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31 julio, 2011

Demasiado Gilbert

Exagerado
 Y mira que es bonita la clásica de San Sebastián por el marco, por el inconmensurable público -ayer, uno de los pocos días de sol y calor en un verano siberiano en el norte- que poblaba todas las subidas del recorrido, por ser una continuación natural de las batallas del Tour, pero le falta algo, no se si garra, trepidación o ese ingrediente secreto que tienen las grandes clásicas.

La edición 2011 salía con un favorito clarísimo llamado Phillipe Gilbert y un favorito menos claro auspiciado por su condición de local, S. Sánchez. Éste ya había indicado que el favorito, en todo caso, era el belga. Y entre estos dos corredores gira la crónica, que como suele pasar cuando los favoritos cumplen las previsiones, es poco esperanzadora.

En un viaje de 240 km. por la cementada provincia de Guipúzcoa, porque la clásica de San Sebastián bien se podría llamar Vuelta a Guipúzcoa, los corredores afrontaron el segundo paso por el Jaizkibel -la novedad introducida el año pasado que ha alterado bien poco el desarrollo de la prueba- a muy buen ritmo, con Chavanel en cabeza.

El primer ataque vino a cargo de N. Roche, que ha realizado un Tour lamentable. No fue muy lejos y poco después salto Barredo -misma valoración de su Tour- y S. Sánchez, que en dos ocasiones pegó dos buenos latigazos que redujeron el grupo, todavía compuesto por más de 20 unidades. El gran ataque, sin embargo, lo hizo Gilbert entre la bruma marina de esta montaña al lado del mar cantábrico, dando algo de fantasmagórico a su actuación.

Fue neutralizado con mucha dificultad y, bueno, tras ese fogonazo estaba claro que el guión sempiterno que se repite desde esta primavera iba a tener su particular episodio vasco. En el siguiente alto atacó un voluntarioso Zubeldia, ese corredor que iba para campeón y que se ha quedado como uno de los mejores gregarios del pelotón por experiencia y capacidad.

Inútil. Con Gilbert viajaba el tremendo Vanendert, la sorpresa de la temporada, que puso un ritmo infernal donde nadie -salvo Barredo, que pasó escapado por Pasajes- podía intentar escaparse o pillar de sorpresa al campeón belga. Subiendo Miracruz, la pequeña tachuela que permite que la muy próspera y rica San Sebastián de la la espalda a su reverso industrial, Gilbert lanzó un ataque difícilmente comparable e imposible de neutralizar.

Esto lo digo yo, claro, pero S. Sánchez (por sus cantinelas lo conocereís) dijo en meta su habitual retahíla de excusas: "Yo he arrancado a por él (Gilbert), Barredo se ha echado a la derecha, y yo he intentado pasar por la derecha. El público se ha venido encima, casi tira a Barredo y a Schleck. Yo he tenido que frenar, se me ha ido unos metros y luego ha sido imposible".

No se si alguien vio esto. No me atrevo a descalificarlo en su totalidad porque la realización de ETB ha sido igual de penosa que siempre, enfocando a los ciclistas por detrás, con la cámara mirando al cielo y, eso sí, preciosas tomas aérea de Hondarribia, la bahía del Txingudi y lo que se prestase, menos los ciclistas.

Sea como fuere, conocen a los protagonistas: también se conoce el desenlace del Lombardía 2009, donde ambos llegaron meta y...ganó Gilbert. Si S. Sánchez hubiese logrado irse con el belga, cosa harto improbable (¡maldito público! ¡mira que obstaculizar al gran campeón asturiano!) el desenlace hubiese sido similar.

Gilbert subió Miracruz a una velocidad salvaje, de tal manera que bajó a la Zurriola y cruzó por el puente sobre el Urumea con tal ventaja que se pudo dedicar a hacer cucamonas a lo largo de todo el boulevard, esto es: atacó a tres kms. de meta, descenso incluído, y sacó 20". Exagerado y tremendo, los adjetivos que mejor le definen.

Por detrás Barredo consiguió aferrarse al segundo puesto, mientras que Van Avermaet ganó el sprint del grupo de favoritos sobre J. Rodríguez, Devenys y F. Schleck que, milagro de los milagros, no fue el último: por detrás de él quedaron Zubeldia, S. Sánchez y Urán. El espectáculo continuó una vez cruzada la línea de meta.

S. Sánchez, visiblemente contrariado, acusó en meta a los otros ciclistas de su propensión personal a finalizar las carreras entre el puesto segundo y octavo. No es la primera vez. Una de las más recordadas fue en la Sanremo 2008, donde un ataque de peseta de los suyos bajando el Poggio fue neutralizado por Astaloa: "creía que era mi amigo", dijo Sánchez, a pesar de que no militaban en el mismo equipo, la única razón que debe regir en una competición.

Malacostumbrado por la amistad con Contador durante el pasado Tour de Francia -que pagó muy bien en Alpe d´Huez, llevando hasta Contador a Rolland, ¡una bonita amistad!-, se debe creer que en el pelotón todos le deben rendir pleitesía, quizás porque es campeón olímpico, o porque tiene una estatua en su pueblo. A saber.

“Ha habido ciclistas que sólo se han preocupado de seguir mi rueda y después, cuando ha atacado Barredo, no han ido a por él”. Se refería a Zubeldia, el corredor que siempre ha salido a sus ataques. A lo mejor también lo consideraba amigo -como a Astarloa-, o que quizás en su condición de vascos tiene que apoyar cualquier éxito del Euskaltel. Por extraño que parezca, este es un razonamiento que no desentonaría con la trayectoria vital y verbal de S. Sánchez, ayer octavo en meta.

En fin. El caso es que Gilbert suma su sexta prueba de un día consecutiva. Desde que el 14 de abril ganó la Flecha de Brabante, ha encadenado AGR, F-V, LBL, Campeonato Nacional y ayer Donosti. En medio también ha ganado dos vueltas por etapas en mayo -con sendas etapas en cada una- y una etapa del Tour, donde fue protagonista muchos días y donde llegó a París.

Y ojo, venía de ser tercero en Sanremo, y en Flandes hizo un ataque en el Bosberg de los que se recuerdan...cualquier otro corredor ya estaría quemado desde antes del Tour, pero Gilbert tiene este calendario hasta final de temporada. Es todo demasiado exagerado y apabullante como para resultar creíble.

S. Sánchez, en lugar de hacer sus típicas declaraciones de arriero, ganaría mucho más si dijese que lo de Gilbert tiene difícil parangón, que contra alguien así no se puede luchar. Pero bueno, sería mucho esperar: son arrieros, y en el fondo todos aspiran a conseguir algún día la fórmula de la que disfruta Gilbert, la misma que comparte con Vanendert, desconocido hasta hace cuatro meses.
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Tras celebrar los 20 años de la fuga bajando el Tourmalet, ahora son los 20 años del primer Tour de Induráin, porque una cosa lleva a la otra. Tonto de mí, pensé que con la primera efeméride ya bastaba. Pues no. Muchos medios han aprovechado para volver a poner lo mismo, destacando por su vileza la SER, que llega a citar a Rubalcaba...que aprovecha para lanzar un mítin. Nos quedan meses muy duros de asociación entre deporte y política, especialmente con este personaje. No olviden que uno de los puntos claves del personaje-candidato que se ha creado es eso de que es un deportista, un sprinter, un...
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Curiosamente, esta entrevista llega el día después de que el canal que dirige no echase en directo la Clásica de San Sebastián, la prueba de un día más prestigiosa que se disputa en España -y la única-, y que gracias al calendario se puede considerar un postfacio del Tour. No se a quien pretende engañar: Teledeporte es Teletenis, y lo sabe cualquiera que tenga que sufrir ese canal. Menos mal que nos queda Internet, donde sí se puede escoger la programación.
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Buen titular de Urraburu, y también buena crónica -dentro de lo que cabe-, para leer entre líneas.

28 julio, 2011

Líbranos de los innovadores

Un monstruo en lo suyo
El rumor corría desde mayo, en plena disputa del Giro de Italia. Angelo Zomegnan, el director de la carrera, no iba a vivir la edición 2012. Lo que era un rumor se confirmó el martes, justo al acabar el Tour de Francia, y lo hizo de una manera que no deja lugar a la duda.

En la propia Gazzetta informaron del suceso de esa forma tan sutil y típicamente italiana: según la versión oficial "Zomegnan ha decidido dejar la caravana rosa", para al parecer dedicarse a dirigir el Mundial 2013 en Florencia. Vamos, que deja la sección de ciclismo de RCS Sport, pero no deja el ciclismo, cambiando un puesto de alta responsabilidad y presencia por un puesto testimonial, temporal y efímero.

Angelo Zomegnan ha sido despedido. Y lo ha sido por la inmensa cadena de errores, funambulismos, jaimitadas y sandeces que han caracterizado su gestión desde septiembre de 2004, cuando asumió el cargo. Le sustituye un tal Acquarone, de 39 años (un dato no baladí en Italia, donde la juventud es un lastre muy notable), que entró recién licenciado por la Bocconi -una universidad de élite en Milán- en RCS, en el área de marketing. En el tiempo que media entre el lejano 1999 y finales de 2008 consiguió escalar a director general de RCS Sport -era, por tanto, el jefe de Zomegnan desde entonces- y ahora asume en primera persona RCS ciclismo, manteniendo el equipo anterior.

Como sabrán, el grupo RCS está en una crisis muy severa, en gran parte causada por el pésimo desempeño económico -y moral y profesional-  de su división española, esa que tenía una tele y ahora tiene una teletienda, compuesto además por El Mundo, Marca, Expansión, Telva y esas revistas feas que edita Jeta Pedro, escritas por y para gente que no le gusta leer.

Hace falta recuperar activos, y qué menos que poner al frente de una división que sólo produce pérdidas a un especialista en márketing. Se supone que, al menos, no venderá los derechos televisivos a cambio de dos aceitunas, o que intentará dar lustre a la caterva de pruebas que también organizan (T-A, Strade Bianche, Gran Piamonte, Lombardía), o de las que todavía tienen los derechos. Veremos.

"Hemos participado en todas las decisiones de Angelo: no renegamos de lo que ha hecho, y estoy muy contento de haber trabajado con él. Angelo ha convertido el Giro en algo diferente e innovador, y ha logrado su apuesta. Se va un fuera de serie, pero su equipo se queda, y puede seguir ganando". Esto es lo que ha dicho Acquarone, donde no estoy seguro que "diferente" e "innovador" sean piropos. Ahí está el tono general del mensaje. Y el que quiera seguir creyendo que Zomegnan se va de buena voluntad también puede comprar sellos.

Según el periodista que redacta la necrológica, hay una palabra que define la hégira de Zomegnan: "internacionalización". El finado prefiere colgarse otras medallas: "creo haber contribuido a relanzar esta carrera a nivel mundial, y haberle restituido una imagen internacional y una estructura económica sólida, con algunas intuiciones especialmente felices: las strade bianche de Montalcino, la ruta de Ovaro en el Zoncolan, la presentación de los equipos en el portahelicópteros Garibaldi, la reconquista del Coliseo por el centenario, el final en la arena de Verona, el descubrimiento de Plan de Corones".

La realidad, empero, ha sido muy distinta. Si bien es cierto que en las ediciones inmediatamente anteriores a Zomegnan el Giro se había convertido en una carrera de pueblo que sólo disputaban corredores locales o exóticos, con cotas realmente lamentables para el ciclismo (las ¡nueve etapas! de Petacchi y las cuatro de Cunego en el Giro 2004, con etapas de montaña de 100 kms.), sus siete años al frente de la carrera tienen mucho más oscuros que claros.

