido estos años en las pancartas y vallas del Giro de Italia. Aunque sólo sea por esto y no por la plantilla, tienen la participación asegurada en el Giro del Centenario. Sin embargo, Amica Chips es muy conocida en Italia por otras razones.

Italia es un país cursi. Muchas veces se disfraza como moda, diplomacia o elegancia lo que simplemente es cursilería. Explicando que utilizan la palabra "polla" para el mismo tipo de interjeciones en las que nosotros utilizamos "coño" -y que siempre da lugar a que suelten un discurso sobre su virilidad y el valor del homo italicus-, y que "coño" lo reservan para decir "¡qué bonito!" o "tía buena" -sirve la misma explicación de antes-, quizás entiendan mejor esto que voy a exponer. Como figa (coño) está desvirtuado tienen un término aún más cursi y desagradable para referirse a la parte visible de la vagina: patatina. Sí, "patatita".

Hace tres años la compañía Amica Chips, que tiene un porcentaje muy alto de penetración en el mercado nacional, lanzó una campaña en televisión protagonizada por Rocco Siffredi, el conocido actor porno, orgullo nacional. La pueden ver aquí. "Yo he comido muchas patatitas. Gustosas, olorosas. No puedo estar sin ellas, las he probado todas. Americanas, alemanas, holandesas, con la sorpresa. Las comemos así, sin darle importancia, incluso tres a la vez, pero ninguna es como esta. Fíate de uno que las ha probado todas. Amica Chips es la mejor". El slogan es "Al que le gusta la patatita". En un genunino caso de italianità, el anuncio se emitió durante tres semanas en todo tipo de horario hasta que alguien clamó al cielo y lo retiraron.

Ahora Amica Chips vuelve al ciclismo. Con un equipo del coño. En el sentido español, claro.

20 noviembre, 2008

Ya sólo faltas tu

La semana pasada se conocía que Yaroslav Popovych volvía a ponerse a las órdenes de Johan Bruyneel, tras permanacer únicamente un año en el Silence-Lotto. Con la incorporación del ucraniano al equipo donde correrá Lance Armstrong, se va a conseguir reeditar la plantilla del séptimo Tour del texano, allá por 2005.

Además del cowboy, los otros corredores metahumanos -recordar la etapa del Galibier, por ejemplo- de aquel verano fueron Azevedo, que está viejo y militando en equipos portugueses; Beltrán, positivo por EPO en el pasado Tour; Padrnos y Savoldelli, retirados; Noval y Rubiera, presentes en la plantilla de Astana; el citado Popovych, y el hombre de la foto.

George Hincapié disputaba con el ucraniano la capitanía del Discovery Channel para el año 2006. Viendo el rendimiento del americano de origen colombiano en el Tour 2005, para mí era el máximo favorito. Sin embargo, pasó la Operación Puerto y el potente equipo americano se desintegró: aunque en el Giro Savoldelli -el vigente campeón- logró ser quinto, en las carreteras franceses se logró la miserable victoria de etapa de Popovych -regalada desde el coche de equipo del Rabobank- y el primer corredor en la general fue Azevedo, 19º a 38". El de Ucrania concluyó 25º, a 52", y el de EE.UU, en principio líderes y no gregarios, 32º a 1h12". Phantastico.

Probenecid Delgado, que de esto sabe un montón, elaboró una teoría sobre que a veces se rinde más siendo gregario que líder, que sin un líder claro como Laaance -lo pronuncia así- pues claro, es más difícil tener objetivos claros y bla-bla-bla. Al año siguiente Popovych realizó un Tour espectacular de gregario -octavo final- y lo mismo Hincapié, que esperaba a Contador en el descenso del Peyresourde, allí donde A.C obtuvo la ventaja decisiva sobre Evans, aunque en aquel día el enemigo fuese Rasmussen. Ese año ambos emigraron fuera de la casa de Bruyneel -el equipo desaparecía-, que incluso llegó a abandonar el ciclismo durante dos semanas para dedicarse a escribir libros de management y todo eso. Rectificó en lo que canta un gallo y se enroló en el Astana.

Sus dos pupilos encontraron acomodo en buenos equipos, que duda cabe. Hincapié se fue al T-Mobile -después High Road, después Columbia- y simplemente ha logrado una etapa en el Dauphiné por pillo; Popovych, más joven y de mayor recorrido, fichó por el Silence para ser el lugarteniente y posible sucesor de Evans, tres años mayor. Bueno, su temporada ha sido catastrófica. Empezó bien, con un tercer puesto en París-Niza, para después arrastrarse en el Tour y en la Vuelta, carreras en las que participó y de las que únicamente se recuerda su escapada en la etapa de Jausiers y un ataquito en la de Toledo. Poco antes de sus grandes citas, su paisano y amigo Bileka abandonaba el ciclismo allá por mayo, sin mayor explicación y sin haber cumplido los 30 años. Se lo había llevado al Silence, equipo que, tras el fichaje de Kohl, se revela con gran ojo para las nuevas incorporaciones.

La temporada de Popovych ha sido tan catastrófica que incluso se llegó a especular hace un par de meses que el conocido como Eddy Merckx del siglo XXI también iba a hacer como Bileka y abandonar el ciclismo sin más miramientos. Todo lo contrario: ha vuelto a su casa, donde ha rendido mejor, y Lance Armstrong se va a encontrar con otro gregario conocido en su vuelta al pelotón. De Hincapié no sabemos gran cosa, salvo que se dedica al negocio de los jeans de marca, y que seguramente le estará tentando la posibilidad. Estuvo presente en los siete Tours victoriosos de Armstrong. Ya sólo faltas tu.
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Donde dije de la Red digo de la Memez. Evidentemente, Ramón Calderón no es médico. Yo tampoco. Ventipico días después de su desplome al estilo saco de patatas, su equipo va dando tumbos después de la derrota más humillante de su historia (eliminado contra un Segunda B a doble partido y ¡metiendo seis goles!, con el partido de vuelta en casa) y todavía no se sabe que extraño mal padece el prometedor centrocampista. Los mejores médicos que se pueden pagar en España y todavía no han emitido un diagnóstico. O sí, como se le escapó al muy bocazas de Calderón.
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Rudi Pevenage, Rudicio en argot de Eufemiano, nuevo director del Rock&Racing, que este año aspira a competir en el calendario europeo con una plantilla formada por Mancebo, Sevilla o Hamilton. La realidad siempre supera a la ficción.

19 noviembre, 2008

El eterno femenino

Hasta medios nacionales se han hecho eco de la insulsa entrevista que un insulso medio ultraperiférico le ha realizado a Cristina Pérez Díaz. Ya tiene que ser buena, ya, para que los godos reparen en lo que opine -las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno, Harry Callahan dixit- una señora madurota y que se llama exactamente igual que se llama cualquier participante de El Diario de Patricia o la página de sucesos.

¿Quien es C.P.D? La entradilla de la entrevista lo deja bien claro desde el principio: es madre y está casada con Eufemiano Fuentes. Ya saben: una mujer adquiere entidad en función de para mucha gente, al margen de sus méritos personales. Su individualidad como ser humano se ve sublimada en función de su rol como madre y su rol como esposa. Así están las cosas, haya Ley de Igualdad de por medio o no. Y así empieza y acaba la entrevista, para que no quede ninguna duda.

Y mira que C.P.D. se esfuerza en responder a las preguntas atléticas, prácticamente la mitad de la entrevista. Lo hace dejando pinceladas de ¡Hola! por doquier -que Eufe es su pareja desde los 17 años (31 años juntos, muchas felicidades)- y cosas para consumo interno de su región, como lo mal que lo pasó a su llegada a Godolandia Capital, con los topicazos de "el frío" y que llegó a padecer "hasta del alma". Pobre, con 17 años. Seguro que vino obligada y esposada, y no movida por la ambición: encima se esperaría que en la meseta castellana sirviesen de tapa mojo picón y creciesen palmeras.

Lo que si creció fue su palmarés, que elenca con precisión cibernética. Tras afirmar que Manuel Pascua Piqueras fue "la persona más importante en mi carrera deportiva", a pesar de que Eufe era el médico de la Federación Española de Atletismo y el que le propuso dar el salto a Madrid, le reconoce su "gran labor psicológica" de cara a Seúl 88, donde "me pudo la presión, al competir por vez primera en un gran estadio repleto de gente". Del año anterior data su positivazo, justo en la carrera donde batió el récord nacional de 100 metros lisos. Ahí si que tuvo que haber una buena preparación psicológica. Y fisiológica.

Bueno, esto no pasaría de ser la típica entrevista a una vieja gloria local, que cuenta sus batallitas ridículas a ojos de cualquier observador externo ("en Barcelona 92 fui sexta en la segunda serie de 4x400") sino fuese porque todo acaba derivando a su marido. Ya saben: detrás de todo gran hombre -pregunten a Xabier G. Luque para cualquier referencia de lo grande que es el hemodruida canario, lo hará con devoción religiosa- hay una gran mujer. Tras leer lo buena atleta que era C.P.D sin el concurso de su afamado marido, habrá que concluir que detrás de toda gran mujer hay un gran hombre, aunque me chirría calificar así a Eufe dile al Gordo que pague Fuentes.