En 2005 se encontró con una carrera ya definida, a la que quiso dar su toque personal: un doble sector el último día. Por la mañana, cronoescalada de 11 kms. a la Madonna del Ghisallo -por eso del Museo del ciclismo- y por la tarde paseo final por Milán. Desde la UCI le informaron de que hacía tiempo que estaba prohibido hacer dobles sectores en una gran vuelta (creo que el último fue precisamente la primera etapa del Giro 1993, con Argentin-Show en la isla de Elba) y el idiota profundo de Zomegnan se empeñó en que se hacía por cojones. Esta ha sido la tónica que ha marcado su gestión, y que le ha llevado a la tumba.

Afortunadamente no se hizo, aunque sí que se salió con la suya de la subida al puerto de Finestre por una carretera sin asfaltar, otra de sus tónicas: para recuperar la épica del ciclismo, había que involucionar. Que Rujano fuese la estrella de esa edición, y que se permitiese al equipo de Gianni Savio ganar tres etapas con la connivencia de la organización, también fue una muestra de su buen hacer. Lo importante es el espectáculo.  En 2006 se empeño en una subida a Plan de Corones, que tuvo que ser anulada por el mal tiempo. Esa edición vivió rendimientos metahumanos que la Operación Puerto, conocida en plena disputa de la carrera, explicó en gran medida. La organización no hizo nada, y ahí sigue en los anales el triunfo de Basso y el segundo puesto de Quique Gutiérrez. O las dos etapas de Piepoli.

En 2007 el Saunier ganó cuatro etapas con cuatro corredores diferentes, pero como era un equipo italiano-asimilado fue bien visto. También que Di Luca mease con valores de bebé, igual que Mazzoleni, tercero en aquella edición. Lo importante era el espectáculo, y a Zomegnan le estaba saliendo. Vuelta a Lavaredo, que visto que en su cima ganó Riccò, bien se podía haber quedado otra década, o dos, sin subirse.

En 2008 Zomegnan consiguió su sueño: internacionalizar la carrera de pueblo que era el Giro. Alberto Contador, vigente campeón del Tour y con ese único bagaje en sus piernas, fue a la carrera de rebote, porque no fue invitado al Tour. Por supuesto, el organizador se apuntó el tanto. En teoría, no supo de la participación hasta dos semanas antes, porque un acuerdo entre los organizadores de grandes vueltas obligaba a excluir al Astana de los hemotransfusionados Vinokourov y Kasheskin. Zomegnan, ese genio, se saltó el acuerdo e invitó al equipo kazajo. Contador acabó ganando la carrera viniendo de la playa, sin ganar ninguna etapa. Era el primer ganador foráneo desde 1996. Doce años.

Sin embargo, al margen de los propios méritos de Contador y su especial naturaleza y equipo (¡un saludo a Colom y Gusev, gregarios en aquella edición!), la edición pasó a la historia por otros rendimientos metahumanos que tuvieron respuesta un mes después en el Tour, con el primer positivo por CERA de la historia. En el Giro un personaje repugnante como Sella ganó tres etapas de alta montaña y Riccò otras dos y fue segundo en la general, entre otras lindezas. Zomegnan anunció meses después que reanalizaría las muestras conservadas en busca de la entonces supuestamente desconocida CERA, resultados que a día de hoy seguimos esperando algunos aficionados, lo que no nos creemos el cuento de la supuesta limpieza, y los que pensamos que un organizador lo que quiere es circo, al coste que sea. Por cierto, esa edición también vivió la estampida en masa del Gerolsteiner, anticipo de lo que se viviría en el Tour.

Todos estos son méritos de Zomegnan, y merecen ser recordados. En 2009 ideó una edición sin cumbres míticas, pero con dos finales en alto en los primeros cinco días, una etapa de altísima montaña en una zona desconocida, la crono más dura y más larga de las dos últimas décadas en todo el ciclismo, final en el Vesubio o una bellísima crono final en Roma. Fue un espectáculo de recorrido, pero la prensa local le criticó duramente, quizás porque ganó un ruso poco carismático.

La atracción del año había sido Armstrong, que en su vuelta había decidido participar en el Giro. La organización le puso una alfombra roja (igual que siempre ha puesto a todos los animadores) y él pagó organizando un golpe nada menos que en la etapa de Milán. Corredor y organización acabaron tarifando de mala manera, e incluso al final del Giro la Gazzetta ni citaba al americano. ¿El final del Giro? Ese no se supo hasta meses después, cuando el podio cambió significativamente en los escalones inferiores por los dopajes de Di Luca y Pellizotti.

En 2010 Zomegnan ideó una salida de Holanda, para recaudar, igual que la Vuelta. Convirtió el Giro en una carrera de dos semanas, y también en una prueba cicloturista al meter a los corredores por el embarrrado de caminos sin asfaltar. El Giro fue para un dopado que jamás lo ha reconocido, y que fue saludado por la organización como un mesías, aunque viniese del pasado y no anunciase ninguna buena nueva. En 2011 ha vuelto Contador -ya lo había anunciado el año antes, despreciando a los corredores que entonces disputaban la prueba-, pero no porque le atrayese la carrera, sino por imperativo de su calendario judicial. El organizador se apuntó el tanto, aunque no sé si el haber convertido la carrera en la peor edición de muchos años -un domino absoluto del solomillado- con un recorrido que hacía bajar a Sicilia por una ¡única etapa! también cuenta como mérito atribuible.

Zomegnan se va, pero su lacra queda. El próximo año el Giro vuelve a salir fuera, concretamente desde Dinamarca, donde estará tres etapas. Sabemos que esto no es por la "internacionalización", sino por el dinero. Esa ansia de volver a tener la salida fuera de Italia,  sólo dos años después y para perder tres días de carrera, casa muy mal con eso de que el ciclismo está saneado, pero casa muy bien con la deprimente situación económica de muchas divisiones del grupo RCS. Su lacra queda, porque por instaurar una carrera de circo como Strade Bianche, se han cargado la Milán-Turín, una de las carreras más antiguas del calendario y una auténtica maravilla de recorrido.

Sin embargo, todo son parabienes para Zomegnan. ¿Saben qué es lo más gracioso? Que su empeño en Contador, que recientemente ha despreciado la carrera ("Al Giro, nunca más") es lo que le ha costado finalmente la cabeza. En esta última edición el gran Angelo de todos los fracasos había programado el Crostis, uno de esos puertos que harían vomitar una cabra, impracticable para el ciclismo y de dudoso valor añadido al margen de la propaganda vociferante que se practica desde la Gazzetta.

Desde el principio de la carrera Contador abanderó un movimiento antiCrostis; con el trágico deceso de Weylandt (este año han participado 207 corredores, una exageración vendida como un éxito por el organizador) las criticas arreciaron. Zomegnan instaló protecciones en el descenso del Crostis y se empeño en que se iba a cruzar sí o sí, en una postura muy parecida a como debutó al frente del Giro.

Llegó el día previo al Crostis y los comisarios de la UCI anularon el recorrido. Zomegnan se quedó con la boca cerrada y ese día, ese preciso día, comenzaron los rumores sobre su salida de la organización. No sabemos si en Milán, al entregar el trofeo de ganador a Contador, el gran Angelo le hizo algún comentario al madrileño por su valiosa contribución, pero no es probable: recuerden que, según la versión oficial, Zomegnan se va porque quiere, y a un cargo muy importante y destacado.

Olvídense de que con Acquarone algo vaya a cambiar. Como mucho, más azafatas, gorras rosas y más propaganda, que para eso es el mundo del que viene. Igual que Zomegnan venía del periodismo: de ahí esa insistencia en los "homenajes", "recuperar la historia" y hacer traslados imposibles. También en su mesianismo. Paradójicamente, el último traslado lo ha sufrido en sus carnes, pero seguro que se ha quedado con esa sonrisa boba que le caracteriza, y con la que sale en todas las fotos.
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Guillén, fascinado por su producto. Hasta que te dure.
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En la Gazzetta ponen que Contador lleva gastados unos 600.000 euros en demostrar lo del filete de Irún. Me parece poco dinero, pero en todo caso hubiese merecido mejor destino.
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Un titular magnífico, a la altura del evento. Me encanta cuando van cargados de ironía negra sin pretenderlo.
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Durísimo artículo en Der Spiegel contra Contador. Realmente, de lo más virulento contra el madrileño que he leído jamás. La encuesta adjunta Kennen Sie die "Große Schleife"?, sobre dopaje, es también increíble.
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Es la más grande. Tanto, tanto que a sus dotes naturales como atleta -tanto que desde muy tierna juventud estaba bajo la supervisión de un médico especialista en ginecología- añade su capacidad para el alquimismo: el oro es oro, y el platino es platino. ¡Viva la Monarquía Parlamentaria Española! ¡Honramos a nuestros soldados!

27 julio, 2011

"Al Giro, nunca más"

El modelo de lámpara se llama "Jesús" y da aura. De santidad
Al día siguiente de inventar un nuevo género periodístico -o psiquíatrico-, el gran Josu Garai prosiguió informando a sus lectores con su estilo y habilidad característicos, esta vez con un artículo estadístico precidido de un gran titular:

Contador pierde el aurea bien se podría haber empleado cuando salió lo de A.C ("nada o igual que Igor") en los papeles de la Operación Puerto; también cuando, enajenado, se golpeaba el pecho al grito de "¡Astana al Tour! ¡Astana al Tour!"; cuando llegó a meta y dijo que no había visto lo de la cadena de Andy Schleck; o cuando se supo lo del plástico y el solomillo.

Un titular tan bueno se tenía que haber empleado para cuando realmente se perdió el aura de santidad que parece rodear a este ciclista -aunque noto últimamente que lo de cavernoma ya no sale, está suficientemente amortizado-, especialista en estar en el "momento equivocado, en el lugar equivocado" y tantas otras cosas que dan aurea, halo o simplemente cobertura o encubrimiento para otras cosas.

Pues no: el aurea es la pérdida de la increíble marca de imbatibilidad que Contador se ha dejado durante este Tour 2011. "Han sido cuatro años de victorias, una tras otra, quizá un espacio corto de tiempo para él, pero interminable para sus rivales", en acertada definición de Garai, que se olvida de lo largo que ha tenido que ser para los aficionados, que seguramente consideran normal la marca del corredor de Pinto. Con lo que mola ver ganar siempre al mismo, incluso cuando no debería estar compitiendo.

"El madrileño estaba marcando una era al igual que en su día lo hicieron Anquetil, Merckx, Hinault, Induráin y Armstrong, pero el destino ha querido que el Tour 2011 haya sido una especie de punto y aparte o un alto en el camino (....) el año que viene volverá con ganas de tomarse la revancha". Como podrán leer, no han sido los cuatro rivales que han quedado por delante de Contador los que han cortado la racha, pedaleando en buena lid y aprovechando sus cualidades, qué va: Diplomático Vaticano ha sido vencido por el "destino" y ni siquiera ha sido derrotado, como mucho un "punto y aparte" o un "alto en el camino".

Todo sea con tal de no citar esas palabras prohibidas. Fíjense si no en cómo empieza el siguiente párrafo: "Por las circunstancias que todos conocemos, el español no ha ganado el Tour, pero nadie duda de que sigue siendo el mejor corredor de vueltas por etapas del momento. Pese a perder, de esta edición sacará algunas conclusiones que le harán todavía más fuerte en el futuro". Esas circunstancias que no cita serán todas las que autorespondió el día anterior, sin duda, pero está bien no precisar ni abundar en ellas: menos mal que no ha salido lo del "frío" y la "lluvia", recurrentes para explicar el conocido como sexto Tour de Induráin.

"Alberto llevaba seis grandes vueltas por etapas ganadas del tirón, sin conocer la derrota. Armstrong consiguió siete, pero estando en la cumbre jamás aceptó disputar otra grande que no fuera el Tour. Por eso, si cabe, tiene menos mérito su récord de siete triunfos seguidos en la ronda gala. El americano nunca ganó dos grandes en una misma temporada, algo que sin embargo si han conseguido los demás".

El párrafo tiene su intrahistoria. Cuando el indurainismo, eso de que los cinco Tours fuesen seguidos -nadie lo había logrado- siempre se presentó como un triunfo más, a la par de ser campeón del mundo o queseyo, cuando es un record anecdótico. Entonces y ahora el record de Induráin fue ganar Giro y Tour dos años seguidos, algo que tampoco nadie había hecho con anterioridad y que muy probablemente no se vuelva a lograr.

Como el récord de Induráin fue vencido por la superespecialización de Armstrong -igual que también cayó lo de Bahamontes y la montaña, y demás asuntos de records acumulativos- Garai cree conveniente ir matizando. Como ven, lo de los siete triunfos seguidos de Armstrong "tiene menos mérito" (sí que cabe Josu, ¡cómo no va a caber! ¡lo que hacen falta son tragaderas, pero todo termina cabiendo!) y encima no ganó dos grandes una misma temporada, pero porque tampoco lo intentó: Contador sí y salió bien en 2008, pero en el doblete que cuenta ha fracasado sin paliativos.

Sin embargo, líbrese Garai de escribir algo como esto último. El auténtico récord de Contador, además de los extradeportivos, está en que su sucesión de seis triunfos seguidos se ha producido ¡a partir de la segunda grande disputada!, lo que es sencillamente tremendo. A ello ha contribuido que, desde su debut en el Tour 2005, no volvió hasta el Tour 2007, ganando por la expulsión de Rasmussen. En 2006 estuvo en barbecho de grandes: en el Tour fue expulsado antes del prólogo de Estrasburgo por estar "en el lugar equivocado en el momento equivocado" y se perdió la Vuelta porque le sobrevinieron unos mareos durante la Vuelta a Burgos. De no ser por esto, probablemente esta increíble marca de seis grandes de siete disputadas subiría a ocho.

Como ven, la derrota del Tour surte efectos estadísticos sobre la historia de este deporte. Incluso a nivel nacional: al haber caído de su sempiterna posición de número uno en las grandes vueltas por etapas (y también en las de una semana) de manera poco elegante -del 1º al 5º lugar median cuatro puestos- Contador se ha quedado lejos del récord de podios consecutivos de Induráin, nada menos que nueve entre la Vuelta 1991 y el Tour 1995.

Ya saben cual es el principal damnificado de que Contador haya perdido el Tour: el Giro. Según el iracundo corredor, que tiene muy buen perder, no irá al Giro "nunca más". Y lo dice con 29 años por cumplir, siendo el vigente campeón, acumulando dos victorias de dos participaciones y bastante apreciado en Italia, donde al menos no le silban en las presentaciones, porque para eso son un pueblo sumiso con sus líderes y caudillos.

La declaración es un soberano sopapo al idiota profundo de Angelo Zomegnan, pero como este personajucho del ciclismo tiene sus propios problemas (acaba de oficializarse lo que se ya se conoció durante el Giro, que ha sido expulsado por los organizadores del Giro), el mayor defensor de la presencia de Contador en carrera y de las virtudes de su producto -que no parecen ser muy aprecidas por el que, insisto, es el vigente campeón del Giro-, tampoco podrá apreciarlo.

Es todo un ejercicio de Diplomacia Vaticana: "Al Giro, nunca más". Y de monocultivo del Tour, porque a la Vuelta iría de rebote, y déjate que no termine haciendo declaraciones sobre la ronda española de la misma profundidad y sabiduría. Eso sí, Contador nunca será como Armstrong, qué va: nuestro campeón gana en Algarve y Murcia, por ejemplo, pero de ahí a que dispute todo el calendario media un trecho. Su temporada acaba siempre cuando llega a París, y así lo ha hecho en 2009 y 2010. Este año no será muy diferente. Seis meses en la playa, que es donde se entrena mejor.

¿El campeonato del mundo? Eso no existe. Contador sólo ha participado una vez, y fue por imposición al seleccionador. No estuvo en cabeza jamás y abandonó en la frontera de los 200 kms. Pero que no desesperen sus múltiples fans: el "veo a Contador de todos los colores" se podrá cumplir en el esperado Mundial de Ponferrada 2014, no en vano han diseñado una crono con final en alto, requiriendo un permiso especial a la UCI.

Mientras tanto, y si el TAS sigue retrasando su veredicto para tener arreglado el tema de los plásticos en la sangre, la figura histórica de Contador seguirá acumulando vueltas a Algarve, Murcia, Castilla-Léon y Tours de Francia. Del resto de carreras del calendario olvídense. Es lo que le piden sus fans y lo que él mismo quiere. "Al Giro, nunca más". Pues qué buena noticia para el ciclismo.
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Más entrevistas a S. Sánchez, toda una subsección fija-discontinua de este blog. Con Gómez Peña cita primero los puestos que las victorias ("He sido segundo en dos cimas míticas y he ganado en Luz Ardiden") y sus habituales frases extrañas ("Hombre, en progresión no estoy. Estoy a mi nivel. Lo complicado a mi edad es conseguir llegar a ese nivel. Para eso hay que trabajar mucho"); con Urraburu habla de sus rivales para la Clásica de San Sebastián ("Philippe Gilbert es el rey. Sigue estando como una moto. Ya puedes apuntar su nombre para la Clásica. Va a ganarla, seguro. Parece que en vez de en bicicleta va en moto. ¡Cómo anda! Aquí es Dios") y realiza extrañas elucubraciones ("El futuro para mí es hoy (...) ahora estoy hablando contigo, igual salgo del hotel y me la pego con el coche, o me da un paro cardíaco. Nunca sabes lo que puede pasa. El Tour es un buen ejemplo. Hay que vivir los momentos buenos lo máximo posible, por si acaso"), que quizás escondan un homenaje a Amy Winehouse.
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Al parecer, el Giro del próximo año (que sale de Dinamarca, donde se disputarán tres etapas) tendrá una cronoescalada de 20 kms. al Stelvio el antepenúltimo día.
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En cuanto al Tour, que saldrá de Lieja, hará Alpes-Pirineos por este orden, donde se prepara una superetapa.
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El circuito de Getxo, otro damnificado por la funesta manía, moda y perversión de acabar todas las carreras en alto. Aunque claro, viendo el ganador del año pasado, normal que intenten buscar soluciones. Recuerden que este año tampoco hay subida a Urkiola, y su lugar en el calendario lo ocupa la prueba ciclista de la margen derecha del Nervión.
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Aste Nagusia de Bilbao por todo lo alto con actuación de Ciclos Iturgaiz.

26 julio, 2011

Nada humano le derrota ¿te enteras?

Muy contento con lo publicado
Contador ha dejado de ser El Imbatido en las grandes vueltas por etapas. La noticia, que transciende al propio personaje y a la propia carrera y se inserta en la Historia del ciclismo, tiene sus matices para la prensa nacional, para la que Contador sigue siendo El Imbatido, puesto que nada humano le derrota.

Cada uno tiene su virgencita a la que encomendarse: que si el desgaste del Giro, que si el equipo, que si el mal tiempo, que si la rodilla, teoría marianista esta última que cuenta con un importante espaldarazo (o rodillazo) gracias a esta foto que publica el imprescindible Marca, donde por cierto no se ve el jeto al supuesto protagonista.

El autor de tan importante exclusiva es Josu Garai, uno al que por sus obras conoceréis. Ferviente contadorista, este tribuno de la prensa deportiva inventó el pasado sábado un género de díficil calificación donde también intentaba encontrar el elemento de expiación para la derrota de Contador, para seguir con lo de nada humano le derrota. Tampoco tiene que extrañar tanto: en plena vorágine de la Operación Puerto publicó una columna sin firmar donde se reía de los blogs, y algunos años después también se atrevió a publicar un documento de esta importante redada judicial, aunque sin pretenderlo. Es el clásico ejemplo de periodista pirómano y bombero al mismo tiempo, como tantos otros que orbitan en torno al campeón de Pinto.

Este nuevo género inventado por Garai, y que se puede fechar el 23 de julio de 2011 bajo el titular de Alberto Contador, una carrera de obstáculos, se podría calificar de freudiano, estafa al lector o autoentrevista. Es todo eso y lo es todo, porque es uno y trino. Con el membrete Las siete preguntas capitales, ¡el mismo periodista se hace las preguntas y las contesta! Nada de llamar a un especialista, a un compañero de equipo o, directamente, publicar sus opiniones personales, qué va: se autopregunta y se autoresponde. El resultado es grotesco y muy ejemplificativo de lo que se vive en España en el año 2011.

La primera pregunta tiene su aquel: ¿Se puede hacer Giro y Tour en una misma temporada y acabarlos bien? Ojo, no pregunta "ganar", sino "acabar bien". Aunque la extraña autoentrevista se publicó antes de la crono final, se puede decir que Contador (1º y 5º este año) ya ha respondido con sus piernas y lactato afirmativamente, pero Garai prefiere adornarse con una respuesta de traca.

"Teóricamente sí, porque otros ya lo han hecho, pero los resultados de los últimos años parecen demostrar lo contrario". Si otros ya lo han hecho, la respuesta debería ser "sí", pero no pasa del plano teórico para Garai. Tras poner la lista de los siete corredores que han hecho el famoso doblete, afirma que "en el ciclismo moderno (...) las cosas están cada vez más igualadas (¿¿??) y los controles antidopaje tan duros y exhaustivos no dejan ningún margen de maniobra para la recuperación biológica". ¿Cómo? ¿Qué tiene que ver la recuperación biológica -entiendase como sinónimo de natural, y no como un nuevo eufemismo de Eufemiano y seguidores- con el antidopaje?. En fin: lo que les decía del bombero y pirómano. Los supuestos amigos de Contador, en vez de ayudarle, lo que hacen es clavar puntas en el ataud.

Después pasa a extraer los datos que le interesa para corroborar sus majaderías: que Basso el año pasado fue 1º y 32º, y Evans 5º y 26º; después dice que Menchov ganó "el Giro del Centenario en 2008" (sic, fue en 2009) y en el Tour fue 50º, y que Pellizotti fue 2º y 36º ese año, sin citar que iba dopado y está sancionado por ello. En el mismo año Sastre fue 3º -2º tras correr el escalafón por el dopaje- y 16º en el Tour, la peor defensa en décadas de un vigente campeón en el Tour. Termina con Armstrong, que también en 2009 fue 10º y 3º.

"Estos ejemplos demostrarían que en la actualidad es casi imposible hacer bien el Giro y el Tour una misma temporada". Ejem. Garai coge lo que le interesa: por ejemplo, en 2008 Menchov fue 5º en el Giro y 3º en el Tour, y el año siguiente sufrió el flagelo de las caídas -de las que se reían el Dúo Cómico-, igual que Evans el año pasado. En cuanto a Armstrong, venía de tres años sin competir, Pellizotti hizo un Tour magnífico sin luchar por la general y Basso no corría en Francia desde hacía cuatro años. La realidad es que los grandes corredores, los dominadores de su generación en grandes vueltas por etapas, siempre han podido hacer muy bien Giro-Tour, pero como a Contador no le ha salido del todo bien -sólo le vale la victoria, lo dijo él mismo-, hay que buscar excusas hasta debajo de las piedras.

La segunda pregunta es ¿Ha acusado Contador los esfuerzos que realizó en el Giro?, a lo que responde con saber médico con un irrebatible "sin duda. El mismo lo ha dicho repetidas veces en los últimos días".  Al parecer, el problema no ha sido sólo el Giro, sino que "esta durísima edición de la ronda italiana, salvaje como ninguna y que ha exprimido al máximo a todos los participantes". En fin: ya quedó dicho en su momento que el Giro 2011 no tenía nada que comparar con Giros no muy lejanos, realmente mucho más duros, y si Contador lo ha hecho duro ha sido a base de atacar cuando no lo necesitaba, como en Gardeccia o como cuando le regaló la etapa a Tiralongo. Pero ahora viene muy bien poner lo de "salvaje como ninguna".