El periodista pregunta "¿Considera que su esposo tomó un camino equivocado en la Medicina?" y C.P.D, en vez de hablar de la especialidad en Ginecología de su marido, reconvertida en Medicina Deportiva, se pone a hablar de la Operación Puerto. "Yo creo que no, que se equivocaron los políticos. La Guardia Civil y el Estado hicieron una chapuza, porque llamar jefe de una trama criminal a un médico que se dedica a la Medicina Deportiva y que no ha matado a nadie me parece vergonzoso para el Estado español". Atentos al uso de "Estado español", esa infeliz fórmula que ha arraigado con especial virulencia en todos los territorios periféricos, y no solamente en los más famosos. Primero dice "políticos" -como el que nombra el firmamento- y después lo mezcla todo para negar lo evidente: su marido traficaba con medicamentos ilegalmente importados, manejaba nueve tarjetas SIM diferentes, llamada a sus pacientes "clientes", tenía un código secreto y manejaba grandes cantidades de dinero en efectivo. "Trama criminal" me parece poco, hay un término italiano universal para definirlo.

Claro, la sangre se va calentando a medida que avanza la entrevista. Y hablando de la mujer de Eufemiano Fuentes, eso de "la sangre se va calentando" adquiere especial relevancia. Tras afirmar que "muchas personas que van a su consulta le dicen que es una estupenda persona", un gran criterio que también tenían los clientes del estafador del Bio-Bac y cualquier curandero -me imagino a esas personas portando pollos vivos y tarros de miel, como se hacía con los médicos rurales no hace tanto-, la gran atleta C.P.D ("en Seul 88 fui quinta en una de las semifinales, quedando muy cerca de la final") remacha "digo con orgullo que muchas medallas olímpicas se lograron gracias al doctor Fuentes".

¡Acabáramos! Nos dice lo que ya sabíamos -y lo que es peor, todos los periodistas deportivos españoles desde hace 25 años- y encima lo hace con "orgullo". Después dice que es una "Caja de Pandora" -pensé en articular este modesto post entorno a esa revelación, equivalente a afirmar "ha dado un giro de 360º", que lo único que hace, por querer poner una connotación culta, es revelar la incultura del que lo dice-, con lo bonito y castellano que es decir "tirar de la manta", y también -mutatis mutandis- que lo que no da positivo ("Yo pasé mis controles y todos dieron negativo. Yo no voy a destapar la liebre") no es dopaje, la condensación en una frase de la ideología médica de su marido.

De armas tomar ("hice historia a nivel canario y nacional", hay que subirla ¡ya! al panteón junto a Negrín y Pérez Galdós), confiesa que se arrepiente de no haber estudiado Veterinaria porque "siempre me han apasionado los animales". Una gran pérdida para la Humanidad, porque hubiese formado un duo letal con Eufe, que también "mientras competí fue mi compañero y mi médico, y además ejerció de psicólogo conmigo". ¡Cúanto psicólogo para tan poca atleta! En fin. A mí personalmente lo que más me ha gustado de la entrevista, que considero perfectamente intranscendente, es esta frase: "lo que hay es mucha hipocresía dentro del deporte, y los que hemos estado en el deporte de élite sabemos lo que hay, y tú entras si te interesa, y si te quedas fuera haces deporte-salud". Atentos al neologismo "deporte-salud" y al "tu entras si te interesa", que transfiere la responsabilidad del doctor al deportista. Y ahí estoy completamente de acuerdo.

18 noviembre, 2008

Yo ya he firmado

Algunos lectores venían reclamando un análisis del caso Schumacher. Como si hubiese algo que analizar: una vez más, el corredor que contrarrelojea, se hunde, sube puertarracos, se hunde, vuelve a subir puertarracos y se hunde se descubre como un dopado más, en la gran línea de Botero o Vinokourov. Todo era muy evidente, y por eso lo único que retenía una valoración era esperar a la reacción del alemán.

Se ha hecho esperar. Tras comunicar la Agencia Antidopaje Francesa a principios de octubre su positivo no se supo nada de su boca o su entorno. Hasta hace unos días, en los que se supo que no le han comunicado ningún positivo, que pide el contraanálisis y que el contrato firmado con el Quick Step es perfectamente válido. No está mal para haber estado callado mes y pico. También se podía haber estado callado hasta dentro de dos años, cuando cumpla su sanción, pero no: de lo único que permanecerá callado es de la trama de dopaje que conoce y que le abastecía, para que así no le pase como a su paisano Sinkewitz, que finalmente va a fichar por un equipo checo de quinta fila. Y el Astana haciendo hueco a uno de Parla.