Para rematar ese "sin duda", Garai añade: "entre el final del Giro y el inicio del Tour había 32 días. Sin embargo, sólo la mitad fueron de descanso para el madrileño, ya que a mediados de junio ya estaba inspeccionando las etapas del Tour en los Alpes. Su celo y su extraordinaria profesionalidad también han podido ser un problema". Dejando al margen esta última y críptica frase, de múltiples interpretaciones y ninguna positiva, no dejen de observar que Garai pretendía que Contador fuese al Tour, queseyo, como si hubiese estado en la playa. ¡El pobre estuvo entrenando en vez de descansar!.

La tercera preguna es arcana y hechicera: ¿Ha rendido el Saxo Bank a la altura del campeón madrileño? "No (...) Ni en el Giro ni el Tour. En Italia, Tossato le hizo una buena labor, pero más por ser italiano y conocer el terreno que por fuerza y forma, porque a la hora de la verdad casi siempre estuvo solo, teniendo que gastar más de la cuenta. Jesús Hernández fue su mejor hombre". Atención a Tossato haciendo prácticamente de camarero, y que la culpa de que Contador atacase en cualquier repecho para humillar a sus rivales -incluso regalando etapas a un equipo rival- ¡es culpa de los compañeros, que no hicieron lo suficiente para que no tuviese que "gastar más de la cuenta"!

En el Tour, lo mismo. "Noval ha cumplido en su terreno y no se separó de él en la primera semana, pero a los demás apenas se les ha visto. Lo mejor que hicieron fue la CRE. En la montaña, y aunque ha sido el mejor del grupo, Dani Navarro no es el del año pasado. Porte y compañía están literalmente desaparecidos. Los españoles aprueban: los extranjeros, no". Atención a la última frase, donde el concepto "extranjero" en un equipo danés es sinceramente intrigante, pero que queda justificado en su conjunto, porque ellos son malos (y extranjeros) y los españoles no, salvando incluso a ¡Noval!. Por cierto, que su amigo y paisano Urraburu dice cosas muy feas sobre Porte aquí mismo.

La cuarta cuestión que se plantea (y responde a sí mismo) Garai es la que ha terminado triunfando: ¿Le ha pasado factura a Alberto las caídas de la primera semana? "Por supuesto", afirma con sabiduría médica y antes de haber visto la foto de las rodillas tumefactas. "La recuperación es vital en el Tour" -por eso atacó en repechitos los dos días anteriores- "y si ya en condiciones normales es difícil recuperar de un día para otro" -¿pero no lavaba el lactato muy bien? ¿qué fue del solomillo de descanso?- "con el cuerpo roto se antoja casi imposible: no se descansa, no se duerme, no se come..." Afortunadamente Garai interrumpe la secuencia antes de llegar a asuntos más escatólogicos, pero ya "se" entiende y "se" sabe. Además de la rodilla, "también tiene la cadera marcada y, como ha explicado muchas veces el campeón madrileño, el cuerpo intenta compensar, y al forzar en un acto reflejo" -esto es: no controlable por la conciencia, nada humano le derrota- "la otra pierna acaba descompensando el pedaleo y la posición, provocando contracturas de todo tipo".

Nótese que el "todo tipo" sirve de cajón de sastre para cualquier cosa, cualquier cosa a añadir a la secuencia de los "no se + verbo", las contracturas, las caídas, el bono alemán y las lunas de Saturno, aunque lo más divertido es cuando Garai, bombero y pirómano, introduce la muletilla "como ha explicado muchas veces el campeón madrileño", y cuando no es eso es la alergia de Córcega, la de Italia y la de Sancti Petri porque, efectivamente, son "muchas veces" con lo mismo.

¿Cree que ha sido acertado el calendario de carreras que ha escogido? es la quinta cuestión para Garai (entrevistador y entrevistado) y, en mi opinión, la que mejor solventa. "No, pero no ha tenido elección por el problema con el clembuterol". Atentos a lo del "problema con el clembuterol", que no positivazo de tomo y lomo y solomillo. "Sabiendo que igual no podía disputar el Tour, decidió correr el Giro" -ya lo había decidido bastante antes, y ya se hablo de ello en su fichaje por el Saxo, mucho antes del solomillazo- "aunque la preparación tampoco fue la ideal porque en marzo ya estaba en forma, como demostró en la Vuelta a Murcia y en la Volta". Espera, espera: ¿en marzo estaba en forma y la culpa de quien es? Eso no se dice, claro. No se habla de su concurso en el campeonato nacional (ruta y CRI), por supuesto."Apenas ha tenido descanso. Demasiado aguanta, cualquier otro hace tiempo que habría reventado". Atentos también a que en ningún momento cita a Riis. En ningún momento de toda la grotesca autoentrevista.

La sexta cuestión (¿Cree que el está afectando todo el asunto del recurso ante el TAS?) es un bonito retrúecano, con trato de usted incluido (¿cómo se denominaría esta figura literaria cuando está dedicado a uno mismo?) para evitar la palabra positivo, que tantas connotaciones negativas tiene, a pesar de su nombre. "Sin duda. Alberto tiene la cabeza dura como el acero" -sin comentarios- "pero la procesión va necesariamente por dentro, y al final en el único sitio donde se puede aislar de los problemas es, precisamente, en las carreras. Por eso está feliz en las competiciones". Todo una incursión en la psicología, tampoco tan sorprendente porque antes se ha autorespondido con sabiduría médica-deportiva. "Entre unas cosas y otras lleva todo el año, incluido el invierno, a contrapié, de manera antinatural, sólo él contra todos y contra todo". Esta frase es muy significativa por el lenguaje empleado y porque Contador está intentando ir en contra de la ciencia y el sector ganadero español, encargando informes y análisis ad-hoc para justificar lo suyo con el antidopaje. Leánla bajo esta óptica. "Y eso, por muy bueno que se seas, se acaba pagando". Cierto, los supuestos expertos no trabajan gratis (eso lo hacen cuando quieren publicar un artículo para la comunidad científica, no para un cliente). Por cierto, mientras escribo esto el TAS ha vuelto a aplazar la vista prevista entre el 1 y el 3 de agosto hasta noviembre. Más drama, más excusas.

La séptima y última pregunta es quizás la más capciosa, por lo que se infiere de su mera formulación: ¿Ha bajado el nivel Contador o ha subido el del resto de rivales?. Recuerden: nada humano le derrota. Ni se plantea la posibilidad de que los rivales le hayan ganado en tu a tú de poder a poder. Tiene que haber algo ahí. "El de Contador sigue siendo altísimo (...)En julio, sus rivales parecen más fuertes que otrora porque Alberto no está al máximo. ¿Dónde han estado el resto del año? Ahora, sin estar a tope, se codea con ellos y a veces incluso les supera." Fíjense que Evans, que lleva una tempora soberbia (1º en T-A, 1º en Romandía, 2º en Dauphiné) no cuenta, ni tampoco los Schleck, brillantísimos como siempre en las Ardenas (2º y 3º en Lieja) y Frank ganando el Criterium Internacional, por ejemplo.

En fin, ya ven que el curioso género periodístico inventado por Garai tiene la misma finalidad de siempre. A Contador no le han batido en igualdad de condiciones en una jornada histórica como merecía la primera vez que el Tour finalizaba en el Galibier, sino que le han derrotado los elementos, como a la Armada Invencible: los elementos de las caídas, los elementos del imposible Giro-Tour, el Giro "salvaje como ninguno", los elementos de su equipo (pero los extranjeros, ojo), las caídas, contracturas y apoplejías varias y "de todo tipo", el calendario escogido (sin citar al director), el demoníaco TAS y que su nivel ha bajado, no es que el de los demás haya subido. Esas con las siete respuestas a las "siete preguntas capitales" que Garai se planteaba. Queda en el aire la pregunta de si esto es una broma o no, pero ya sabemos la respuesta, exactamente igual que Garai, que da un nuevo significado a eso del cuestionario previo. Ya sabía las excusas -perdón, las respuestas-, voy a plantear las preguntas.
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Un auténtico campeón
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Ese secreto, y otros muchos más ¿no?
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Entrevista a S. Sánchez, que nunca defrauda en este género periodístico que parece ideado para su ego: compara el maillot de la montaña con los JJ.OO (será porque ambos trofeos no son victorias profesionales), hace unas cuentas de la vieja increíbles ("en el Galibier cedí 3´55" y al final quedé a 4´55" del ganador Cadel Evans. Esas son las cuentas que hay que echar"), se autocalifica ("No se me puede reprochar nada, como tampoco a Contador, porque siempre que hemos atacado hicimos daño, dimos espectáculo y pusimos el Tour patas arriba. Fuimos los animadores de la carrera") y, si tiene algo que reprocharse (a pregunta del periodista, claro está), dice este increíble "la verdad es que ataqué para llegar al maillot amarillo y no pude".
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En el mismo periódico, sus paisanos hacen balance del Tour. Según Noval, ese hombre, "duelen las críticas que dicen que (Contador) no tenía equipo cuando vienen de gente que no ve el trabajo oscuro que se realiza o son malintencionadas con el fin de desestabilizar al grupo" ¿Duelen? ¿Más que la rodilla?; Navarro, su compañero, responde a la pregunta sobre el equipo con un "era el que era", y tu eras joven Liberty y lo sigues siendo; y otro con el mismo pasado, y autor de una brillantísima temporada y un ejemplar desempeño en el Tour (ataque en el Tourmalet con barra energética en la boca incluído), el diez Barredo dice que "nunca tuve mejores sensaciones que en este Tour y no lo pude aprovechar", algo que contrasta vivamente con lo visto en carrera.
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En China, ese gran y democrático país, el mismo que organizó los JJ.OO de 2008 siguiendo la tradición de Berlín 1936 y Moscú 1980, saben tratar bien a la gente que pone en peligro la salud de los demás. Que tengan mucho cuidado los carniceros de Irún: algún día pagaréis por lo que habéis hecho.

25 julio, 2011

Un Tour de punto y seguido

De perdedor nato a campeón. La extraordinaria transformación vivida por Cadel Evans en las últimas dos temporadas, a una edad crepuscular, ha culminado con su victoria en el Tour de Francia 2011, donde ha aprovechado las circunstancias propicias y no ha cometido ningún error.

Tras perder la posibilidad de ganar en las ediciones de 2007 y 2008 en la última crono, esta misma vicisitud le ha permitido escalar dos puestos en la general, favorecido por el pésimo desempeño en la disciplina de los hermanos Schleck. Ha sido líder el último día, el que cuenta, tras haber pasado la primera semana a sólo 1" del liderato.

Ese estilo de correr no gusta a muchos (un periodista español le bautizó como la garrapata hace muchos años), pero se ha demostrado muy efectivo: cuando Evans estuvo a punto de ganar el Tour, sólo podía exhibir en su palmarés un Tour de Romandía en 2006; ahora tiene un Mundial, una F-V, dos Romandía, una T-A, innumerables puestos entre los cinco primeros en las mejores carreras del mundo y bueno, un Tour.

Ya fue bastante indicio que en la primera semana consiguiese su primera etapa en la carrera, porque la  anterior había sido una crono y por descalificación por dopaje del vencedor. Era este año, y no podia ser otro: es el tercer ganador más viejo de la carrera, el más viejo desde la posguerra, con 34 años y cinco meses. Evans no va a marcar ninguna época, simplemente ha cambiado su destino de segundón.