Hijo de médicos, lo que sin duda le ha facilitado muchas cosas, Schumacher no triunfó en las filas del T-Mobile gafado, ese de las temporadas 2003-2004, lleno de lesiones, fichajes fracasados y Zabel levantando los brazos en Sanremo. En 2005 pasó al Lamonta, donde empezó a sumar éxitos como rosquillas, incluyendo cuatro de cinco etapas en una vuelta regional alemana, de esas que están cayendo como el dominó (la última ficha es la de la Vuelta de Baja Sajonia). Precisamente en esa prueba dio positivo, que fue tapado y justificado por la federación alemana, porque ya saben que los jóvenes hay que cuidarlos, mimarlos y ampararlos. Pasa en 2006 a Gerolsteiner y gana dos etapas en el Giro -maglia rosa incluída- y dos vueltas del ProTour. En 2007 se destroza la rodilla en el País Vasco, pero pocos días después gana la Amstel Gold Race totalmente vendado y con una exhibición ante los mejores corredores del mundo. Segundo fue su compañero Rebellin, que después ganó en la Flecha, pero que a pesar de todos los escándalos de su equipo común nadie señala.

Que a nadie le extrañe que un corredor con la rodilla destrozada gane grandes pruebas: lo hizo Heras en la Vuelta 2005 y Vinokourov en el Tour 2007, ambos bajo los elogios de los periodistas fanáticos y talibanes, que al mismo tiempo que ensalzaban el pundonor y el sufrimiento -esos valores capilares para su particular concepción del ciclismo, donde la limpieza es secundaria-, hacían el avestruz ante la evidencia de su rendimiento metahumano. Schumacher nunca tuvo esa suerte. Sus victorias en el Tour, que se produjeron tras un largo tránsito por la oscuridad -ocho meses desde el Mundial de Stuttgart, donde estuvo en cabeza los 250 kms. y las seis horas de la prueba-, fueron saludadas por esos mismo periodistas con la pinza en la nariz y repasando su amplio historial de dopaje. Lo nunca visto, dado que el colectivo de plumillas jamás realizan esa práctica retrospectiva con nadie.

Así han podido sacar pecho con ese viril y racial ya lo decía yo una vez que el alemán ha caído por el análisis de sangre buscando CERA. Como si hiciese falta esperar. De entre todas las exhibiciones de Schumacher en el pasado Tour, la más formidable no se encuentra en las dos cronos ganadas, o en el segundo puesto en la ya de por si increíble etapa de Aurillac, no: no hay palabras para lo que hizo en los Alpes. En la etapa de Jausiers se quedó a 2 kms. de coronar la Bonette, tras hacer prácticamente solo y escapado toda la etapa. Sin esos dos kms. hubiese ganado. Y al día siguiente, no contento, volvió a hacer de las suyas en la etapa de Alpe d´Huez, donde entre otras naderías coronó el Galibier -un puerto muy apto para alguien que gana cronos llanas y clásicas- en primera posición. Bueno, pues entonces no lo dijo nadie. El desganado Arribas tituló así después de la etapa de Jausiers: "Una etapa más, un día menos" . Como si lo de Schumacher se viese todos los días.

El alemán acudió después a los JJ.OO como uno de los favoritos, pero no se presagiaba nada bueno cuando se dejó fotografiar en el aeropuerto comiéndose un jugoso Big Mac, de esos que hicieron rico a Morgan Spurlock. También estuvo en la Vuelta, rodándose para el Mundial, pero no conocemos la reacción de Victor Cordero. En esas fechas fue cuando se conoció su fichaje por el Quick Step, que lo fichó para sustituir a Bettini. Ahora Schumacher reclama la validez de ese contrato, al revés que Kohl, que ha asumido que el fichaje por el Silence-Lotto no tiene mucha credibilidad.

Con esa reivindicación, que el derecho laboral tendrá que dilucidar -puede ser que el idiota de Lefevre no incluyese alguna claúsula contra el dopaje, porque a lo mejor tendría que despedir a Tom me pusieron coca en la bebida Boonen-, al menos una cosa queda clara: Schumacher, además de calvo, tiene una cara que se la pisa. Es la antonomasía de la desfachatez: le fichan en uno de los mejores equipos del mundo por una cifra muy elevada gracias a sus rendimientos obtenidos por el dopaje, y cuando se descubre su butrón tira p´lante y bueno, lo firmado, firmado esta. Ojo, los contratos están para eso, pero también se incluye la buena fe de las partes contratantes. De ambas. Lefevre sabía perfectamente lo que fichaba.