Lo que si ha roto es una época: la de los cinco años seguidos de victorias españolas, con tres corredores diferentes. Quizás ahora no se vea así, pero cuando el próximo año la serie se reanude, y cuando nuevas generaciones miren el palmarés de la gran carrera francesa, verán bien clara la serie y quien la ha interrumpido. Es otra forma de entrar en la historia.

Segundo ha sido A. Schleck, por tercer año consecutivo, que corre el riesgo de ser otro segundón; a su favor tiene sus espléndidos 26 años y que todavía tiene muchos años para intentarlo, nada menos que los que median entre su actual edad y la provecta del vencedor este año. Autor del mejor ataque en montaña varios lustros, no fue suficiente para paliar sus limitaciones contra el reloj, y eso que este año la crono ha sido testimonial en el Tour.

El año pasado perdió la carrera en el prólogo (42" en Amsterdam respecto al vencedor final, 39" en París) y este año en la crono final. La conclusión esta clara: o mejora un poco, o ataca más en montaña, algo más que el espléndido e histórico fogonazo en el Izoard. Tercero ha sido su hermano Franck Schleck, que tiene sus mismas carencias pero que por fin consigue auparse, con 31 años, al podio de una grande, configurando entre ambos una curiosa foto final en los Campos Elíseos. Pasará mucho tiempo y nos seguiremos acordando de los hermanos Schleck, los escaladores puros, los que son escaladores porque no pueden ser otra cosa, como con la condición de hermanos.

Cuarto Voeckler. El francés, que jamás había acabado una grande entre los quince primeros, suma diez días en el liderato y un podio que ha perdido por haber subido el Galibier a plato en solitario, perdiendo unas fuerzas que en Alpe D´Huez le hubiesen asegurado el tercer puesto del podio. Es el mejor resultado de un nacional en la carrera desde el cuarto puesto de Moreau en el año 2000, cuando rivalizó fraticidamente con su compañero Beloki del Festina. Ha sido uno de los héroes del Tour, y lo ha sido a base de estirar su ventaja en la escapada de la primera semana y un increíble rendimiento en la alta montaña.

Quinto Contador, que merecerá un análisis más detallado. El imbatido interrumpe su serie de seis grandes seguidas ganadas con un resultado que simplemente se puede calificar de decepcionante: no ha caído a otro escalón del podio, es que ha bajado cuatro puestos. Además, lleva sin ganar una etapa en la carrera desde 2009, y la última en línea que ganó en territorio francés fue en 2007. Excusas tiene muchas, y es muy dado a darlas. Todos los que han quedado por delante de él podrán decir que estuvo en carrera, lo que acrecienta su éxito.

Sexto S. Sánchez, que aspiraba al podio y ha calcado el puesto final de la última Itzulia, donde aspiraba a la victoria. Sólo ha ganado una vuelta por etapas en sus 33 años: la Vuelta a Burgos del año pasado, y por 1" sobre Mosquera. Este año ha ganado la etapa de Luz Ardiden, y ha hecho segundo en otras dos grandes etapas de montaña, lo que vienen siendo sus números, aunque nunca tan buenos en una carrera como el Tour. Se lleva el maillot de la montaña, que no es una victoria profesional, como tampoco lo es el oro olímpico. Todo muy lógico. Sin embargo, dice que ha sido el mejor Tour de su equipo, el mismo que en 2003 también ganó una etapa y acabó quinto y sexto con dos corredores. El es asi. El próximo año tendrá 34 años, y sigue mejorando.

Séptimo Cunego, que ha caído dos puestos en la crono final. El corredor venía a hacer clasificación y no ganar etapas, y se va con un puesto que no dice nada a alguien como el, pero al menos ha resistido con los mejores en muchas etapas de montaña, cosa que hacía muchos años que no se veía. Octavo Basso, que ha perdido tiempo en todas las etapas que cuentan, las de la última semana: desastre sin paliativos para alguien que ha sacrificado toda su temporada para este papelón en el Tour.

Noveno Danielson. El americano, antigua promesa del ciclismo, debutaba en la carrera pasada la treintena. Su equipo Garmin ha sido de los mejores, y es normal que haya situado a alguien entre los diez primeros. Además, nunca puede faltar un estadounidense; y décimo J.C Peraud, otro que viene de otras disciplinas del ciclismo, también por encima de la treintena, y que apenas ha tenido presencia en carrera.

En las clasificaciones menores, Cavendish gana por fin el maillot verde al cuarto intento. Cinco etapas incluyendo la de París, y un incómodo rival que nunca gana y que siempre se quejaba -con razón-, pero olvidando que lo importante es ganar, algo que no sabe. La clasificación de mejor joven va a Rolland (undécimo final), ganador en Alpe d´Huez y con un futuro espléndido por delante. En la salida de hace tres semanas no aparecía ni entre los favoritos, y finalmente se ha impuesto a gente como Urán, Jeannesson y Taaramae, el más persistente; la clasificación por equipos para el Garmin.

Ha sido un Tour sensiblemente mejor al de los dos años anteriores, con grandes victorias de etapa, hechos históricos (por encima de todos, la etapa con final en el Galibier), un justo vencedor, una primera semana muy atractiva, pero que viene a confirmar lo que desde hace mucho tiempo es tendencia: salvo momentos puntuales, el mejor ciclismo no está en el Tour, aunque estén los mejores corredores.
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El agotamiento de la fórmula Horrillo. Perdido el interés que tenía desde dentro del pelotón, ahora hace cosas como estas, de Enseñanza Primaria en su concepto y en su escritura.

22 julio, 2011

"Igual ataqué demasiado pronto"

Rolland, sucesor francés de Hinault (1986) en Alpe D´Huez
La etapa, de salida, era extraña: sólo 109 kms. con Telegraphe, Galibier y Alpe D´Huez. El ciclismo es un deporte de resistencia y hoy ha faltado, porque sólo han sido tres horas y poco de competición -vivida íntegramente gracias a que ha empezado casi a las tres de la tarde- y con magros resultados en la general, salvo que el líder por fín ha cedido. De historia, épica y jornada para recordar ya tuvimos ayer sobredosis; lo de hoy ha sido mucho menos de todo.

La fuga se formó en el valle por donde pasa la autopista que cruza los Alpes por el Frejús, porque en breve se empezaba a subir. En la misma iban Rui Costa, Riblon -los que más lejos llegaron-, un par de Euskaltel -como siempre- y otra amalgama de corredores no especialmente destacados, salvo Burghardt del equipo de Evans.

Empezaron a subir el Telegraphe con poco más de dos minutos. En el pelotón el Saxo intentó acelerar con lo poco que tiene, y fue secundado por el Leopard. Quedaban 92 kms. para meta y atacó Alberto Contador, el gran derrotado de la jornada histórica del Izoard-Galibier. Fue un ataque sin sentido, y ahí está el titular de hoy, sacado de las declaraciones que hizo en meta tres horas después.

Sin ningún corredor por delante, con todo el pelotón fresco y sin ningún desgaste, ¿a donde iba este corredor desquiciante? "Lo importante es dar espectáculo" era el leiv motiv que repetía machonamente cuando era un joven Liberty (creo que esa condición no se pierde nunca) y se caía mucho, atacaba sin sentido y perdía un sprint en Amorebieta contra Sastre porque le podían las ganas.

Hoy hubo muchísimo de eso, y no lo digo yo, lo dice el mismo, porque en cuanto su amiguito del alma y jefe de prensa Jacinto Vidarte se aleja, le sale ese pelo de la dehesa de arrogancia: "Igual ataque demasiado pronto" y un extraordinadinario "Todo lo que no sea ganar la general me da exactamente igual", dicho cuando ya había cruzado la línea de meta. Y perdido la etapa: atentos al orden.

¿Qué pasó entre medias? Que tras Contador se fueron Andy Schleck, Frank Schleck, Evans y Voeckler. El mayor de los de Luxemburgo se quedó al poco -y no era fuerte el ritmo-, y poco después el australiano y el francés. Evans achacó la culpa a una avería mecánica, Voeckler continuó en solitario subiendo el Galibier a plato.

Contador llevó el peso de la fuga con ayudas puntuales de Iglinski y algún otro de los fugados, y con Andy sólidamente a rueda. No hicieron mucho hueco, y apenas coronaron el Galibier con 34" sobre Evans, al que su equipo ayudó muchísimo -también contribuyó el Liquigas de Basso, desaparecido hoy-, porque hay que recordar que ¡sólo llevaban 35 kms. de etapa!. "Igual ataque demasiado pronto". Igual es eso, igual.

Sea como fuere, el Dúo Cómico de RTVE estaba en el Séptimo Cielo: el espectáculo y lo histórico fue ayer, pero como ayer no hubo españoles, invirtieron el peso de la historia en hoy. Contador por delante, S. Sánchez atacando a 2´5 kms. de coronar el Galibier -enlazó en la bajada con el grupo cabecero-, "jornada histórica", "yo nunca había visto algo así" y demás lindezas para oídos con cerumen, esos mismos que sólo oyen la lengua de Cervantes.

Como la realidad es terca, por detrás entró todo el mundo. En el larguísimo descenso del Galibier se agruparon todos, de tal manera que, en la base de Alpe D´Huez, había un nutrido grupo donde sólo faltaban los sprinters. Por delante habían hecho hueco Pierre Rolland, que ha hecho el auténtico carrerón del día (mucho más que Contador, a mí modesto entender) y Ryder Hesjedal, que empezaron con 50" de ventaja la ascensión.

¿Que hizo Contador? Atacar a pie de puerto. Después de que Fulgsang reventase la carrera en las durísimas primeras rampas, Evans cogió unos metros de ventaja y, cuando fue neutralizado, saltó el de Pinto, el de Irún y del Manolo Saiz, porque es uno y trino, y si no, no se entiende nada. "Igual ataque demasiado pronto". Igual, igual fue eso.

No tardó en irse solo, en alcanzar a Rolland -que fue a su rueda un buen rato- y bueno, quedaban 11 kms. de ascensión. Aunque al principio abrío un buen hueco que se fue al minuto, su rendimiento fue decreciendo. Por detrás no iban especialmente rápidos, y saltó S. Sánchez. El asturiano alcanzó a Pierre Rolland, que se asentó cómodamente a su rueda.

Por detrás no paso nada: un salto de Peter Velits, que después haría pareja con Thomas De Gent, y poco más hasta que faltaban dos kms. para meta. En ese mismo punto km. la pareja Sánchez-Rolland iba a dar caza a Contador, y el asturiano se puso muy nervioso con un corredor que hoy ha corrido de manera genial, sin dar ni un relevo.

Una vez alcanzado, atacó. Al principio tímidamente y después logró zafarse de la extraña pareja de los ataques en las bajadas de puertos de segunda, que a saber que estaban esperando ¿entrar los tres juntos en meta? Atacó en lo más duro que quedaba y, cuando suavizó la pendiente, hizo todo el tramo final a plato y con un desarrollo imposible, como todo el rendimiento del Europcar en este Tour.

S. Sánchez hizo segundo (como en 2008, la última vez que se había subido) y Contador tercero, completamente agotado. Bravo por la entrega, pero el único premio que se lleva es el de la combatividad. Se debió pensar que como Andy Schleck había atacado ayer a 60 kms. de meta, el lo haría a 92 kms. Qué poca cabeza. Se debió pensar que, igual que Sastre en 2008, voy a atacar en la base del puerto, pero aquel año sus compañeros los Schleck estuvieron secando el grupo. ¿Qué compañero tenía Contador por detrás para que le dejasen hacer camino? A nadie.

Sólo ha sacado 36" a los favoritos en meta. Si se quería vindicar, lo ha hecho de cara a la prensa entregada y nacionalista que padecemos en este país (hoy ha sido realmente lamentable la cobertura de De Andrés y Delgado, no querían ver que había otros corredores además de Clembutador), pero no ante sus rivales, a los que les basta con sacar la calculadora.