14 noviembre, 2008

Vuelve Jesús parches de calor Hernández

Lo contaba ayer Juanfran de la Cruz, el notable periodista de ciclismo del diario 20 minutos. Jesús Hernández, amiguísimo de Contador, vuelve al pelotón con el Astana, tras un año sin licencia. ¿Sus méritos? Ser amigo de Contador. Y eso basta, incluso cuando estamos hablando del equipo más poderoso del pelotón.

Debutó con Liberty en 2004, y en 2006 cambió a Relax, que con su precipitado cierre a finales de 2007 le dejó en la calle. Tenía pocos credenciales para presentar en el ciclismo, y era lo normal. Sin embargo, hace tiempo que los criterios deportivos no imperan y basta con tener un amigo poderoso para ascender. Lo siento por Benjamín Noval, aunque siempre los podrán poner juntos en habitaciones triples, en alegre chavalería.

Estamos ante el enésimo joven Liberty. Como no podía ser menos, esta metido en la Operación Puerto, fíjense en el doc. 15. Y de la misma forma, como todos los jóvenes -menos Caruso, que topó con el celo del CONI-, fue inmediatamente indultado. En el caso del ciclista madrileño, de una manera tan bochornosa que da rídículo recordarla. Como Heras se apellida "Hernández", dijeron que los documentos que pertenecían a nuestro protagonista eran realmente del héroe de Béjar, ya por entonces sancionado y al que cargaron con todos los muertos. No sabía que Roberto Heras fuese "Roberto Jesús", porque si no me explico de donde sale el "Jesus". Sí, sí: así fue. Fíjense que el documento de Heras es el 10, y ninguno se repite. Pero así colaron la trola y así se encargo de difundirla Arribas, el muñidor y el artífice de "que no haya una generación perdida".

"Baile de apellidos", jajajajaj. El artículo del otrora prestigioso periodista decía más cosas: que los chavales no eran conscientes de nada, que Manolo Saiz era poco menos que Charles Manson y que Jesús Hernández jamás supo nada de dopaje, a pesar de confesar que se ponía testosterona exógena. Parches de calor. Por declaraciones de otros ciclistas sabemos que el mejor lugar para su beneficioso efecto dopante -sin excluir que debe dar mucho gustito, igual que las mantas eléctricas- es el perineo, esa zona situada entre el escroto y el orificio anal, que por reducción acabamos llamando "culo". Eso sí, para prevenir contracturas, y nunca para mejorar el rendimiento deportivo de manera artificial y fraudulenta.

Como dijo que no sabía de que eran los parches, Jesús Manzano sigue siendo el único deportista español que ha confesado su dopaje. Todo esto lo dijo ante el juez, que después dejó de tomar declaración. Empezó por los jóvenes porque eran los primeros a los que iba a exculpar. Por aquel entonces Contador no las tenía todas consigo y se negaba a dar su ADN. Cuando fue asegurado de que no tenía ningún riesgo sanguíneo que correr, le faltó tiempo para ir al CSD y decir "estoy dispuesto a todo, hasta a dar mi ADN". Así fue la Operación Puerto.

Y así sigue siendo. La vuelta de Jesús Hernández es otro jarro de agua fría para este deporte. No por lo que supone de amiguismo parlopinteño, sino por la credibilidad de un deporte hundido y que algunos se empeñan en arrastrar. Un deportista que en 2008 no compitió, indultado por un "baile de apellidos" en la mejor tradicción de Azcona y Berlanga, y que ha confesado una serie de prácticas -inyectarse cualquier líquido en el cuerpo es doping- por las que debería ser sancionado, recibe carta blanca y alfombra de flores. Pues muy bien.
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La próxima semana habrá tiempo de comentarlo, pero no está muy lejos del tema de hoy. Popovych, ausente durante toda su temporada de debut en el Silence, vuelve con Bruyneel al Astana y por dos años. Estoy seguro de que recuperaremos la mejor versión del ucraniano, que el mejor que nadie sabe las razones de su bajo rendimiento esta temporada -a un nivel de gregario de cuarta fila- y las razones por las que se cambia. Vuelve para ser gregario, porque en el Astana se concentran ya Contador, Armstrong, Leipheimer, Kloden y...Vinokourov. Por cierto, uno de los pocos kazajos que rendían se ha cambiado de equipo: Iglinsky se va a uno de esos nuevos equipos italianos, que tienen una pinta como para echarse a temblar.
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Ramírez Abeja, otro joven Liberty, también vuelve a profesionales tras competir en 2008 en categorías inferiores. Ficha por el Andalucía, a ver si tiene mejor suerte que Ventoso o Redondo.

13 noviembre, 2008

Ullrich miente bajo juramento

Ayer se celebró en un juzgado de Dusseldorf la vista oral del juicio que Jan Ullrich mantenía contra su antiguo patrón en el Coast. Todo se debe a la deuda contraída de 340.000 euros (más intereses) por el impago de los salarios entre el 1 de enero de 2003 y 30 de abril del mismo año. Günther Dams se negó a pagar porque, según él, su corredor compitió dopado.

Jan Ullrich se tiró todo el año 2002 sin competir, aunque siguió siendo noticia por su consumo de anfetaminas y por sus accidentes de coche. Expulsado del Telekom, fichó por el Coast, un equipo con aspiraciones que ya había enrolado en temporadas anteriores a corredorazos de la talla de Beltrán, Escartín o Casero, todos ellos ganadores natos. Había una seria intención de construir un equipo grande -Zulle se retiró en sus filas ganando la Vuelta a Suiza-, y por eso la presencia de otros corredores como los clasicómanos daneses Hoj y Michaelsen, jóvenes alemanes que se quedaron en nada (Becke, Schweda, Rund, Urban, Korff), y una caterva de corredores españoles como Plaza, Garmendia, Paco Lara o Luis Pérez. A pesar de esos atributos, el Tour no consideró necesaria su presencia y para el 2003 realizaron el gran esfuerzo de fichar a Ullrich.

En su más pura tradicción, el alemán no debutó hasta abril -cumplía la sanción por las anfetas-, pero de qué manera. Ganó escapado en la Vuelta a Colonia tras un ataque a más de 50 kms. para meta. Todas las crónicas coinciden en que fue una exhibición sin paliativos. Era una marca de casa de Ullrich, que en su última temporada también se presentó en el Giro sin nada a sus espaldas y ganó la primera crono, dos días después de chutarse una bolsa de Eufemiano. Por cierto, en esa victoria en Alemania Ullrich corría bajo contrato y el maillot del Coast, razón del juicio celebrado ayer. La empresa -de confección- fracasó y la UCI, con la connivencia del Tour, tuvo que buscar el grotesco acomodo del Bianchi para que Ullrich pudiese competir en la carrera francesa.

Ullrich ayer se sentó en el banquillo por primera vez. Y el juez le dió la razón. Dams le tendrá que dar casi 500.000 euros, porque el ciclista alemán, ante las preguntas del magistrado sobre si competía dopado respondió repetidamente con no, no y no. Tampoco tenía contacto con Eufemiano, aunque reconoció que sí con Cecchini, que le preparaba "los entrenamientos". Ante la pregunta de las bolsas de sangre encontradas en la Clínica de Friburgo -con fechas de extracción del 13/11/2002 y del 2/04/2003 (15 días antes de su exhibición en Colonia)- afirmó desconocer como había llegado esa sangre hasta allí. Yo también desconozco en que momento se supo eso de las bolsas de sangre, a no ser porque se haya solicitado la colaboración de juez encargado de la investigación de la trama de Friburgo.

Según cuentan las crónicas, el juez explicó claramente a Ullrich las consecuencias de mentir bajo juramento: un año de cárcel. En mi opinión, el alemán ha arriesgado mucho. Demasiado. Por 500.000 euros, que de todas formas destinará a la caridad, se ha puesto bajo serio riesgo de acabar tras los barrotes de la celda. Aquí no se trata de sangre retenida por un juzgado madrileño (concretamente el 31 de Plaza de Castilla, sigan otros casos que puedan salir de la misma instancia) y que se niega insistentemente a colaborar con ninguna causa, no: es sangre que ya está en Alemania y que puede ser contrastada con una simple prueba de ADN. Desconozco si Günther Dams puede apelar, supongo que sí. Lo tiene muy fácil para ganar el juicio. Algunos hace tiempo que lo han perdido totalmente.

12 noviembre, 2008

A Cobo lo que es de Cobo

Cuando el Tour acabó el pasado 27 de julio algunos comentaristas resaltaron el habitual balance que se hace de la participación nacional, en función al número de etapas conseguidas. Estos viejos resabios de la época anterior -como cuando se iba al Giro a conseguir una etapita, siempre a cargo del Kelme- sirven de poco actualmente, cuando el auténtico balance se realiza por los españoles que resuelven de manera satisfactoria una fuga o están escapados en una etapa de montaña. Y sí, mejor hacer el balance cuando han pasado unos meses prudenciales.