La general queda con Andy Schleck que sale líder de Alpe D´Huez con 53" sobre su hermano y 57" sobre Evans, mientras que Voeckler es cuarto a 2´10" -si no hubiese hecho el idiota en el Galibier no hubiese perdido ni un minuto subiendo Alpe D´Huez- y Cunego quinto a 3´31", estrechamente seguido por Contador a 3´55". Como ven, de cara la crono de mañana (que tiene distancia de maratón, 42´5 kms.) no puede haber mucho baile en la clasificación, y Evans tendrá que esforzarse mucho para alcanzar el liderato. La etapa de hoy ha visto la caída del líder y escasas diferencias entre los favoritos, ninguna entre los que se jugaran el podio. ¿Qué tiene de histórica?
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El humor sarcástico de Arribas, siempre sutil, nunca inocente: "sangre congelada". Ahora rían.
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El tal Mora vuelve a las andadas. Aunque la crisis ha hecho que los supuestos expertos ya no aparezcan tanto en los medios con motivo del Tour, este Mora ya ha hecho sus contribuciones. La de hoy es sencillamente increíble: "Entre los años 1990 y 1997 hubo una revolución" ¿Y cómo se llamaba esa revolución? ¿EPO? Sigue la habitual retahíla de vatios, potencia y verdades de Tocomocho, las clásicas en un médico deportivo. Cualquier día se ponen a vender sellos.
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Así celebró el equivalente al Dúo Dinámico en la tele noruega el segundo triunfo de etapa de Boasson Hagen.
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Jelle Vanendert y Gilbert han sido compañeros de habitación durante todo el Tour, continuando una larga tradición del ciclismo.
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Gómez Peña, desquiciado en sus retruécanos y en ver señales por todas partes, escribe esta antológica crónica. Al parecer, a dos kms. de la cima del Galibier y donde se quedó Contador, había una pintada que ponía "Andy". Y a partir de ahí construye toda la crónica. Demencial y de camisa de fuerza, pero él es así. Fiel a su estilo. Que la crónica de la etapa no te lo estropee: tu siempre fiel al estilo, y al infierno con la etapa.
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Estupenda galería de fotos del archivo de L´Equipe sobre los vencedores en Alpe d´Huez. Me encantan las 15 primeras. ¿Alguna vez les he contado que el Marca tenía un archivo equivalente de la Vuelta y el resto de pruebas españolas, y ya no existe por desidia y omisión? Así se ahorraron digitalizarlo, es que en España hacemos las cosas mejor...

21 julio, 2011

Así se honran los cien años del Galibier

Andy Gaul, en un momento de la etapa de hoy
Aquí lo tienen: el ciclismo como era y como debería ser. Ataques de lejos, hundimientos, defensas heroicas del liderato, juego de equipo, tres colosos alpinos y una etapa para la leyenda. Por días así merece la pena, pero para que haya días así tiene que haber tantos días tediosos en los que parece que no pasa nada.

190 kms. de etapa y unos 5.500 metros de desnivel acumulado. De salida, y antes de afrontar el coloso del Agnello (carnero, en italiano) se forma la escapada del día con ningún escalador destacado -el único N. Roche, que no está teniendo su Tour- y dos gregarios del Leopard de los vilipendiados hermanos Schleck: Poosthuma y Monfort.

Villipendidos porque "nunca atacan" (Frank metió 30" el día de Luz Ardiden), vilipendiados porque "no bajan" -¿para qué meterse en fuegos de artificio en un puerto de segunda?-, vilipendiados por no ser españoles, igual que la garrapata Evans, que mira por donde hoy ha hecho su mejor etapa de alta montaña.

Y es que en los dos días anteriores Alberto Contador y su gregario S. Sánchez habían hecho ataquitos en puertos de segunda, seguido de números circenses en los descensos, que les reportaron magros resultados en cuestión de segundos, pero mucha propaganda. En puertos de segunda. Hoy se subían colosos alpinos, y han dictado sentencia.

Iglinski, el único corredor kazajo de nivel que queda, coronó Agnello e Izoard. Cuando se subía este segundo coloso, uno de mis puertos favoritos por como cambia abruptamente la pendiente y el paisaje, y cuando quedaban 60 kms. para meta y 10 kms. para coronar, ha atacado Andy Schleck. Previamente su equipo había intentando acelerar el ritmo con O´Grady y Voigt, pero sin tanto éxito como en los Pirineos.

Inexplicablemente, nadie salio a su rueda. El manual del ciclismo dice que, a un ataque de líder tiene que responder el líder, salvo que este tenga gregarios que anden tanto como los primeros espadas. Como eso ya no pasa desde que Armstrong se retiró, y como Pierre Rolland no estaba por la labor, Andy hizo camino de una manera prodigiosa. Aunque Poosthuma le ayudó en un par de kilómetros de ascensión, fue el luxemburgués el que movió los pedales contra el fortísimo viento de cara para coronar con 2´10" sobre los favoritos.

Era el mítico escenario de Casse Desserte en el Izoard, ahí "donde los campeones transitan en solitario". Andy lo hizo, cumpliendo el rito del ciclismo, ese que hoy ha sabido encarnar en una jornada inolvidable. En la bajada le esperaba el reducido grupo de fugados, donde su gregario Monfort trazó perfectamente las curvas y llevó en exclusivo el peso de la fuga durante todo el falso llano que precede a la subida al Lautaret.

En Briançon, al final del descenso, la ventaja era de 3´. Por detrás tiraban los cinco corredores del Euskaltel y algún BMC, pero a pesar de su ventaja numérica la ventaja aumentó hasta unos pantagruélicos 3´50" a 18 kms. de meta, cuando las rampas del Lautaret se hacían más pronunciadas. Y todo gracias a Monfort, que hoy ha rendido como nunca.

¿En qué estaban pensando el resto de favoritos? ¿Y sus directores deportivos? ¿En un improbable hundimiento de Andy Schleck, que ya hizo en solitario los 25 últimos kms. de la Lieja 2009? A saber. A 12 kms de meta la ventaja del luxemburgués, que tampoco iba tan rápido porque todavía tenía a rueda a Roche y a Iglinski, era exactamente la misma: 3´50".

En el grupo, que era numerosísimo y con corredores tan pintorescos como Geraint Thomas o Hesjedal, se cortó el ritmo. Nadie quería tirar y Voeckler hacía aspavientos para que nadie lo hiciese, a pesar de ser líder y llevar al inexplicable Rolland. Evans intentó hacer el juego, pero le pudo su naturaleza de perseguidor y, tras un km. de duda donde la ventaja subió a 4´20", se puso a tirar. Quedaban 11 kms. para meta.

Poco antes de coronar el Lautaret y coger el desvío al Galibier, con ocho kms. para meta, Andy Schleck ya circulaba en solitario. Y así también iba Evans, al que nadie dio ningún relevo y se las arregló para ir reduciendo la diferencia poco a poco, mientras las auténticas garrapatas iban cayendo. Una de las primeras fue S. Sánchez, el corredor que sólo tiene una Vuelta a Burgos y que quería alcanzar el podio de París. Un gran trabajo del Euskaltel para su auténtico líder, Contador.

El madrileño cedió de los últimos, cuando ya sólo quedaban seis corredores y tras ir a la cola toda la ascensión y haciendo mohines, muecas y extraños gestos. Se quedó de propio agotamiento y sin que mediase ningún ataque: se quedó del ritmo de Evans. Se quedó, pero ya se había quedado cuando quedaban 60 kms. para meta, en un ataque que jamás ha hecho: el es mucho más de los últimos ocho kms. Esta vez se quedó a tres de meta, dando una imagen de derrota que ninguno de los grandes campeones con los que se le compara dio jamás antes de su despedida final.

En las rampas más duras del Galibier Andy conservaba un km. de ventaja y 3´05". A pesar de ir francamente agotado, consiguió entrar en meta con un tiempo para nada extraordinario (peor que el horario previsto, 6h 08´, 32, 7 km/h de media) y 2´07" de ventaja sobre su hermano Frank, que atacó en las rampas finales. Esta vez Contador no les ha regalado la etapa, como en 2009 y 2010. Ha sido una victoria aplastante.

El resto de corredores se dejó una ristra de segundos entre sí, con Contador 15º a 3´50"  y S. Sánchez 18º a 4´42", que más que una ristra es un rosario. ¿Habrá tenido algo que ver sus números circenses de los dos días anteriores? No lo sé, pero dicen que en el Tour cualquier esfuerzo se paga. Y miren: ahí tienen el ejemplo de Andy Schleck. Ataque a 60 kms. de meta, etapa y derrota histórica a su rival generacional. El ciclismo tal cual debería ser.

Faltó el liderato, que Voeckler ha retenido por 15". Frank está ahora a 1´08", Evans a 1´12". Cunego, sorprendente quinto, se va ya a 3´46", el mismo tiempo que Basso, sexto. Mañana se vivirá una interesante mini-etapa de 109 kms. con Galibier por su cara más dura -pero sin coronar, porque se pasa el túnel que está a cota 2.500 metros- y final en Alpe D´Huez, que quizás vea algún hundimiento, pero en la que si Evans consigue aguantar se llevará el Tour. Se lo ha ganado por la persecución de hoy.

En cuanto a Andy, gane o no la general, ha hecho un ataque para merecerlo. Si viene bien, y si no, también, aunque no duden que aquí se celebraría. De momento, ya tiene la victoria de etapa en la meta más alta jamás cruzada por el Tour, con un ataque de leyenda y el inevitable recuerdo a Charly Gaul, el corredor con el que emparenta, y ya no solo por su nacionalidad.
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Arribas llama "estúpido" al ataque de Evans llegando a Gap, que le reportó 3". En la misma crónica llama al mismo ciclista "aburrido". ¿A ustedes les parece normal? A mí no, me parece anormal. De remate. El mismo día acusa a la UCI de haber matado a Kennedy y de difundir la viruela, como poco.
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Juanma Trueba, que por lo general escribe bien pero que ya ha demostrado el suficiente lacayismo que se exige a los periodistas del ciclismo en determinados Rubicones, dice que el ataque de Contador en el Col de Manse "será tan recordado, o más incluso, que algunos de sus triunfos". Tanta épica, tantos retruécanos estilísticos, tantas bonitas metáforas, para escribir esa tontería. Esa gilipollez, Juanma, esa auténtica gilipollez. Y lo sabes perfectamente.
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Nadie sufre como Jens Voigt, artículo en el Wall Street Journal. Yo sí conozco a varios que sufren más que Jens Voigt: se llaman aficionados que no se explican como con 40 años y ese tamaño se pueda masacrar al pelotón subiendo el Tourmalet. En el ciclismo, nadie sufre tanto como nosotros.

19 julio, 2011

Maestro y aprendiz

Un auténtico hombre-Tour
Mind the Gap dice continuamente la megafonía del metro de Londres. Mind the Gap debería decir el manual del ciclismo. La llegada a la ciudad alpina siempre depara un bonito espectáculo, por lo menos al alcance del aficionado desde la famosa caída de Beloki y la escena de ciclocross de Lance Armstrong en 2003.

Cuidado con el hueco. La etapa ha ido volando: sobre una media estimada de 41 km/h, los ciclistas han volado a 45 km/h bajo intensos aguaceros y bastante frío. A esta altísima velocidad media, aún más alta considerada la meteorología, contribuyó decisamente que la escapada no se formó hasta que quedaban sólo 60 kms. a meta de los 179 de la etapa, algo que se ve poquísimas veces.

¿Por qué el grupo no quería que se formase la fuga? A saber. Muchos equipos sin victoria y con hoy como único día para intentar conseguirla, las fuerzas recuperadas tras el día de descanso (¡como no recordar el famoso artículo de Roberto Heras El peligro del día de descanso) y bueno, que los ciclistas suelen ir más rápido cuando llueve.