Para estos comentaristas la carrera francesa se había saldado con cuatro etapas, a pesar de que ya por entonces se sabía la expulsión de Riccò y que la etapa de SuperBesse era para Valverde. Bueno, ya saben que un ciclista nunca cuenta como propias las victorias obtenidas por descalificación por dopaje de un compañero, y el propio ganador del Tour, el sinpar Carlos Sastre, jamás se ha apuntado el tanto de la etapa de DisneyLandis en el Tour 2006, que le pertenece. Esas leyes no escritas del ciclismo, y sin embargo bien palpables.

Ha habido más casos en el Tour: el Ag2R ha ganado dos etapas en el Tour (la de Dessel y la de Bagneres de Bigorre) y nadie ha salido sacando pecho. Kirchen suma dos etapas en el Tour, las dos por descalificación por dopaje de Vinokourov -alta montaña- y Schumacher -contrarreloj- pero no saca mucho pecho. Y Menchov se convierte en el primer ruso que sube al podio del Tour, y el primer corredor de Rabobank en lograrlo, pero no se conoce su reacción. Está mal eso de alegrarse de las desgracias ajenas, pero cuando esas desgracias son dopaje...bueno, es la ley que han pactado entre ellos.

Mención aparte merece lo sucedido el infausto día de Hautacam. La verdad, una cima que había sido hollada previamente por Luc Leblanc -Festina-, Pantani u Ochoa -Kelme- no invitaba al optimismo. Lo sucedido superó las expectativas, y el hedor inundó la carrera. Piepoli, expulsado del equipo y positivo dos meses después, ha perdido su triple corona de victorias en las tres grandes, conseguida a partir de los 32 años. Dicen que ha solicitado un contraanálisis, a ver si suena la flauta como los análisis que pasó con éxito durante la carrera: lástima que aquellos fuesen de orina y estos son de sangre.

¿Y para quien va la etapa birlada por Piepoli? Pues a otro español, lo que ya es la sexta victoria de etapa en el mismo Tour, algo inaudito. Y eso por no recordar Alpe d´Huez, donde el simpático país de la Operación Puerto logró colar al primero, al segundo y al cuarto de la etapa. Ya ven que balance más positivo. O no. No veo a nadie dispuesto a sacar pecho por la brillante victoria de ese talento bruto que es Juan José Cobo en Hautacam, digno heredero de Ochoa. Y sin embargo, así será: su muestra de sangre y orina ha resultado inocente y las leyes son así, a pesar de que el hedor sobre la victoria permanezca imborrable. En ese misma etapa se clasificó tercero F.Schleck -cliente de Eufemiano y empleado de Rijs-, cuarto el dopado por CERA Kohl y sexto Riccó. Pero Cobo es inocente.

Como la página de Saunier Duval se ha extinguido es imposible comprobar si suman el tanto de su única victoria de etapa en sus tres participaciones (más una interruptus) en el Tour, pero lo que está claro es que en la página web del conocido como Bisonte de La Pesa no se hacen eco de la gran victoria de su ídolo. Y es un pena. Yo desde aquí animo a la peña de seguidores del increíble corredor cántabro, que todavía tiene mucho ciclismo en sus piernas, para que subsanen esa gran laguna en el escaparate en Internet del gran escalador, contrarrelojista y clasicómano. Que por esas cosas de la omertà ciclista no dejen de reivindicar la victoria para el corredor montañés, que habrá de brillar para siempre con letras doradas en la historia del Tour.

¿Que Sastre no quiere su victoria en Morzine 2006? Será porque le sobran ¿Que Piti no quiere su victoria en Super Besse? Será porque le basta ganar el primer día. Pero en esta labor de reclamar lo que es nuestro hay que implicar a la RFEC, siempre aguerrida en la labor de defensa de los intereses de sus federados, porque esa etapa pertenece a Cobo en primer lugar, a su inmaculado equipo en segundo y a todos los españoles en conjunto. A Cobo lo que es de Cobo: el honor de ganar una etapa que será recordada por todo buen aficionado al ciclismo.
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Ya les digo que a este ritmo terminará volviendo Tom Simpson. En este caso, que lleva publicitándose casi un año y nadie se atreve a reengancharlo, se demuestra que no ha aprendido nada: "iba tercero pero me perdí: no vi una señalización y tomé el camino incorrecto". Claro, claro: como en la Vuelta 2005, cuando se saltaba los conos de delimitación en el descenso de una crono. También dijo que nos los vio, a pesar de su llamativo naranja.

11 noviembre, 2008

Hormona de crecimiento pagada por el Estado, aquí nadie dice nada

La introducción de noviembre de 2007 vale perfectamente para el post de hoy. "Debo la noticia de hoy a un lector de este blog. De otra forma hubiera sido imposible que una noticia provincial hubiese llegado a dominio público". Gracias a E.J.H. El resto ya no sirve.

Aquel entonces fue en Lleida. Ahora es en Málaga. El caso es el mismo: robo de sustancias susceptibles de ser usadas como doping en los hospitales públicos. En el primero fue un propio trabajador del centro -el caso más frecuente-, ahora son "trabajadores externos". En la noticia del mejor de los diarios gratuitos queda bien claro que los dos más jovenes (26 y 29 años) eran los que sustraían los medicamentos que pagamos entre todos, y los dos más veteranos de 30 y 37 colocaban las sustancias en gimnasios, algunos de su propiedad.

Las noticias de las oscuras redes de centros de body building -ejem- y lo que circula por ellas no son nuevas. No hace mucho cayó una de los mejores del país, pero siempre era por las mismas sustancias: anabolizantes. Para más músculo. La novedad del caso de Málaga es la sustancia: hormona del crecimiento, el bálsamo de Fiebrás de los deportistas porque es prácticamente imposible de detectar en cualquier control antidopaje. En código Eufemiano, siempre tan clarividente en sus nombres, era fuerza.

Habían robado por valor de 40.359 euros -seguramente más, en el céntrico y populoso Hospital Carlos Haya deberían hacer un arqueo exhaustivo-, la Policía sólo ha encontrado sustancias por valor de 14.000 euros. Y eso que el robo se produjo poco a poco. No parece que tuviesen problemas para colocar el material. Bueno, casi nunca los hay: la demanda supera con mucho a la oferta, y mientras que el resto de la droga (esa que se denomina recreativa, como si el deporte no fuese recreativo) ha experimentado una prolongada y sostenida caída de precios, el conocido como doping dispara sus precios. Yo creo en el mercado y la ley de la oferta y la demanda, no creo que haga falta explicar más.

Fíjense ahora en la secuencia. El diario Sur, el más leído de la sexta ciudad más poblada de España, propiedad del grupo El Correo, publicaba un día antes esta noticia. Ya anunciaba el robo de "100 dosis", que valoraba en "60.000 euros", a razón de 600 euros la unidad. Después se rebajaría la expectativa y se quedarían únicamente en 400 euros c/u. Y todo ello dentro de un artículo sobre la vigorexia, un palabro de moda, como lo fue la tanorexia, y que no aporta nada: el diccionario ya recoge palabras muy concretas y de uso muy difundido para ese tipo de patologías.

Al día siguiente se apuntan el tanto (" tal y como adelantó SUR"), y eso que el artículo sobre la vigorexia parecía que era simplemente para rellenar. ¡Qué fino hilan por el Sur/SUR! ¡Con lo bien que vendría un titular como "Robo de fármacos a la sanidad pública para usarse como dopaje", en vez de hablar de una enfermedad imaginada y mediática!. En fin. Esto es lo que hay. Parece que Vocento, además de unificar la estética de todas sus cabeceras, también hace lo mismo con la capacidad de sus periodistas. En cuanto a los usuarios finales de la hormona del crecimiento, alguno de los cuales lee este blog, les recomiendo el último párrafo. Especialmente lo que dice de un ciclista.

Entre lo que pasó en Lleida y lo de la semana pasada en la otra punta del país, tan diferente en tantos aspectos, ha mediado la creacción de la Agencia Antidopaje Española. No se sabe si tendrá algo que decir sobre este caso. Si circunscribirlo a "otro de gimnasios" o, quien sabe, hacer uso de sus funciones y de la Fiscalía ad hoc creada con los impuestos y los recursos de nuestro Estado e iniciar una rueda de interrogatorios para que estos camellos de poca monta canten quienes eran sus clientes, si enviaban por correo o de qué cojones vivían antes de descubrir que robar medicamentos al sistema de Sanidad pública es lo más rentable que existe. Pero eso no pasará. La Agencia Antidopaje Española es como la abuela que está en la mecedora, al lado de la estufa, mientras el resto de la familia sigue la juerga y la farra, porque lo importante es dar espectáculo.
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Andrea Moletta y su padre Natalino, inocentes. Nada se sabe de cúal era la composición de la jeringuilla que estaba escondida dentro de un tubo de pasta de dientes ni de por qué se necesitan 89 pastillas de Viagra, pero para el juez de Padova que llevaba el caso todo es perfectamente normal. Supongo que Kohl y Schumacher piensan lo mismo.
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Un corredor que militó en el T-Mobile en 2003 y 2004 está colaborando como testigo protegido en la investigación sobre el centro de dopaje de la Universidad de Friburgo. Tampoco es tan difícil saber quien es.
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Dos amigos. Una conversación intranscendente. Felicidades al periodista, que brilla por su ausencia.