La fuga, una vez constituida, era de nivel: Tony Martin, el incombustible Roy, Ignatiev, Hesjedal, Alan Pérez (ponga un Euskaltel en todas sus salsas, en los Alpes le toca a Verdugo, ya lo verán), Boasson Hagen, Devenyns, Marcato y Hushvod. Hicieron hueco rápidamente y, una vez alcanzados los seis minutos de ventaja, la emoción se centraba en quien pasaría el puerto de segunda que se coronaba a 6 kms. de meta.

Ignatiev se intentó adelantar a sus compañeros de fuga pero sirvió de poco: un puerto de segunda es una barrera infranqueable para el ruso. En la subida Hesjedal neutralizó al corredor del Katusha mientras de reojo miraba que su compañero Hushovd no se retrasase demasiado. Y no lo hizo, que va: subió con los mejores y el único que le aguantó fue su compatriota Boasson Hagen.

Cuando Hushvod ganó el pasado viernes en Lourdes no hice ni la más mínima reseña: pensé que sería mejor si, como había hipotizado, ganaba también hoy. No creía en la escapada, sino en la potencia. Pues no: ha vuelto a ser escapada y con prestaciones de escalador. Camino de la ciudad mariana Hushvod coronó el Aubisque con 1´10" de desventaja sobre Moncoutie y 2´05" sobre Roy: estamos hablando de un puerto Hors Categorie de 16 kms.

El noruego neutralizó las diferencias en la bajada sin pedir ni un relevo, y a dos kms. de meta se fue a por la victoria. Hoy ha sido parecido por la exhibición en montaña, pero ayudado decisivamente por Hesjedal e, involuntariamente, por Boasson Hagen. El joven noruego se puso a cambiar en pleno sprint y el veterano de 33 años aprovechó para conseguir una diferencia que le da la segunda victoria de etapa en el Tour, la décima en su carrera: hay sprints masivos, prólogos (sí, en 2004) y estas etapas de media montaña. Por como ha ganado hoy a Boasson Hagen, es un claro ejemplo de maestro y aprendiz.

En el grupo el BMC se puso a tirar al inicio del puerto y Alberto Contador atacó a cuatro kms. de coronar. Con bastante facilidad fue neutralizado por Voeckler y el resto de los favoritos menos Basso y S. Sánchez, que siempre se demora en estas cosas. Tras unos pequeños relevos de Dani Navarro -ver las declaraciones de hace unos días más abajo-, Contador volvió a saltar formando una pequeña escabechina.

Sólo le pudieron seguir Cadel Evans -muy fácil- y S. Sánchez, a su aire. El de los picogramos puso todo en la fuga, mientras por detrás los Schleck y los Basso se quedaban fundidos. En el descenso Evans se fue porque Evans baja muy bien, y más con lluvia, y ahí vimos un bonito espectáculo de Contador y su amiguito del alma de Oviedo dando relevos contra el solitario australiano, el más beneficiado de la jornada.

Al final entró en meta con 3" de ventaja sobre la pareja asturmadrileña, por lo que la lectura es bien clara: el mayor beneficiado de la jornada, de cara a la general, ha sido Evans, a pesar de que el Dúo Cómico de RTVE apenas lo ha destacado. Y el mayor perjudicado, sin duda, Andy Schleck.

Mientras Voeckler y F. Schleck han perdido 21" con Evans, y Basso 54", el menor de los de Luxemburgo se ha dejado la friolera de 1´09", entrando el 36º de la etapa, quizás más significativo que el tiempo perdido. Estamos hablando del cuarto de la general y segundo en París los dos últimos años. ¿Por qué ese ataque furibundo de Contador?

Por supuesto, mañana las crónicas hablaran de eso de levantarse del sillón, que todavía hay tiempo (eh, que Evans le ha metido otros 3"), su carácter indomable y tantas cosas más, pero cuando se ataca así en un puerto de segunda es por algo más. ¿Está Andy Schleck enfermo? Difícil saberlo y difícil que lo diga, pero hizo un descenso de puerto lamentable, incluso peor de lo mal que baja habitualmente. ¿Hay algo que sepan en Saxo Bank que nosotros no sabemos?

A mí no me parece un dato baladí que el equipo en el que corre Contador sea el mismo donde estaban los Schleck hasta el año pasado, incluyendo el mismo director, con todo lo que sabe de preparación, días de descanso, días de reposo, preparación y tal. Parece que el hundimiento de Andy Schleck estaba previsto, y por eso han forzado las cosas para que pasase. Lástima lo de Evans, claro.

La general queda con Voeckler líder seguido por el australiano -que no ha cedido ningún día y todos los días ha sacado tiempo a Contador- a 1´45", F. Schleck a 1´49", Andy a 3´03", S. Sánchez a 3´26", Contador a 3´42" y Basso a 3´49", con Cunego pisando los talones a 4´01". Quedan menos de 600 kms. a París, de los que si descontamos los 200 kms. que hay de paseo final y crono, quedan 132 kms. de puertos de altísima montaña concentrados en tres días.

Mañana toca una etapa muy complicada con final en la ciudad piamontesa de Pinerolo. Al margen del aliciente de que Ettore Torri esté esperando a los Schleck -improbable-, el descenso de Pra Martino antes de meta, el mismo que se hizo en el Giro 2009 con exhibición de Di Luca (luego descalificado por su positivo de CERA en favor de Menchov) es un aliciente que llama a los mejores. Es un descenso complicadísimo ideal para S. Sánchez, el corredor en alza y que, para pasmo del ciclismo limpio, va a más en la última semana. Y también para Evans, el corredor que hoy ha dado una lección de maestro aprovechándose del trabajo de otros. Mind the Evans: tiene una ventaja de casi 2´. Es un hueco importante y, hoy por hoy, creciente.
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ASO hace tiempo que está preocupada por la inmensa cantidad de gente que se acumula en las etapas de montaña en fin de semana, un fenómeno muy crudo que ya se vió en la cronoescalada de Alpe d´Huez de 2004, un experimento jamás repetido. Este año se han visto más caravanas que nunca siguiendo el Tour, provocando una imagen horrorosa en las altas montañas: hectáreas y hectáreas de aparcamientos improvisados para dar acomodo a estas casas rodantes.

Es por eso que los organizadores programaron para el domingo una insulsa llegada al sprint a Montpellier, mucho más recogido. La aproximación a la ciudad se hizo por una periferia horrorosa y en obras -parecía España- donde no faltaba esa funesta moda francesa de poner tranvía por todas partes, y casi fue lo mejor de la etapa junto con la entrega de Ignatiev (algún día dará el salto como Chavanel y Voeckler, porque el ciclismo acaba pagando a los que atacan) y Terpstra en la escapada del día. En el sprint Cavendish fulminó a Farrar, Petacchi y Oss, consiguiendo su cuarta etapa en este Tour.
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Dani Navarro, aquejado por una fenomenal pajara en Luz-Ardiden. Y del resto del equipo, ¿qué? ¿tambien todos apajarados? ¿Cómo está Benjamín Noval? ¿Bien, como siempre? Lo que hay es mucho pájaro, seguro que para los Alpes no cometen el mismo error de "no comer" el alpiste.
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Vanendert, la auténtica sorpresa de este Tour -más que Voeckler-, habla sobre su preparación. Al parecer, después de las clásicas descansó, estuvo entrenando en Italia y corrió el Dauphiné. Descarta completamente que su preparación fuese la misma que la de Van den Broeck (cinco semanas en altura: cuando bajó ganó la segunda etapa de Dauphiné, su primera victoria como profesional), porque "no tenemos el mismo preparador. No he estado con el en altura". Cada cual que piense lo que quiera. En la Gazzetta, de donde saco esta información, Claudio Ghisalberti vuelve a calcular el VAM: el de Vanendert en los últimos 10 kms. de Plateau de Belle es igual al que Contador logró en Verbier 2009. VAM de 1850 metros a la hora (26´35" a una velocidad de 22´570 km/h para esos últimos diez kms.). 405 vatios de potencia, 6´5 vatios por kg de peso (estimado). Y que cada cual piense lo que quiera. Un sputnik.
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Estas son las cuentas de la vieja de Rojas para hacerse con el maillot verde. Como dije al empezar el Tour, su mayor garantía para conseguirlo es que es un corredor que nunca gana, de ahí que aspire a conseguir algo que no es una victoria profesional. Muy adecuado. Supongo que cuando Cavendish se entere de eso que van a jugar con su fuera de control en la etapa de Alpe d´Huez no le gustará un pelo.
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Relativos buenos datos de audiencia para el Tour en Teledeporte, aunque hay que contextualizarlos. El gran activo del Tour es que se disputa en una fechas en que la gente tiene más tiempo libre y, especialmente, sin otra competición deportiva rival.
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El próximo sábado 23 de julio, en la espléndida villa vizcaína de Gernika, la banda musical "Ciclos Iturgaiz", conocida por su jitazo "Euskaltel, Euskaltel", ofrecerá un concierto gratuito con lo mejor de su repertorio, que no incluye el txistu. Será a las 21:00 y estarán acompañados del bardo GCQuintanilla, otro de armas tomar. Están ustedes conminados a acudir. El evento, por si necesitan justificar su ausencia en casa esa noche, se denomina "Concierto tributo a la SGAE".

16 julio, 2011

No es el Tour: es la Vuelta a España

Así han entrado los favoritos hoy; mañana final en Burgos
Como con la etapa del Tourmalet dije que había sido bastante buena, que se habían visto ataques y mucho desgaste, y la opinión mayoritaria era que realmente había sido una birria, ¿qué opinará el aficionado con la etapa de hoy con final en Plateau de Beille? Yo creo que ha sido lo más parecido a una etapa de la Vuelta a España que se ha visto jamás en los Pirineos del Tour.

Como si el mapa se hubiese invertido, fue como vivir la enésima llegada a Cerler. El mismo tipo de vencedor, el mismo tipo de ataques, el mismo tipo de resultado final. Ha sido una etapa que, en vez de sumar aficionados, los resta. Una jornada lamentable donde no sólo es que no pasase nada, es que encima se han visto espectáculos grotescos.

El día comenzó con una numerosa fuga -acabó sumando 24 corredores- que se formó antes de la subida al primer puerto de la jornada. En la misma iban muy buenos corredores, pero ninguno claramente escalador. A la misma se intentó sumar, y lo consiguió tras quemar en el intento a gente como Ventoso, otro pequeño grupo de rezagados con Rui Costa, Pineau y Rubén Pérez como corredores más destacados.

Con el Leopard muy bien representado con Gendermann y Voigt, parecía que el movimiento táctico iba a surtir bastantes efectos: llevando a estos dos buenos corredores por delante, el equipo de Luxemburgo se ahorraba tener que trabajar por detrás, donde la marcheta del Europcar hizo que la diferencia rozase los 8´.

Sin embargo, el paso por cuatro puertos de montaña y el cansancio acumulado hizo que, al inicio de la subida al Plateau de Beille, sólo Sandy Casar estuviese por delante, con menos de un minuto de ventaja. En el grupo de favoritos estaban todos los del día de Luz Ardiden, y eso incluía a Voeckler y su fiel gregario Pierre Rolland, que ha vuelto a aguantar con los mejores cuando los mejores ya no tenían ningún gregario.

El favorito que ha llevado más peso de la carrera ha sido Basso, primero con su habitual ritmo y después con algún aceleron. F. Schleck lo ha intentando tímidamente, pero lejos de la fuerza de Luz Ardiden. Los dos únicos corredores que han atacado y han abierto hueco han sido los mismos protagonistas de la jornada del jueves, por increíble que parezca: Jelle Vanendert y S. Sánchez.

A siete kms. de meta ha saltado el belga, con una facilidad pasmosa para alguien que era un perfecto desconocido hasta hace dos días. S. Sánchez ha vuelto a las andadas, a lo que es su trayectoria como corredores profesional, y ha salido tarde y mal, cuando el belga ya había abierto un hueco de 40". Mientras tanto, en el grupo no se movía nadie y, cuando alguien lo hacía, Voeckler se ponía en cabeza para aminorar la marcha.

Sí, como en la Vuelta a España. Un corredor anónimo ganando en una cima donde antes sólo se habían impuesto Pantani, Armstrong y Contador, un corredor típico de la ronda española logrando ser segundo y los favoritos, a punto de entrar en meta de montaña con un sprint masivo, mientras el líder corre en el Puertas Wigarma y jamás se ha visto en una así en su largo historial de batallador por metas volantes.

Andy Schleck, que va fundido, ha atacado en los últimos 500 metros para arañar dos segundos a sus rivales. También es una diferencia propia de la Vuelta a España. El único que ha cedido es Cunego, 39" con los favoritos. Haciendo un ejercicio de ciclismo-ficción, estos Pirineos hubiesen sido ideales para gente como Wiggins, Brajkovic o Klöden, especialistas en aguantar el ritmo. No les digo ya Van den Broeck, dado que su equipo vuela (tres etapas con tres corredores diferentes sólo está al alcance de algunas de las grandes escuadras hemáticas que todo el mundo tiene en mente).

Pero bueno, eso es ciclismo-ficción y nunca sabremos lo que hubiese pasado. Lo que ha pasado realmente es esto: una etapa que borra a cualquier potencial seguidor de este deporte. La general sigue encabezada por Voeckler con 1´49" sobre F. Schleck, 2´06" con Evans, 2´15" con A. Schleck, 3´16" con Basso, 3´44" con S. Sánchez (el único de los favoritos que ha sacado tiempo en las dos etapas de los Pirineos) y 4´ sobre Contador, que no ha recuperado nada en el primer ciclo de montaña y ha seguido perdiendo tiempo.

Ahora mismo, queda una situación curiosa de carrera. O Contador confía mucho en hacer un numerito antológico en los finales en Galibier o Alpe d´Huez (recuerden que es sólo una etapa de 109 kms.), y que pasa por meter 3´ a sus rivales para llegar al menos con un minuto a la crono de Grenoble, o este Tour va camino de convertirse en una carrera por eliminación: primero esquivando las caídas, después no atacando y, por último, coronándose en París. Es triste decirlo, pero el corredor que más méritos está haciendo es, además de S. Sánchez, Thomas Voeckler. Y en absoluto está eliminado.
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Jean-Philliphe Robert es el médico detrás del sorprendente salto de calidad de Pierre Rolland: dice que le ha hecho trabajar la musculatura...
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Rueda de prensa de puro coraje, ahora que ha sido exonerada de los presuntos delitos de los que había sido acusada. Como el dopaje no es delito en España, en su vertiente de consumidor/a compulsivo/a, sale muy farruca. Yo di carpetazo al asunto cuando salió lo de Urco, por motivos que el tiempo ha ido confirmando. Como tituló la Gazzetta el otro día, "el dopaje es casi legal en España". ¡A por Londres 2012! ¡Y Madrid 2020! ¡Viva la Monarquía Constitucional Española, la MCA heredera de la RDA!
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Dios mío, qué pueblerinos. "Suelo ser muy pesado con esto de mi tierra"...lo sois todos, todos sin excepción reseñable.

14 julio, 2011

Laiseka, Mayo, (Astarloza) y Samuel Sánchez

Hoy también ha llorado, una marca de la casa
Etapa reina de los Pirineos -que no del Tour- y gran desgaste de todos los corredores, puesto que los mejores no han bajado de las seis horas. Aunque pueda parecer lo contrario, ha sido una gran etapa de ciclismo, con gente valiente, buena estrategia, un justo vencedor y muchas señales entre los favoritos. Y es sólo la primera etapa de montaña.

La fuga del día se formó de salida, compuesta por seis corredores entre los que estaban el gran Geraint Thomas, Jeremy Roy -escapado todo el Tour-, Rubén Peréz o J.I Gutiérrez. El primer puerto de la jornada, un primera paralelo al Aspin y que nunca se había subido en el Tour de Francia -aunque sí en la Ruta del Sur- tenía un descenso complicadísimo, donde sólo la última parte estaba con asfalto reciente.

Ahí se cayó el galés Thomas, y quedó tan atemorizado que su coche tuvo que guiar el descenso pastoreando al joven corredor en su primer gran día en la alta montaña, y aún así se volvió a caer. En el mismo punto del descenso el líder Voeckler se salió, y tras el se cayeron bastantes corredores, con el resultado de que el grupo ralentizó su tímido ritmo de caza, por lo que la diferencia de los fugados se fue de nuevo a más de 7´.

En la larguísima subida al Tourmalet coronaron Roy y Thomas, mientras que un Kreuziger que había saltado del grupo con Chavanel veía como las fuerzas le abandonaban; en el grupo, por su parte, el Europcar del líder intentó llevar el ritmo hasta que fue relevado por el Leopard, primero con Cancellara, después con O´Grady y durante gran parte de la ascensión con el incombustible y rozando los cuarenta Voigt, el autor del estropicio de la subida al Tourmalet en 2008, cuando dejó el grupo en cuadro.

En esta ocasión no fue así: dejó en cuadro a su equipo, pues ni Monfort ni Gendermann dieron ningún relevo relevante, pero es que tampoco pareció que el alemán los necesitase. A ese ritmo se fueron quedando muchos corredores: Gesink, el segundo de la general y compañero de equipo SMS Sánchez o Vandevelde, si es que alguien todavía confíaba en el americano.

Sin embargo, antes de la cumbre vimos uno de los movimientos más extraños de la historia reciente del ciclismo: Jesús Hernández, cuyo mayor mérito en el pelotón es ser amiguito del alma de Contador, atacó. A veces pienso que el ciclismo, igual que la marcha atlética, tendría que tener árbitros a pie de carretera e ir sacando advertencias a según que corredores. ¿Dónde iba? ¿Qué pretendía? De ese arreón y de otros como el de Ten Dam -prácticamente lo único que le queda al Rabobank- se formó un pequeño grupo en la bajada, que fue vertiginosa.

Sin valle antes de Luz Ardiden, Thomas y Roy iniciaron la subida con 3´ de ventaja sobre un pequeño grupo de fugados donde estaban Gilbert, su gregario Vanendert y un sorprendente Samuel Sánchez que, por una vez en su ya larga vida profesional, decidió atacar antes del último km. Se aprovechó muy bien del trabajo de un entregadísimo Rubén Pérez, y se marcó la subida a Luz Ardiden con la única compañía de Vanendert.

¿Y quien es este? Corredor del más absoluto montón, ha progresado en esta temporada de maravillas en el Lotto. Con decirles que fue de los que más tiró en la última AGR para neutralizar a A. Schleck, y en la FV pudo ser sexto en la meta de Huy...De sus habilidades escaladoras en una gran ronda por etapas no se sabía nada hasta hoy, pero esta claro que Van den Broeck iba a por el Tour: una vez más, basta con ver a los gregarios para saber como va el líder.

Se lo digo porque en el grupo el último corredor del Leopard, de nuevo Voigt, se apartó a 10 kms. de la cumbre. Ahí tuvo que pasar de nuevo el Europcar, representado por un increíble Pierre Rolland, el mismo del que se reía en anteriores Tours Carlos de Andrés (lo hace de prácticamente todos los corredores que no son españoles) con un chiste sobre el torneo de tenis con el que comparte nombre. Aguantó con los mejores en una etapa reina, cuando nunca antes lo había hecho; aguantó con los mejores tras haber trabajado todo el día; no es el que maillot amarillo de alas, es que da bula a todo el equipo, por lo que parece.

Cuando su ritmo decreció, Basso mandó pasar al fiel Szymd, el funicular polaco. Con su ritmo costante fue madurando al grupo, que se quedó reducido a doce unidades con todos los favoritos más el sorprendente joven francés Jeannesson (FdJ, estuvo en el Caisse), un Cunego que no vivía una así desde el año 2004 y los habituales Evans, los Schleck, Alberto Contador o Danielson. A cuatro kms. exactos de meta salió tímidamente A. Schleck.

Muy tímidamente. Poco después, Frank. Tras un momento de parón -en ese momento los fugados Vanendert y S. Sánchez llegaron a contar con unos opíparos 1´14" de ventaja- F. Schleck lanzó un ataque de verdad al que no respondió nadie: estamos hablando de un claro candidato al podio de París, visto que este año no se ha caído, cosa rarísima con la cantidad de caídas que ha habido.

Uno de los tres mejores escaladores del mundo, y no sale nadie a por el. Estaba claro que iban todos muy fundidos, y se veía en las caras. Todos menos Frank, que ha hecho una subida prodigiosa en la que a punto ha estado de disputar la etapa a la pareja hispanobelga. Sin embargo, le han faltado unos metros, los mismos que esta vez le han sobrado a S. Sánchez, que después de haber perdido tantas carreras en el último km. ha conseguido resolver favorablemente la fuga.

Vale, fue contra Vanendert, pero ya que por una vez ha atacado de lejos, está bien que se haya llevado el premio gordo: nada menos que la etapa reina de los Pirineos, con lo que eso significa en su equipo, y en el mismo sitio donde ganó Laiseka en 2001 la primera de las dos etapas que hasta ahora adornaban el exiguo bagaje del equipo naranja en la carrera francesa.

La segunda fue en 2003 en Alpe D´Huez con Iban Mayo, el mismo día en que un joven S. Sánchez entraba fuera de control, probablemente porque le sentó al revés lo mismo que le había sentado estupendamente al vizcaíno. No volvió a la carrera hasta 2008 para hacer, precisamente, segundo en la etapa de Alpe D´Huez que ganó Carlos Sastre. Para que vean lo entrelazado que está todo. Y mejor no les cuento lo de Astaloza en 2009, que si no vamos a dejar el entrelazamiento por los vasos comunicantes de la preparación específica.

El mayor de los Schleck llegó a 10", Basso a 30" junto a Evans y A. Schleck, Cunego a 35" y Contador a 43" tras flaquear en la última rampa. Una pena la estrategia del Leopard: seguramente Andy no atacó más porque su hermano iba por delante, pero estoy seguro que Contador -al inicio de Luz Ardiden le dijo a C.A Sorensen que no se pusiese a tirar con los Europcar- hubiese cedido como fruta madura mucho antes. Sin embargo, son 13" cedidos adicionales con su rival en los dos últimos años, 33" con F. Schleck.

El líder Voeckler sólo ha perdido 7" más que Contador, por lo que, de seguir a este ritmo, acabará entre los diez primeros del Tour, algo bastante predecible teniendo en cuenta su temporada y su tesón. Ahora mismo cuenta con 1´49" sobre F. Schleck, 2´06" con Evans, 2´17" con A. Schleck, 3´16" con Basso, 4´ exactos con Contador y 4´13" con S. Sánchez. Y habiendo cedido diferencias no superiores a los 30" con el primero de los favoritos en la etapa reina de los Pirineos.

¿Lecciones de la primera etapa de montaña? El mejor escalador es F. Schleck, que tiene una oportunidad inmejorable de alcanzar el podio que acarició en 2008; S. Sánchez tiene todavía muy lejos el podio, y no podrá volver a jugar la carta de la sorpresa; Evans resiste y es el mejor contrarrelojista, con mucha diferencia, de los favoritos, pero ya ha perdido dos Tours en la última crono; A. Schleck no parece ir tan fino como en otros años; y Contador no está muerto, qué va, pero este año no se va a poder chutar un solomillo para recuperar antes de la etapa reina de los Alpes y la crono de Grenoble. Quizás este sea el auténtico Contador.